Día de Muertos en Sombrerete, Zacatecas
Con arraigada tradición se respetan estos días de culto, unos se acercan a las almas de quienes se adelantaron; otros adoran a la Santa Muerte, antiquísima tradición minera que se extendió por todo el país; y unos más, sino es que la mayoría, se unen al desfile tradicional en el marco del Festival de las Ánimas.
Llegados los últimos días de octubre, del 29 al 31, en este Pueblo Mágico de Sombrerete se comienza a sentir el ambiente festivo y de unión que produce el Día de Muertos. Entonces los sombreretenses ya están listos para participar en la carrera nocturna que tiene lugar en el Parque Nacional Sierra de Órganos, la cual recuerda a los difuntos amados; en el concurso de catrinas que año con año muestra la destreza y gusto de los estudiantes.
Cortesía José Serrano No faltan los talleres y las pláticas en torno al concepto de la muerte. El 1 de noviembre tiene lugar la Procesión de Ánimas, tradición que se conserva desde los siglos XVIII y XIX emula a las antiguas cofradías, donde la gente vestida de colores claros y velas encendidas sale rezando del Templo de la Soledad y de San Francisco para dirigirse al Panteón Municipal, el cual se encuentra iluminado por veladoras, y teñido de cempasúchil y nube. El fin es acompañar a los difuntos de regreso al plano terrenal. En el camposanto también se realizan recorridos nocturnos que recuerdan aquellos personajes emblemáticos ahí enterrados.
Sin perder ese ánimo de fiesta, en el Auditorio Municipal se presencia el concurso de altares, disfraces de catrinas y tapetes de aserrín.
El culto a la muerte en San Pantaleón
Este poblado destaca por un culto añejo del siglo XVIII hacia la Muerte, a la que consideran Santa; surgió con los mineros, quienes antes de iniciar con sus labores, se encomendaban a la Santa Muerte con una sencilla oración: “Santa Muerte, permíteme bajar y subir. Yo te lo agradeceré”. En tanto sus familiares pronunciaban una jaculatoria para protegerlos: “Muerte querida de mi corazón, no me desampares con tu protección, no dejes a mi (hijo, hermano, esposo) un solo momento; cuídalo, protégelo, para que siempre él piense en venir a su casa para gozar del amor y la virtud que tú concedes de vivir”.
No se sabe exactamente de donde vino la Santa pero estuvo dentro del templo de San Pantaleón por décadas, sin embargo las autoridades eclesiásticas ordenaron sacarla por considerarla profana; entonces sus fieles le construyeron una pequeña capilla donde llegan a adorarla miles de seguidores de todo el país y el extranjero; le llevan veladoras, dólares, botellas de licor, fruta,
