Al rescate del Centro Histórico (Distrito Federal) - México Desconocido
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Al rescate del Centro Histórico (Distrito Federal)

Ciudad de México
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La ciudad de México ha vivido numerosas trasformaciones, por lo que cada periodo de su historia está forjado con los restos del anterior. Debido a los cambios lógicos de una metrópoli, esta continua destrucción y reconstrucción comienza en la época prehispánica y llega hasta nuestros días, como el actual proyecto de rescate del Centro Histórico.

La ciudad de México ha vivido numerosas trasformaciones, por lo que cada periodo de su historia está forjado con los restos del anterior. Debido a los cambios lógicos de una metrópoli, esta continua destrucción y reconstrucción comienza en la época prehispánica y llega hasta nuestros días, como el actual proyecto de rescate del Centro Histórico.

Fundada en 1325, la ciudad de México fue la sede del señorío azteca, tiempo durante el cual ejerció dominio sobre un gran territorio. En la época prehispánica se diseñó un esquema recto y geométrico que integraba canales y calzadas de acceso, disposición que ha marcado su fisonomía hasta la actualidad. Entonces la destrucción y reconstrucción se hacía trasformando las obras ya existentes, tal es el caso de los templos y pirámides “cada nueva atadura de años” –el equivalente a 52 años de los nuestros–. Con el nacimiento simbólico del Sol se colocaban añadidos sobre la estructura de la etapa precedente; asimismo, cada ciclo se celebraba con la destrucción de muebles y vasijas para estrenarlo todo en la nueva época, lo cual explica el hallazgo de fragmentos en las excavaciones arqueológicas.

Posteriormente, los conquistadores vivieron dentro de la traza, donde se les otorgaron diversos predios. De hecho, la traza que realizó el español Alonso García Bravo para la reconstrucción de la ciudad conservó gran parte del esquema inicial. Muchas veces se ha intentado imaginar qué habría sucedido si se hubiera respetado la belleza de la Gran Tenochtitlan y los españoles hubieran construido otra ciudad contigua, pero los intereses propios de la Conquista deshicieron dicha hipótesis.

La siguiente trasformación de la ciudad la llevó a ser la sede del gobierno virreinal de la Nueva España y su diseño se edificó sobre las ruinas de la urbe indígena luego de que fuera arrasada. En esta adecuación se conservaron las principales calzadas, como la de Tenayuca, ahora conocida como Vallejo; Tlacopan, actual México Tacuba, y Tepeyac, ahora Calzada de los Misterios. También se respetaron los cuatro barrios indígenas que durante el virreinato modificaron sus nombres en náhuatl debido a la influencia del cristianismo: San Juan Moyotla, Santa María Tlaquechiuacan, San Sebastián Atzacualco y San Pedro Teopan.

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Así, “la ciudad colonial se levantó sobre las ruinas de la ciudad indígena, removiendo los escombros de los derrumbados palacios y templos, edificando los nuevos sobre sus cimientos, aprovechando aun los mismos materiales”, según narra Luis González Obregón en su libro Las Calles de México. El mayor cambio se llevó a cabo cuando la ciudad perdió su característica lacustre tras las obras de desecación del lago Texcoco, realizadas en el siglo XVI y concluidas en 1900.

En buena medida, durante la Colonia la ciudad se formó a partir de las necesidades religiosas. Al respecto vuelve a referir González Obregón: “en el siglo XVII la ciudad colonial creció en población y en edificios y las calles y las plazas fueron invadidos por nuevos monasterios, iglesias, hospitales, hospicios y colegios, y menos profana que la ciudad colonial del siglo XVI, la del siglo XVII fue más religiosa, casi beata”.

Ya en el siglo XIX fue sede de los poderes federales después de la Independencia y experimentó grandes cambios con el paso de los años, entre ellos la desaparición de los conventos tras las leyes de la Reforma y la etapa de construcciones públicas del siglo XX. Éste sería otro periodo de destrucción, ya que podríamos contar con tres ciudades: la prehispánica, la virreinal y la reformista.

