El extenso catálogo de veladoras para magia y brujería en México

Desde los albores de la humanidad, las artes esotéricas y saberes ocultos han estado presentes. México tiene una vasta historia en este rubro. Uno de los principales ejemplos son las veladoras para magia y brujería.
El enorme conjunto de las artes esotéricas abarca una enorme y ecléctica serie de saberes y rituales. De acuerdo a estos, hay objetos cuya presencia asegura el éxito de su ejecución. En este sentido, las veladoras para magia y brujería no solo son un artículo importante, sino imprescindible, cuya historia se remonta a los mismos albores de la humanidad.

Origen del uso de las veladoras para magia y brujería
Desde tiempos ancestrales, las veladoras se han usado para rituales religiosos y mágicos. El objeto principal de su uso era tener la presencia del fuego y la luz que este emanaba. Esta iluminaba, purificaba y honraba tanto a deidades como figuras distinguidas de la Antigüedad. También se pensaba que invocaba y atraía fuerzas sobrenaturales. En los rituales de griegos y romanos eran muy importantes, y se cree que el cristianismo introdujo su uso a razón de la influencia de las religiones que llamaban «paganas».

En Mesoamérica, el ritual más conocido que usaba fuego, y por ende antorchas (aunque no veladoras), era el de la fiesta del Fuego Nuevo. Dicha conmemoración era celebrada desde tiempos muy antiguos cada 52 años. Su práctica incluyó diferentes pueblos del México Prehispánico, entre ellos teotihuacanos y mexicas.
En la celebración del Fuego Nuevo, se manifestaba la búsqueda del equilibrio y orden del Universo, en donde los hombres participaban para mantenerlos. La creación del Sol era representada a través de esta ceremonia, además de la continuidad del movimiento solar y por ende, del tiempo. Se renovaba el pacto celebrado por los dioses para dar vida a este mundo gracias a su sacrificio. A través de diferentes rituales donde el fuego y la luz de antorchas eran los protagonistas, los seres humanos reafirmaban dicha entrega divina primigenia.

Brujería y magia en la Nueva España
Como hemos comentado, en Mesoamérica había una serie de rituales relacionados con el uso del fuego y la luz. Su empleo se imbricó no solo con el cristianismo al momento de la evangelización, sino también con creencias y prácticas mágicas provenientes tanto de Europa como de África y Asia.
Estos saberes esotéricos habían logrado pervivir en el Viejo Mundo desde la Antigüedad, pero eran perseguidos por las religiones monoteístas. Sobre todo el cristianismo fue muy severo con lo que llamaba brujería, desde la Edad Media. A través de sus diferentes iglesias e instituciones, tanto apostólicas (principalmente la católica) como las protestantes, persiguieron todo lo que fuese identificado como rituales mágicos.

Muestra de ellos son los registros inquisitoriales de la Nueva España, donde se describían minuciosamente como eran empleadas las veladoras en dichos rituales. Es gracias a estos documentos que sabemos que durante la época virreinal, se usaban velas para distintas prácticas. Se les colocaba bajo la cama para atraer o rechazar entidades espirituales. Para la magia negra, se empleaban velas negras, pero también se usaba el fuego de éstas para curar. Además se registró el uso de la cera de las veladoras como ingrediente para objetos mágicos. Es así que siempre estuvieron bajo el ojo vigilante de las autoridades católicas en México, brujas, nahuales y otras personas que ostentaban saberes ancestrales.

La actualidad
En la actualidad, tanto en México y otros países, las veladoras para magia y brujería siguen siendo importantes. De acuerdo a las creencias esotéricas, la luz de las velas permite la concentración y la abstracción necesarias para ejecutar un ritual, ya que transporta a la persona iniciada a otra dimensión, a otro plano de la realidad: el astral o espiritual.
Las velas se encienden siempre con una finalidad: atraer a alguien, pedir un deseo, intentar solucionar un problema. Para ello, se debe tener en cuenta el color de la vela, ya que se debe corresponder con el motivo del ritual. Por ejemplo, la blanca es para purificar, la naranja para tranquilizar, la roja para acentuar el vigor (sobre todo el sexual), etc.
En la Ciudad de México, el principal sitio para adquirir velas para magia y brujería es el Mercado de Sonora. Allí se encuentran veladoras para todo fin sobrenatural y de todos los tamaños, materiales y esencias. También se venden artículos de ocultismo, herbaria, tradiciones del catolicismo, rituales «prehispánicos», Santería, de la Santa Muerte, chamanismo, etc. Todo esto demuestra el potente sincretismo de las creencias y prácticas que existen en México.
