Fue un gobernador mexicano quien inició la cacería de apaches; daba $100 por cuero cabelludo
Los sanguinarios cazadores arrebataron vidas y luego cortaron tantos cueros cabelludos de apaches que al gobierno de Chihuahua le fue imposible pagar todo el dinero prometido.
Los apaches nunca tuvieron por costumbre arrancar el cuero cabelludo de sus enemigos, pero lo empezaron a hacer para vengarse de las autoridades que previamente habían arrancado varios cueros cabelludos de integrantes de su tribu a través de desalmados cazadores humanos a sueldo. Así comenzó la cacería de apaches.
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Ahora bien, no fue el gobierno estadounidense el que empezó a financiar la cacería de apaches quitándoles la vida para posteriormente arrancarles la cabellera, sino que todo esto empezó por iniciativa del gobernador de Chihuahua, Ángel Trías Álvarez, en el año 1849.
Cacería de apaches: 100 pesos por cuero cabelludo
Trías Álvarez, por cierto nacido en Ciudad de México, ofreció al principio 100 pesos por una cabellera de apache varón y 50 pesos por el de una cabellera de mujer. Sin embargo, para avanzar más rápido con el exterminio de los rebeldes nativos, la tarifa se elevó a 200 pesos por la de un hombre, la mitad por una mujer y 250 por guerreros vivos para que al final éstos fueran colgados.
A esta cacería humana se le llamó “ley de cabelleras”, “ley quinta” o “contratas de sangre”. Lo que el gobernador de Chihuahua no calculó, o tal vez sí, fue primero que su iniciativa atraería a personas avariciosas de la peor calaña como fue el caso del irlandés James “Santiago” Kirker.
Y en segundo lugar, tampoco habría estimado, o tal vez sí, que con las recompensas los cazadores humanos, movidos por su avaricia, no sólo le llevarían cabelleras humanas de apaches rebeldes sino también de integrantes de tribus pacíficas, pues es lógico que resulta imposible diferenciar entre la cabellera de un rebelde de alguien que no lo fuera. Cientos de inocentes murieron a manos de estos personajes.
Llevaron tantos cueros cabelludos de apaches que a Chihuahua le fue imposible pagar
Tan sólo en 1849 el gobierno de Chihuahua pagó 17 mil 896 pesos a los cazadores de cabelleras. Algunos nombres de esos mercenarios fueron James “Santiago” Kirker quien se casó con una mexicana; Johan Johnson, alias “El Come Hígados” y Joaquín Terrazas, alias “Azote de los Indios”.
Así, cazadores humanos comandados por los tres personajes mencionados arriba, llegaron a llevar tantos cueros cabelludos apaches al gobierno de Chihuahua que a éste le fue imposible pagar, declarándose insolvente para hacerlo. Muchos de los apaches a lo que les quitaron la vida, incluyendo mujeres y niños, estaban pacíficamente asentados en lo que hoy es el municipio de Galeana, Chihuahua.
Los sobrevivientes de esta cacería de apaches terminaron por huir hacia territorio estadounidense. Para la época de Porfirio Díaz, el gobierno empezó a presumir que con éxito habían exterminado a los apaches de México.