Acervos fotográficos del Sistema Nacional de Fototecas
Es la magia de la lente, que atrapa las imágenes, la que hace posible que hoy, en las postrimerías del siglo XX, contemos con archivos fotográficos cuyo valor radica en la indiscutible calidad estética de las imágenes y en la información histórica que proporcionan como testimonio documental.
Los fotógrafos, capaces de ver más allá de la percepción común, quienes asomaron hasta el escenario de los acontecimientos y al discurso de lo cotidiano, aportaron su genio para que hoy sea posible disfrutar, no obstante el tiempo transcurrido, imágenes en las que está plasmada la impronta de momentos cruciales por los que ha atravesado nuestro país desde hace más de 150 años.
Por el número de fotografías que guardan los fondos de las fototecas del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la diversidad de temas y las distintas técnicas utilizadas para la impresión, podemos considerarlos entre los más importantes de nuestro país. Gracias al trabajo y a la voluntad de muchas personas, a la fina y esmerada dedicación de los coleccionistas y a la visión de aquellos que fundaron las fototecas, hoy se conservan en los archivos custodiados por el INAH más de un millón de originales, entre los que destacan los fondos Casasola, Brehme, Guerra, Semo, Modotti, Teixidor, Kahlo, Cruces y Campa, Nacho López, Romualdo García y García Payón, entre otros.
Para el investigador y para quienes se acerquen movidos por la curiosidad a estos archivos de imágenes, la experiencia resultará con seguridad apasionante: están ahí para su disfrute, plasmadas en fotografías que nos dejan ver escenas de la vida cotidiana, la industria, los ferrocarriles, los trabajadores, las modas, el paisaje urbano y rural, los sitios arqueológicos, los monumentos históricos y el claroscuro de iglesias y conventos; nos muestran también los escenarios de la guerra y la política, la aventura de los hombres y mujeres de la Revolución, el retrato social y cultural de un largo proceso en el que es posible reconocer el entorno y los personajes de una historia que está ahí atrapada en daguerrotipos, ambrotipos, placas negativas de colodión, impresiones secas en papel albuminado, placas secas de cristal y modernas películas de poliéster en formato de 35 milímetros.
Los registros documentales resultan, además, doblemente importantes ya que, por una parte, reúnen lo que podríamos calificar de testimonios que encierran en sí mismos la fotografía de la historia y por otra, si tomamos en cuenta los soportes, las técnicas empleadas y los fotógrafos que las realizaron, nos brindan un panorama en el que está implícita la historia de la fotografía en nuestro país.
Para la historia de la fotografía, el acervo de la Fototeca «INAH» es imprescindible ya que en él se encuentra ejemplificada la evolución de los procesos técnicos a través de la obra de importantes fotógrafos: Valleto, Becerril, Cruces, Campa, Sciandra, Guerra, Briquet, Jackson, Waite, Kahlo, Mahler, Casasola, Romualdo García, Ramos, Melhado, Brehme, Modotti, Semo y, recientemente, Nacho López, José A. Bustamante y un fondo de 37 fotógrafos mexicanos contemporáneos.
La conservación y catalogación de los archivos ha sido una tarea de primerísima importancia, labor en la que destaca el empeño de los técnicos y trabajadores de la fototeca de Pachuca, encabezados por su director Eleazar López Zamora, que ha permitido avances significativos en lo que se refiere a la conservación, investigación y difusión de los fondos fotográficos.
Por otra parte, la fototeca «Romualdo García», ubicada en la Alhóndiga de Granaditas en la ciudad de Guanajuato, y la fototeca » José García Payón » del Centro INAH en Veracruz, han creado ya las condiciones para la catalogación definitiva de los documentos de su acervo.
La consulta de los archivos, que había sido uno de los puntos débiles, se ha visto favorecida con la creación del Sistema Nacional de Fototecas, que en su primera etapa ha puesto en funcionamiento, en la fototeca de Pachuca, el programa de catalogación de los acervos fotográficos. A través de este programa ya se ha dado conservación reciente a 274 834 imágenes; han sido catalogadas y capturadas 217 220 y digitalizadas 137 234, y se espera que al finalizar 1994 la catalogación alcance las 400 mil unidades.
Hoy es posible acceder directamente a la información deseada y obtener copia impresa al momento o para su selección posterior; el usuario, asimismo, está en posibilidad de recibir listados que facilitan la localización de las imágenes en pantalla. Con la aplicación de este sistema en las fototecas del Instituto Nacional de Antropología e Historia y con los que se están instrumentando en otras fototecas será posible contar en el futuro cercano con una red nacional, asegurando así no sólo la conservación de las fotografías, sino también su rápida localización para los fines de investigación y difusión.
Fuente: México en el Tiempo No. 2 agosto-septiembre 1994