Un importante cambio se llevó a cabo al término de la Revolución de 1910, cuando por decreto se protegieron el zócalo, la calle de Moneda y los edificios de valor histórico. A partir de 1930 se creó una nueva conciencia histórica del valor arquitectónico de la ciudad, que fue considerada el centro de población más importante del continente americano; entonces alojaba la totalidad de la administración pública, las actividades financieras, las organizaciones comerciales y la principal casa de estudios, la Universidad Nacional. Los decretos instaurados expresaron la preocupación por conservarla y prevenir un crecimiento descontrolado y el deterioro de su imagen urbana.

EL ÉXODO

Debido al deterioro, a partir de 1911 la población comenzó a desocupar el centro y sus habitantes fueron concentrándose principalmente en las colonias de Guerrero, Nueva Santa María, San Rafael, Roma, Juárez y San Miguel Tacubaya. Por otra parte, se crearon nuevas avenidas para resolver los crecientes problemas de tráfico y en 1968 se inauguraron las primeras líneas del metro con el propósito de apoyar el transporte público; sin embargo, el problema continuó debido al crecimiento de la población y el número de vehículos.

El 11 de abril de 1980, luego del descubrimiento y localización del Templo Mayor y de la Coyolxauhqui, se expidió un decreto que declaraba al centro histórico de la ciudad de México como zona de monumentos históricos, el cual marcaba los límites en 668 manzanas con una extensión de 9.1 kilómetros.

El decreto subdivide esta zona en dos perímetros: el A encierra la que cubrió la ciudad prehispánica y su ampliación en el virreinato hasta la Independencia, y el B comprende las ampliaciones efectuadas hasta el siglo XIX. Así mismo, el decreto de 1980, que protegía las construcciones y monumentos de los siglos XVI al XIX, consideraba indispensable la conservación y restauración del patrimonio arquitectónico y cultural como parte de los planes de desarrollo urbano del país.

DISTRIBUICIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Cuenta con poco más de 9 km2 y ocupa 668 manzanas. Hay cerca de 9 mil predios y alrededor de 1 500 edificios de valor monumental, con construcciones realizadas entre los siglos XVI al XX.

PARA MUESTRA…

El Palacio de Iturbide fue construido en el siglo XVII para los marqueses de San Mateo de Valparaíso y es un ejemplo de la arquitectura barroca con influencia italiana. Fue diseñado por el arquitecto Francisco Guerrero y Torres, que también fue autor del palacio de los condes de San Mateo Valparaíso y de la Capilla del Pocito en la Basílica de Guadalupe; su frontispicio es de varios cuerpos y el patio está rodeado por finas columnas. Tiene accesos por las calles de Gante, Bolívar y Madero. Este palacio debe su nombre a que lo habitó Iturbide cuando entró a México al frente del ejército trigarante. Durante mucho tiempo fue un hotel, ha sido perfectamente restaurado y en la actualidad lo ocupan un museo y oficinas de Banamex. No obstante puede ser visitado por el público. Se encuentra entre los edificios iluminados en el Programa del Fideicomiso del Centro Histórico.

En la esquina de 16 de Septiembre –antes Coliseo Viejo– e Isabel la Católica –antes Espíritu Santo– se localiza el Edificio Boker, construido en 1865 para albergar la ferretería del mismo nombre. Fue diseñado por los arquitectos De Lemus y Cordes, de Nueva York, autores de la famosa tienda Macys de esa ciudad, y ejecutada por el mexicano Gonzalo Garita, que también llevó a cabo la construcción del Monumento de la Independencia y de los cimientos del Palacio de Bellas Artes. Este inmueble tiene un edificio hermano, el que alberga al Banco de México, ejecutados por el mismo arquitecto y constructor; en 1900 lo inauguró don Porfirio Díaz y en su momento se consideró el más moderno de México, ya que fue el primero construido con columnas y trabes metálicas. Está considerado monumento histórico y arquitectónico de la ciudad.

Entre algunas anécdotas del inmueble, se cuenta que durante su construcción fueron encontradas Cihuateteo, diosa madre que se halla en la actualidad en el Munal, y el águila decapitada, en el Museo Nacional de Antropología. Su propietario, Pedro Boker, ha participado de manera directa en las obras de rescate realizadas en esas calles y nos comenta que se ha contado con tres vecinos por cada una de las vías, quienes toman parte en la supervisión de las obras.

