Una mirada al pasado colonial (Durango) - México Desconocido
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Una mirada al pasado colonial (Durango)

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Como muchos otros lugares de tradición minera en el país, el estado de Durango también se desarrolló en un principio a la sombra de los grandes yacimientos mineros encontrados por los españoles durante los siglos XVI y XVII.

Como muchos otros lugares de tradición minera en el país, el estado de Durango también se desarrolló en un principio a la sombra de los grandes yacimientos mineros encontrados por los españoles durante los siglos XVI y XVII.

La antigua Villa de Guadiana, hoy ciudad de Durango, se fundó casi por una casualidad, pues su cercano Cerro del Mercado dio la impresión a los conquistadores de que se trataba de una gran montaña de plata.

El desarrollo de la nueva cultura trajo consigo la imposición de una nueva fe, por cuanto los escasos misioneros que entonces se aventuraron hacia aquellas inhóspitas regiones enmarcadas por la sierra fundaron pequeñas misiones, templos y conventos, de los cuales aún quedan en pie algunas bellas muestras.

La bonanza económica del siglo XVIII se hizo patente en la erección de nuevos y ostentosos edificios, como las casas de gobierno y las sedes municipales, algunos templos y, desde luego, las casas señoriales de los personajes importantes de la época, quienes amasaron grandes fortunas gracias a la riqueza de la tierra duranguense.

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Aunque muchos de los bellos edificios levantados en aquel entonces no tuvieron la fortuna de perdurar hasta nuestros días, el visitante aún descubrirá algunos de gran magnificencia y esplendor, como la catedral de la ciudad de Durango, con su hermosa portada barroca; el templo de San Agustín y las parroquias de Santa Ana y de Analco, que se construyó donde antes se habían asentado los frailes franciscanos en el siglo XVI; el templo de San Juan de Dios y las edificaciones neoclásicas de la sede del Arzobispado y el templo expiatorio del Sagrado Corazón, espléndidas muestras delgran cantero y escultor Benigno Montoya.

Entre los edificios civiles de interés se encuentran el Palacio de Gobierno, que fue residencia del próspero minero Juan José Zambrano, y la majestuosa casa del Conde de Súchil, obra maestra del barroco, así como la famosa Casa del Aguacate, hoy sede de un museo, de notables formas neoclásicas, que pertenece a la época porfiriana, al igual que el edificio del Teatro Ricardo Castro.

Más allá de la ciudad de Durango, en los poblados que se alzan en las planicies o parecen esconderse entre las cañadas, hay otros bellos y sencillos exponentes de la labor constructiva de los primeros colonizadores de la región. Para despertar la imaginación y el interés del visitante, podemos mencionar, entre muchos otros, lugares como Amado Nervo, con su templo de San Antonio, modesta obra del siglo XVIII; el templo de la Concepción en Canutillo; la parroquia de Cuencamé; y los antiguos templos de Mapimí, Nombre de Dios, Pedriceña y San José Avino, que constituyen un buen testimonio de la labor evangelizadora realizada en estas tierras.

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También en los alrededores de la ciudad capital el visitante encontrará notables construcciones civiles que antaño fueron haciendas de beneficio de minerales, o estancias ganaderas y agrícolas. Entre las más famosas sobresalen la llamada La Ferrería, Canutillo, San José del Molino, El Mortero y San Pedro Alcántara.

Durango es sin duda la puerta de entrada hacia un mundo diferente, hacia un ambiente en el que la cercanía del campo y el paisaje lo dominan todo, en pleno contraste con los muros de antiguas casas, palacios y templos que le contarán algo de historia, de leyenda y de tradición.

Fuente: Ficha de Arturo Chairez. Guía México desconocido No. 67 Durango / marzo 2001

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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