La tundra alpina mexicana

Debido al clima y al viento, no hay árboles. Aquí las plantas enfrentan un cambio de invierno-verano todos los días, en la mañana el suelo amanece escarchado y conforme pasa el día, la temperatura del suelo aumenta hasta alcanzar más de 50 grados centígrados en zonas arenosas. Nuevamente, al llegar la noche, la temperatura desciende por debajo de los cero grados. En las 12 horas que duran la luz y el calor, las plantas no tienen tiempo de crecer, reproducirse y prepararse para el frío, por lo que adaptarse, crecer, reproducirse y sobrevivir con estos cambios, hace que sean muy pocas plantas las que vivan en esta región y presenten formas extrañas, como la del género Eryngium, con flores espinosas, o la Arenaria bryoides que forma tapetes acolchonados.

¿Dónde experimentarla?

Al subir al Parque Nacional del Nevado de Toluca se puede ver, sentir y oler la tundra alpina. Primero se topa uno con el bosque de oyamel, más arriba con el de pino, hasta que el bosque desaparece y va dejando paso al pastizal y a la nieve. Increíble que esté a menos de dos horas de la ciudad de México y menos de una de Toluca.

Pero no sólo en el Nevado de Toluca se puede encontrar este ecosistema que va de los 3,800 a los 4,500 msnm, también existen grandes extensiones en el Citlaltépetl (5,610 msnm) y el volcán Sierra Negra (llamado también Tliltépetl), con una altura de 4,621 msnm; ambos localizados en el Parque Nacional Pico de Orizaba. Obviamente, tales características también son encontradas en las partes altas del Parque Nacional Iztaccíhuatl–Popocatépetl, pero también aparece, aunque en menor proporción, en el volcán Malintzin, también llamado La Malinche (4,464 msnm), en las inmediaciones de Puebla y Tlaxcala; en el Cofre de Perote (con dos cimas de 4,282 y 4,300), en el estado de Veracruz; en el Nevado de Colima (4,340 msnm), en Jalisco; el Pico de Tancítaro (3,845 msnm), en Michoacán; en el Ajusco (el punto más alto del Distrito Federal con 3,930 msnm), el volcán Tláloc (3,690 msnm), en la delegación Milpa Alta, Distrito Federal, y el volcán Tacaná, al noroeste de Tapachula, Chiapas, y en colindancia con el departamento de San Marcos, en Guatemala (4,092 msnm).

Vegetación

Se compone esencialmente de grandes extensiones de zacatonal, sobre todo de las especies Festuca tolucensis, Muhlenbergia macroura y Muhlenbergia nigra, que son básicamente tipos de pastos que crecen en lugares secos, algunos de ellos llegan a  tener hasta un metro de altura. Pero no todo es pastizal aquí, en algunas partes protegidas de los fuertes vientos surgen oasis de flores, entre las que hay geranios o flores que son comunes en las montañas de Norteamérica y Europa, como las del género Penstemon.

Aunque también hay plantas típicas de regiones tropicales que han logrado sobrevivir en estas alturas y otras que son abundantes en Sudamérica, como el pasto de la especie Stipa ichu, que es muy abundante en la tundra andina, mejor conocida como páramo. También hay musgos y líquenes, y se pueden encontrar algunos hongos que junto con las plantas crean interrelaciones que les permiten sobrevivir en este clima.

Fauna

Se puede encontrar liebres, teporingos y en temporada de sequía y calor, serpientes de cascabel, por lo que uno debe tener cuidado cuando se camina entre los zacatonales.

Temperatura

Rara vez suele llegar por debajo de los 10 grados bajo cero, y  en ocasiones muy contadas a los -20°, mientras que en la tundra polar son comunes temperaturas por abajo de -30°. La máxima suele estar arriba de los 20 grados, lo que hace que junto con el sol se pueda llegar a sentir algo de calor. La temporada con más nieve es obviamente en invierno, aunque la posibilidad de nevada aumenta desde octubre y en general puede nevar en cualquier época del año, aunque debido al calentamiento global, los días con nieve han disminuido drásticamente.

Equipo recomendado

Si decides visitar la tundra en cualquier parte antes señalada, te aconsejamos protegerte del sol, pues a 3,900 metros de altura, en una latitud tropical, la irradiación de rayos uv es muy alta. No te confíes del sol, pues a estas alturas el clima puede cambiar en pocos minutos y un día soleado puede terminar en uno nevado; o en la tarde puede haber un clima agradable, pero una vez que se pone el sol, la temperatura disminuye drásticamente y en pocos minutos sentirás la necesidad de usar un buen abrigo, guantes y gorra.

¡Aventúrate!

El lugar de más fácil acceso para llegar a la tundra es el Nevado de Toluca, pues la terracería nos lleva directamente hasta ella. Otra opción es el Iztaccíhuatl. Del Paso de Cortés hay que tomar la desviación hacia el refugio Altzomoni, sólo que este último tramo es una terracería, no muy benigno para un coche normal.

De cualquier manera, con o sin nieve, vale la pena visitar este extraordinario y poco común ecosistema y contemplar cómo la vida se las ingenia en caprichosas formas para sobrevivir en inhóspitos lugares.

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