Historia de la cerveza y el vino en México - México Desconocido
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Historia de la cerveza y el vino en México

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© Depositphotos

Primero el vino en la época colonial, posteriormente la cerveza, poco a poco la producción nacional de ambas bebidas fue creciendo hasta convertirse en parte sustancial de nuestra economía.

Sobre la Cerveza

La producción de cerveza fue artesanal y muy limitada hasta finales del siglo XIX. Hubo algunas plantas cerveceras en la ciudad de México y en Toluca, pero se producía a pequeña escala. En 1890 se instaló en Monterrey la primera gran cervecera, capaz de producir diez mil barriles y cinco mil botellas diarias. Cuatro años después se abrió otra en Orizaba, algo mayor. Su gran éxito hizo que se modernizaran las antiguas instalaciones de todo el país.

En Orizaba la cerveza se producía desde principios del siglo XVIII; tarde, en 1896 los empresarios alemanes y franceses, señores Henry Manthey y Guillermo Hasse, con el apoyo de varios capitales de Veracruz y Orizaba, fundaron la primera industria cervecera en 1904.

A lo largo del siglo XX se contemplaron una serie de cambios en los patrones de consumo de la población: el pan blanco sustituye a la tortilla, los cigarros al puro, el azúcar al piloncillo y la cerveza al pulque. Del mismo modo, las cantinas a las pulquerías y los bares a las tabernas. Hoy la cerveza es parte de nuestra vida cotidiana. El autor Marcet dice que hay cerveza cantinera: melancólica y musical que los más valientes convierten en submarino con un tequila. También existe la cerveza hogareña; ésta es relajada y deportiva, televisiva o de vecinos y cuñados. De cualquier manera, el autor la considera la savia nacional.

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Sobre el Vino

Durante los primeros años de la Colonia se plantaron todos los viñedos que florecieron y aún existen en el centro del país y gran parte de California. Tras descubrir la existencia de cepas silvestres, los primeros conquistadores procedieron a hacer injertos y a sembrar plantas nuevas. En 1612, para proteger la economía metropolitana, se prohibió la siembra de vid, la cría de los gusanos de seda, la producción de lienzos finos y muchos otros productos. Más tarde, también la importación de vinos del Perú y Chile. Antes de eso, Francisco de Urdiñola había ya formado su primera bodega vinícola en la hacienda de Santa María de las Parras. En el escudo de Querétaro que data de 1660, podemos ver unas viñas.

Después de la Independencia, los reglamentos se modificaron para proteger la producción nacional y se gravaron con altos impuestos las importaciones de los vinos y licores. Humboldt, unos años antes, había alabado de particular manera los viñedos de Paso del Norte y de las Provincias Internas: florecieron, y a pesar del caos general de la época, aumentaron.

Durante el porfiriato creció el consumo de vinos, pues además de tener amplia aceptación los de Coahuila y San Luis, aumentó su importación. A finales del siglo XIX y principios del XX, 81% de la producción de uva se utilizaba para hacer vino y 11% se consumía como fruta; años antes, hasta el 24% se había destinado a elaborar aguardientes, pero la prosperidad de estos años permitió que las clases consumidoras de brandy o cognac, sólo lo probaran si procedía de Francia.

Desde los más remotos tiempos son famosos los viñedos de Aguascalientes, Coahuila, Baja California, Durango, Zacatecas, Sonora, Chihuahua, Querétaro, Guanajuato y San Luis Potosí. Allí donde el clima fue propicio, los misioneros sembraron siempre sobre las pas y cuidaron su difusión. De aquellos primeros huertos de los frailes deriva nuestra actual industria vitivinícola.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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