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Video: el experimento japonés que muestra un nuevo factor de contagio del coronavirus

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© NHK

La investigación en Japón muestra que las microgotas pueden permanecer en el aire durante 20 minutos en espacios cerrados. Aquí te contamos qué sugieren para disminuir al máximo el riesgo de contagio.

Para Douglas Brown

Todos hemos escuchado los consejos sobre estornudar y toser en un tejido para evitar la propagación del coronavirus. Sin embargo, una nueva investigación realizada en Japón sugiere que la infección podría propagarse simplemente manteniendo una conversación con otra persona.

Usando cámaras de alta definición e iluminación láser, NHK, la emisora pública de Japón, realizó un experimento con un grupo de investigadores para capturar el movimiento de las microgotas (partículas que tienen un tamaño menor a una centésima de milímetro).

Descubrieron que estas microgotas se emiten cada vez que hablamos, y cuanto más fuerte hablamos, más se expiden. En consecuencia, dos personas que mantienen una conversación a una distancia normal podrían provocar fácilmente el contagio.

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Los resultados del experimento subrayan el mensaje de distanciamiento social de la Organización Mundial de la Salud, que aconseja a las personas que se mantengan separadas al menos 1 metro en todo momento. También refuerza la necesidad de mantener las habitaciones bien ventiladas.

Una amenaza flotante

La investigación aporta un nuevo enfoque sobre la rápida propagación del coronavirus. Los estudios anteriores se centraron en los estornudos y la tos, que emiten gotas de tamaño superior a 1 milímetro que se pueden ver con una cámara normal.

NHK descubrió que las gotas de un estornudo caen rápidamente al suelo y no viajan muy lejos, incluso en ausencia de viento, pero sus cámaras también captaron microgotas, de menos de una centésima de milímetro de ancho.

En lugar de caer al suelo, las microgotas flotan en el aire y se desplazan. Los investigadores estiman que un solo golpe de tos o estornudo puede producir 100,000 microgotas.

«Las microgotas transportan muchos virus», afirma Kazuhiro Tateda, jefe de la Asociación Japonesa de Enfermedades Infecciosas. «Las producimos cuando hablamos en voz alta o respiramos con dificultad. Las personas que nos rodean las inhalan y así es como se propaga el virus. Ahora estamos empezando a ver este riesgo».

Un riesgo invisible

Los investigadores simularon una situación con 10 personas en un espacio cerrado, del tamaño de un aula escolar media. Como se esperaba, cuando alguien tosió, las gotas más grandes cayeron al suelo en un minuto. Las microgotas permanecen en el aire más tiempo en espacios cerrados.

No obstante, 20 minutos después de la tos, las microgotas seguían flotando en el aire y se habían extendido por toda la habitación.

Sin embargo, cuando se abrió una ventana, las microgotas se eliminaron rápidamente con la brisa. Parece que cualquier flujo de aire elimina las partículas superligeras.

«Lo importante es crear dos aberturas», afirma Tateda. «Haciendo esto al menos una vez por hora se reduce considerablemente el riesgo de contagio».

Los investigadores también afirman que el uso de una mascarilla puede reducir en gran medida la propagación de microgotas, lo que ayuda a proteger tanto al hablante como a sus oyentes del riesgo de contraer coronavirus.

autor Entrepreneur en español
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