El tapayaxin o camaleón de montaña, especie endémica de México
El tapayaxin representa la belleza y la fragilidad de la vida silvestre en las montañas mexicanas.
En los rincones montañosos de México habita un ser singular, el tapayaxin, también conocido como sapillo o dragoncito. Aunque su nombre sugiere parentesco con los sapos o camaleones, este reptil que se conoce popularmente como camaleón de montaña, pertenece al género Phrynosoma.
El tapayaxin suele tener longitudes que oscilan entre los ocho y los 12 centímetros, con un cuerpo rechoncho con una gran cantidad de espinas o cuernos desde la cabeza hasta la cola.
Distribución y hábitat del tapayaxin
Esta especie no es exclusiva de México, pues se distribuye desde el sur de Canadá hasta Guatemala. No obstante, en nuestro país se encuentran 16 de las 17 especies conocidas de este reptil.
De ahí que el tapayaxin desempeñe un papel fundamental en diversos ecosistemas del país. Su dieta variada, que incluye desde chapulines hasta arañas, destaca por su predilección por las hormigas, de las cuales consume grandes cantidades.
Esta peculiar dieta convierte al sapillo en un aliado clave para el control biológico, contribuyendo así al equilibrio de los ecosistemas donde habita. Además, forma parte de la cadena alimenticia de aves rapaces como águilas y halcones, lo que resalta su papel fundamental en el equilibrio natural.
Este reptil suele habitar en lugares cálidos y secos, por lo que se les puede ver sobre las rocas aprovechando los rayos solares. Para hidratarse recoge el agua de lluvia levantando la cola, de este modo dirige el líquido hacia su cabeza. Posteriormente al escurrir el agua sobre su cabeza, abren y cierran sus mandíbulas para bombear el agua hacia su boca.
De hecho, en la época preshispánica era conocido como el rey de todos los animales debido a su corona de espinas, por lo que solía ocupar un lugar destacado en el imaginario colectivo.
Principales amenazas del tapayaxin
Sin embargo, a pesar del respeto y la veneración que recibía en épocas prehispánicas, el tapayaxin enfrenta actualmente amenazas significativas, incluida la destrucción de su hábitat y el comercio ilegal.
Estas circunstancias llevaron al reptil a estar en riesgo según la Norma Oficial Mexicana 059, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Por ello en nuestro país está prohibido tenerlos como “mascotas”.
En los cálidos y secos paisajes de México, el tapayaxin continúa siendo un símbolo de la biodiversidad mexicana, una criatura única que merece ser protegida y admirada.