El arte de la platería en nuestros días

De las entrañas de la Tierra, este precioso metal pasa a las expertas manos de los mineros y fundidores y de ahí a los talleres de los artífices, que la convierten en objetos hermosos, que, a su vez, en muchas ocasiones, vuelven a ser fundidos para renacer con una nueva fisonomía de acuerdo con otros requerimientos, con frecuencia impuestos por la moda.  Antes de la llegada de los españoles ya se conocía en Mesoamérica la plata fundida y martillada. Relata Bernal Díaz del Castillo que Moctezuma envió hasta Veracruz a Cortés, entre otros objetos, un disco de oro, representación del sol, y uno de plata, simbolizando la luna. El emperador mexica buscaba con esto agradar a los conquistadores y alejarlos definitivamente, pero logró en cambio despertar su interés y su codicia.

El camino de la conquista estaba trazado. Fue talla cantidad de plata que encontraron los españoles a su arribo al Altiplano, que Cortés ordenó que se hicieran lingotes con gran parte de los objetos, y que con el resto se fabricaran platos, tazas, jarras, salseras y hasta escupideras y bacines para ser enviados como presentes al emperador Carlos V. Con especial esmero se seleccionaron unas cuantas piezas de oro y plata de factura indígena que sintetizaban, ante los asombrados europeos, lo diferente, lo exótico de las culturas americanas. Memorable fue el banquete ofrecido por Cortés en la Plaza Mayor cuando todos los utensilios de mesa eran de plata, por lo que se tuvo que asignar a cada invitado un sirviente-vigilante con el fin de evitar cualquier extravío. Y de sobra conocido es también el hecho de que muchos soldados hispanos no pudieron huir de las huestes mexicas durante la Noche Triste a causa del peso de los objetos de oro y plata que llevaban cargando. 

Ante la eminencia de la riqueza argentífera de la Nueva España, a finales del siglo XVI los joyeros y orfebres constituyeron el gremio de los plateros, el cual llegó a ser el más importante y uno de los más poderosos de la Colonia. Se inicia así un trabajo organizado que ha perdurado a través de los siglos, caracterizándose siempre por la imaginación y la eficiencia de los operarios y de quienes los dirigen.  Del siglo XVI al XX multitud de artistas y artesanos anónimos han dado vida a objetos utilitarios y de ornato de plata. Se han sucedido estilos arquitectónicos -barroco, neoclásico, art nouveau y art decó, entre otros-, han desfilado conquistadores, reyes, clérigos, damas altivas e ilustres caballeros cuya fascinación por la plata, “lágrima de la luna”, como la llamaron los aztecas, ha alentado y enaltecido la creación de objetos hermosos.  Un esfuerzo innovador       

Alfonso Soto Soria, diseñador y museógrafo mexicano, nos habla de la producción de joyería de plata en el último siglo.  “El precursor de la joyería de plata contemporánea es, sin duda, Frederic Davis, quien inició sus actividades en México como empleado de Sonora News Co., concesionaria de la venta de periódicos, recuerdos y alimentos en los ferrocarriles mexicanos.  “Gracias a que viajaba por todo el país, Davis pudo reunir, entre los años veintes y treintas, la colección de arte popular más importante del país. Al llegar a la gerencia de dicha empresa, organizó en el Palacio de Iturbide de la calle de Madero una tienda para la venta de productos artesanales, y contrató joyeros citadinos para diseñar una línea de joyería inspirada en motivos vernáculos acorde con las corrientes estilísticas de esa época. 

“En 1933 Davis se asoció con Frank Sanborns y la sección artesanal de Sonora News se fusionó con la empresa Sanborns, dando un fuerte impulso a la platería a través de nuevos diseños tanto en joyería como en orfebrería . Gran conocedor de la materia, Soto Soria señala: “Taxco, cuna de la platería mexicana moderna, debe su fama a la presencia de William Spratling, quien llevó a su taller Las Delicias a un grupo de joyeros de Iguala que trabajaban el oro a realizar objetos de plata. Nació así una generación de plateros ilustres de la que formaron parte Antonio Castillo, Antonio Pineda y poco después Terán, Sigi Pineda, Ledesma y Margot, esposa de Antonio Castillo. Conjuntamente con este grupo se desarrollaron los hermanos Tapia, excelentes lapidarios. 

“En la década de los cincuentas, en la Ciudad de México surgieron Montes de Oca, estupendo ejecutor de las piezas que diseñaba Pineda, y otros plateros de Taxco, como Matilde Poulat, cuya producción barroca sigue presente hoy en día en el trabajo de su sobrino Ricardo Salas Poulat  Acerca de los plateros de los años recientes nos dice Soto Soria: “A partir de los setentas, Ana Morelli, orfebre y joyera, adoptó el estilo surrealista en sus obras,. mientras que Víctor Fosado conservó modelos tradicionales en objetos muy bellos. También destaca en esta generación Ernesto Paulsen, creador de joyería escultórica. Por otra parte, desde los años treintas Ortega produce y vende, en pleno corazón de la Ciudad de México, vajillas, centros de mesa, platones, etc., del más representativo estilo mexicano. A las joyas que no tienen como elemento base el oro, la plata o el platino se les considera bisutería, carecen de valor intrínseco aunque estéticamente sean muy bellas”. 

De acuerdo con Soto Soria, cuando empezó la decadencia de Taxco, a raíz de la puesta en marcha de la carretera México-Acapulco -que no pasa por esa población- los precios cayeron estrepitosamente, lo que se tradujo en piezas de plata de baja calidad, a excepción de las de Pineda, los Castillo y algunos otros más. Los temas se volvieron muy repetitivos y, en general, los objetos, tasados por su peso y no por el trabajo que habían requerido, estaban destinados a los centros turísticos, sobre todo de la frontera con Estados Unidos.

Cabe mencionar que los Castillo innovaron la platería con su colección de “metales casados” (latón, cobre y acero combinados con plata).  Asegura Soto Soria, que las piezas de plata contemporánea son muy apreciadas por una clientela cada vez más conocedora y exigente. Quien las adquiere, hace suyo un objeto bello con la certeza de que día con día tendrá un mayor valor, no sólo intrínseco sino también estimativo.  El equipo de Diseñadores de TANE se formó en los setentas. A partir de entonces el “estilo TANE” fue adquiriendo su propio carácter. Alfonso Soto Soria, quien actualmente forma parte del equipo, ha “compartido sus experiencias con otros diseñadores mexicanos y extranjeros. En los ochentas por ejemplo, nació la línea TANE de cobre, estaño y madera combinados con plata.

“El diseño no es el logro de un individuo, sino de un equipo”, señala Soto Soria, y asegura que la platería se ha transformado a la par que la sociedad, pero que hoy, como antaño, tiene como finalidad embellecer nuestro entorno.  Los diseñadores de TANE tienen en el arte precolombino y en el arte popular sus principales fuentes de inspiración. El resultado son objetos contemporáneos, de líneas simplificadas, pero con reminiscencias de las culturas antiguas. 

 En su afán innovador, TANE creó la línea Arte-Objeto, que reúne piezas pequeñas en plata de escultores, pintores y diseñadores de renombre. El artista casi siempre crea obras de gran tamaño. Ahora, su arte puede adornar una mesa o un escritorio. Estas piezas han tenido una excelente acogida y son un orgullo para la empresa. 

 Fuente:  México en el Tiempo No. 34 enero-febrero 2000

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