Acta de Independencia de México, víctima de fuego, robos, venta y tráfico oceánico
México tardó 131 años en poner a salvo su Acta de Independencia, luego de que el documento fuera robado, pasara por guerras, ventas e incendios, pero ¿será el fin de su travesía?
México no se distinguió, al menos en las etapas iniciales, por la preservación de sus documentos históricos. Y el Acta de Independencia creada en 1821, es prueba de ese descuido.
En aquel año, tras los conflictos por la emancipación de España, Juan José Espinosa de los Monteros, secretario de la Suprema Junta Provisional Gubernativa, encabezada por Agustín de Iturbide, redactó a puño el documento fundador del Estado Mexicano. Fueron dos ejemplares, dos originales.
Cada uno de ellos fue firmado por 34 de un total de 38 miembros de la Suprema Junta, todos ellos integrantes de grupos sociales, económicos, clérigos y militares predominantes.
Hecho esto, una se la quedó el organismo en cuestión que a la postre se convertiría en el Congreso Constituyente. Mientras que la otra Acta de Independencia se le entregó al gobierno.
Empiezan los problemas para el Acta de Independencia
Los problemas empezaron en 1830, cuando el documento que le tocó al gobierno fue sustraído por algún ambicioso funcionario público que terminó por vender el escrito, pasando así de mano en mano hasta llegar a Francia.
Mientras esto ocurría, la otra Acta de Independencia que resguardaba el Congreso Constituyente, estaba exhibida en el recinto legislativo de Palacio Nacional. El consuelo fue que si se había perdido una, al menos quedaba su hermana gemela.
¿Coincidencia? Maximiliano encuentra el documento en Francia
A inicios de 1860, Maximiliano de Habsburgo se encontró con el valioso documento fundador del Estado Mexicano en Francia, para entonces ya sabía que pronto sería emperador de México, así que de algún modo recuperó el escrito trayéndolo de nuevo a territorio nacional en 1864.
Sin embargo el destino del Acta de Independencia volvió a cambiar con su fusilamiento. Tras la muerte de éste, Agustín Fischer, su confesor, la sacó nuevamente del país, terminando en España en manos del anticuario Gabriel Sánchez.
El incendio de una de las dos actas
En este periodo, justo en el año 1909, un incendio en el recinto legislativo de Palacio Nacional, acabó con todo a su paso, incluyendo el Acta de Independencia que tenían exhibida. Fue entonces cuando México se quedó sin ninguno de los dos documentos de fundación.
Regresemos a España. Allá el anticuario Gabriel Sánchez vendió el acta al historiador mexicano Joaquín García Icazbalceta, quien la conservó para luego vendersela a Florencio Gavito Bustillo, quien probablemente con el remordimiento de poseer tan importante ejemplar que daba fe del nacimiento del México independiente, estipuló que tras su muerte el documento se entregara al presidente en turno.
La última voluntad de un moribundo amante de la historia y de México
El hombre falleció en 1961. Fue su hijo Florencio Gavito Jáuregui quien el miércoles 21 de noviembre de aquel año, entregó, en la mano, como se lo ordenó su progenitor, el Acta de Independencia al presidente López Mateos. México de nuevo tuvo el documento de su fundación, que hoy resguarda el Archivo General de la Nación, ¿será este el fin de su travesía?