ACCIONES DE RESCATE

El deterioro creciente del centro incluye aspectos económicos, sociales, políticos y de imagen urbana, por lo que un plan de rescate debe tomarlos en cuenta con vista a salvar nuestros valores históricos y culturales.

El proyecto actual de regeneración del Centro Histórico lo encabeza el Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México, dirigido por Ana Lilia Cepeda, y comprende un conjunto de acciones dirigidas y complementarias, que en un lapso de cuatro años (2002-2006) producirán un impacto positivo en el espacio urbano.

ASPECTOS ECONÓMICOS

En este sentido se proponen asegurar la rentabilidad en las inversiones, garantizar las inversiones inmobiliaria, replantear el aprovechamiento de edificios, reactivar económicamente la zona y generar empleos.

ASPECTOS SOCIALES

Por otra parte, se busca revitalizar y recuperar las condiciones de habitabilidad de la zona, fortalecer el arraigo de las familias que lo habitan, así como solucionar los problemas de comercio en la vía publica, inseguridad, pobreza y deterioro humano.

ETAPAS DEL RESCATE DEL CENTRO HISTÓRICO MEDIANTE SU PROYECTO DE REGENERACIÓN

Primera (las tres desde agosto a noviembre de 2002):

Comprendía las calles de 5 de Mayo, Isabel La Católica/ República de Chile, Francisco I. Madero y Allende/ Bolívar.

Segunda:

Abarca las calles de 16 de Septiembre, Donceles, desde Eje Central hasta República de Argentina, así como dos tramos de Palma, entre 16 de Septiembre y Venustiano Carranza, entre 5 de Mayo y Madero

Tercera:

Realiza trabajos en las calles de Venustiano Carranza, de Eje Central a Pino Suárez, los tramos restantes de Palma, uno de 5 de Febrero, entre 16 de Septiembre y Venustiano Carranza. En la calle de Motolinía fueron rehabilitados los pisos y las jardineras, y a petición de los vecinos se convirtió en peatonal el tramo ubicado entre Tacuba y 5 de Mayo.

Cuarta etapa: (del 27 de julio del 2002 a octubre de 2003). Incluyó la calle de Tacuba (arroyos, guarniciones y banquetas).

PROGRAMA DE IMAGEN URBANA

Interviene en aspectos del paisaje urbano con un sentido de respeto al patrimonio histórico; son intervenciones conservadoras entre las cuales se incluyen arreglo de fachadas, iluminación de los edificios, mobiliario urbano, transporte y vialidad, estacionamiento, ordenamiento de comercio en la vía pública y recolección de basura.

PROYECTO DE ILUMINACIÓN

La iluminación de los inmuebles resalta su belleza para los recorridos nocturnos. Entre los iluminados en el programa destacan:

• En Isabel La Católica La Esmeralda, el Casino Español, la Casa del conde de Miravalle y la Casa Boker.

• En Madero se diseñó iluminación en el Templo de San Felipe, el atrio de San Francisco, el Palacio de Iturbide, La Profesa, la Casa Borda y el Edificio Pimentel.

• En 5 de Mayo se instaló iluminación en el Monte de Piedad, la Casa Ajaracas, el Edificio París, el de Motolinía y 5 de Mayo, el Palestina, así como la fachada del Edificio de Pesas y Medidas.

MONTOS Y PERSPECTIVAS

El Programa de Desarrollo Urbano del Centro Histórico implica una inversión del gobierno del Distrito Federal de 375 millones de pesos (mdp) en acciones de infraestructura, imagen urbana y adquisición de inmuebles. La inversión privada asciende a 4 500 mdp en proyectos de compra de inmuebles e instalación de tiendas, restaurantes y otros comercios.

Esta transformación es la más importante desde 1902, última ocasión en que se abrieron calles y se renovó la infraestructura. Es un proyecto conservador de los valores de la zona histórica, en el cual participan el gobierno del Distrito Federal, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Nacional de Bellas Artes, historiadores del arte, restauradores, arquitectos y urbanistas. Sin duda, el Centro recobrará gran parte de su esplendor.

Fuente: México desconocido No. 331 / septiembre 2004

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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