Lugares magníficos para comenzar nuevos ciclos
2017 tiene que ser un año luminoso, de bonanza y abundancia; por lo que no encuentro mejores lugares que estos para comenzar y terminar un ciclo de vida.
Cuando hay un evento importante en mi vida, dedico unos días de “preparación” para recibirlo con energía renovada. Mis tres destinos favoritos para tal fin son las zonas arqueológicas de Chichén Itzá, El Tajín y Teotihuacan, todas Patrimonio de la Humanidad.
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CHICHÉN ITZÁ, YUCATÁN
Si quiero empezar un ciclo con fuerza, este es el lugar. Su estructura estelar, El Castillo o Pirámide de Kukulcán plasma con maestría el conocimiento astronómico de los mayas. Aquí mi inspiración es el efecto de luz y sombra en forma de triángulos que simulan el cuerpo de una serpiente, que se ha interpretado como el descenso de Kukulcán a la tierra para fertilizarla en los equinoccios de primavera y otoño. Qué analogía más acertada para lo que deseo en mi vida los próximos 365 días del año: abundancia y buena cosecha.
La ciudad que alguna vez albergó a más de 50 mil habitantes y alcanzó una extensión de 25 kilómetros cuadrados hoy recibe a más de dos millones de visitantes al año. Para conocerla bien, tienes que visitarla en diferentes épocas. No subestimes nunca la idea de regresar a esta maravilla del mundo, menos en fin de año.
EL TAJÍN, VERACRUZ
Me gusta imaginarme que soy una antigua habitante de este lugar planeado como un gran Centro Simbólico Ceremonial, que participo en algún pedimento de lluvia, en el juego de pelota o que espero el Equinoccio de Primavera.
Pocos saben que sus elementos decorativos se repiten a manera de una oración rítmica: alfardas, nichos y grecas dan movimiento a sus impresionantes edificios, permitiéndonos tener una comunicación con lo sagrado. Mi espacio favorito es el Edificio de los Nichos. La construcción es en sí un marcador astronómico, es decir, es parte de diferentes eventos lumínicos a lo largo del año. Por su simbolismo, esta ciudad sagrada me hará recordar que en 2017 es importante fluir y estar en constante movimiento.
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TEOTIHUACAN, ESTADO DE MÉXICO
Desde niña acudo a esta ciudad, una de las más importantes de América, capital de una de las civilizaciones más originales. Seguramente ya la conoces, has caminado por la Calzada de los Muertos y te has maravillado con las pirámides de la Luna y el Sol, pero tal vez te sorprendas, como yo, de que uno de sus palacios guarda un secreto sobre el manejo del calendario de los teotihuacanos. Gracias al trato que recientemente tuve con el doctor en antropología, especialista en tiros cenitales en Mesoamérica, Rubén B. Morante, vi con otros ojos al Palacio de Quetzalpapalotl, en la esquina suroeste de la Plaza de la Luna.
Existe un efecto de luz y sombra, poco después del amanecer del solsticio de invierno, sobre la fachada poniente de este edificio, que te gustará presenciar. Este es solo uno de los eventos gracias a los cuales, después de un estudio en varias épocas del año, se llegó a la conclusión de que los efectos de luz y sombra a su interior se complementaban con el significado del símbolo, labrado en las almenas, para hacer referencia a los dos calendarios del pueblo que habitó este sitio.
Este portentoso lugar me hará recordar durante el año que todo debe verse desde diferentes puntos de vista.
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