De Ciudad Obregón a Álamos, relicario colonial en Sonora
Cuando pensamos en el estado de Sonora, viene a nuestra mente paisajes desérticos, pero Álamos, localizada al sur, colindando con Sinaloa, yace a los pies de la Sierra de Álamos, parte de la Sierra Madre Occidental.
Está rodeada del encanto del desierto, de las grandes dunas eternamente cambiantes, pero su cercanía con la montaña y con el trópico, la convierte en un mosaico de oportunidades para disfrutar, donde la vida se manifiesta en muy variadas formas vegetales y animales. Hay tantas maneras como caminos para llegar a Álamos, pero lo más recomendable, desde la ciudad de México, es volar o tomar un autobús directo a Ciudad Obregón, donde un interesante y bien planeado tour permite conocer sus secretos y sus encantos y, además ir a su famoso parque de béisbol, donde se han retado los grandes de ese deporte.
EL CINEGÉTICO NAVOJOA
Después de Ciudad Obregón pasamos por Navojoa, donde contactamos con una empresa turística, pues deseábamos conocer el Rancho Tres Marías, un sitio cinegético, donde crían todo tipo de venados, incluso especies africanas, asiáticas y europeas para los amantes de la caza mayor. En estos ranchos se practica la caza sin poner en peligro de extinción a estas especies. Los alrededores son también ricos en venado cola blanca, jabalí, paloma, codorniz y patos, entre otros animales. En esta región también se puede pescar en el arroyo Cuchujaqui, en la presa El Mocuzari, o sobre el camino a Navojoa, donde se pueden capturar lobinas, bagres y mojarras.
UN POCO DE EJERCICIO Y CULTURA
A nosotros nos atraen otras cosas, así que salimos en bicicleta a recorrer partes de la sierra. Nos maravilló el espectáculo siempre cambiante y muchas veces contrastante, debido a los diferentes ecosistemas que se conjuntan ahí. Otra de las actividades que resultó muy interesante fue la visita a Huatabampo, en donde conocimos al profesor Lombardo Ríos, encargado del Museo Álvaro Obregón, quien inmediatamente nos invitó a visitar uno de los lugares sagrados de las antiguas culturas de esta región, su nombre original es Thehulibampo, donde encontramos, entre lo cañones del río, cientos de grifos tallados en piedras.
A LA ORILLA DEL MAR
De ahí nos dirigimos a Huatabampito, en donde pudimos dar un chapuzón en la playa y aventuramos en kayak por algunos de los esteros, donde tuvimos algunos de los momentos más agradables, dedicados al avistaje de aves. Esta zona es muy cotizada por ornitólogos, ya que dependiendo de la estación, es fácil ver distintas variedades de aves marinas y de los hábitats desérticos y tropicales que circundan la costa. ÁLAMOS,
LA CIUDAD DE LOS PORTALES
En el aspecto cultural, ésta es una de las ciudades coloniales más espléndidas de México. Tiene una intensa historia que empezó en las últimas décadas del siglo XVII, con las reseñas de la conquista de sus muchas tribus indígenas, del establecimiento de misiones, pero sobre todo, la ciudad prosperó con la fiebre que despertara el descubrimiento de los minerales de plata de Promontorios, La Aduana, Las Cabras, La Quintera y otras minas. La iglesia, que fue sede del primero obispado, fue construida de 1757 a 1804; sus tres naves y la fachada tienen elementos clásicos y barrocos. Las tres campanas de su torre sonaron en la Colonia con el auge de la minería y la Plaza de Armas, con sus majestuosas arcadas, fue testigo de la activa vida social y económica de esa época. Su historia se enriqueció después con sus enfrentamientos contra los imperialistas y después con los revolucionarios.
Debido a su posición geográfica y a su importancia económica y social, fue escenario de diversos acontecimientos militares, ligados a la defensa de la soberanía nacional hacia 1865 y a la Revolución a principios del siglo xx. Todos estos sucesos históricos parecen respirarse aún por toda la ciudad y forman parte de su encanto único. Al llegar, uno se siente de inmediato transportado a otra época, a otro mundo, al mundo romántico del México antiguo, donde el apuro no existe, porque el tiempo se ha detenido. Muchas de las casonas coloniales, de los siglos XVII y XVIII, han sido convertidas en magníficos hoteles. Los portales, la iglesia, la vieja cárcel, la forma amistosa y calmada de los sonorenses, el ritmo suave en el que se mueve la vida aquí, todo contribuye a darle un aire mágico y seductor a ésta, la ciudad colonial más norteña del país. Aquí amorosamente se dan cita la historia, las bondades de la naturaleza y la amabilidad de sus habitantes para crear refugios para los agotados habitantes de las grandes urbes, donde sobre todo turistas extranjeros vienen a encontrar la paz y el estilo de vida sano, reposado, que paradójicamente su desarrollo les ha robado.
ÁLAMOS, PUEBLO MÁGICO
Este Pueblo Mágico ss un lugar hermoso y único. Es fácil conocer a pie los sitios más interesantes y representativos de esta “ciudad de las Portales”. El recorrido turístico llamado “Casas y Jardines”, permite sentir a fondo esta parte centenaria de callejones empedrados y románticos balcones enrejados. Una vez abiertos los zaguanes, se puede recorrer los patios y traspatios de las viejas casonas y adentrarse por sus huertas, donde se cultivan mangos y granadas; y por los jardines, bordeados de datileras, setos de flores, albercas o fuentes, o circundados de pasillos de grandes arcos, algunos de influencia morisca, donde los silenciosos ecos de la quietud parecen llenarlo todo. Otro atractivo interesante es acercarse a las comunidades indígenas de gaurijíos y mayos, y conocer sobre sus orígenes, su cultura y cómo se han ido adaptando a la civilización. Para quien tenga interés particular en las artesanías, se fabrican muebles rústicos en maderas regionales. También se consiguen artículos de palma, latón, vidrio, platería, hierro forjado, instrumentos musicales, cerda tejida o cobijas de lana hechas por mayos.
PARA LOS AMANTES DEL DEPORTE
Existe toda una amplia gama de actividades que van desde montar a caballo, bicicleta de montaña, treking, y en sus diferentes ríos y sus playas, canotaje, kayak y pesca (el Mayo es el segundo río más grande de Sonora y uno de los pocos con corrientes perennes). SI ;VAS A… Álamos, con una población de alrededor de 8 000 habitantes, es también una industriosa ciudad donde artesanos y campesinos trabajan las curtidurías, talabarterías, trapiches y aserraderos. Cuenta además con todos los servicios para un turismo creciente y hay bancos, gasolinera, boticas,”hielería” (como le llaman ahí), excelentes hoteles y restaurantes, donde se puede disfrutar de una riquísima cocina.
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