Los ahuehuetes prehispánicos que aún existen en Azcapotzalco
Azcapotzalco aún conserva ahuehuetes plantados en honor a Moctezuma. Te contamos sobre esta alcaldía con una fuerte herencia indígena.
Azcapotzalco es una de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, cuyo nombre quiere decir “en el hormiguero”. Su denominación proviene del mito de Quetzalcóatl, quien se dice descendió al inframundo en forma de hormiga para robar los granos de maíz y entregárselos a los seres humanos.
En la época prehispánica sus habitantes fueron conocidos como azcapotzalcas o tepanecas y se piensa que la ciudad fue fundada hacia el 995 d.C. A su vez, los tepanecas fueron un grupo chichimeca que migró hacia la región norte de la actual Ciudad de México.
Azcapotzalco logró su mayor esplendor durante el poderío de Tezozómoc, quien gobernó entre 1371 y 1426, tras lo cual la región cayó en manos de la Triple Alianza conformada por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan.
Foto: ocelotl_tekuani_velomic
Tras la conquista, Azcapotzalco fue evangelizado por los frailes de la Orden de los Predicadores, quienes dejaron un importante legado arquitectónico y cultural en toda la región. Entre sus principales edificaciones se encuentran la actual Catedral de Azcapotzalco y pequeños templos en los barrios.
Gracias a la estructura de barrios construidos en torno a los templos novohispanos, la herencia e identidad indígena de los mismos se preservó, lo cual ha permitido que se preserven elementos que datan de la época prehispánica.
Los ahuehuetes prehispánicos de Azcapotzalco
Entre las reliquias que aún subsisten de aquella época de esplendor tepaneca, se encuentran ejemplares de ahuehuetes. Aunque hoy en día es un árbol común en la zona centro de México, su origen se sitúa en el actual estado de Michoacán, de donde se cree pudo provenir el pueblo tepaneca.
De acuerdo con algunas crónicas, el ahuehuete, cuyo nombre quiere decir “viejo de agua”, era el árbol favorito de Tezozómoc, pues era símbolo de los buenos gobernantes y su sabiduría. La presencia de ahuehuetes no era común y se sabe que durante la época de esplendor de Azcapotzalco se sembró una gran cantidad ejemplares, algunos de los cuales aún viven.
Uno de los ejemplares más sobresalientes es el del barrio de Santa Catarina, que tiene 700 años de antigüedad y está en las inmediaciones de escuela primaria Sotero Prieto, diseñada por Juan O’Gorman.
Asimismo, es bien sabido que una gran cantidad de los ahuehuetes que se sembraron en el camino que va de Azcapotzalco a Tlalnepantla fueron colocados en honor a tlatoani Moctezuma, cuando la ciudad ya se encontraba bajo el gobierno de los mexicas. Gracias a ello, hasta el siglo XIX Azcapotzalco era conocido como el paseo de los ahuehuetes. En la actualidad sobreviven cerca de doscientos ejemplares de la época prehispánica.
San Juan Tlihuaca y su ahuehuete
De los viejos ahuehuetes también sobresale el ubicado en la Glorieta de los Ahuehuetes en San Juan Tlihuaca, uno de los pueblos originarios abrazados por la urbanización que aún conserva su legado y cierta mitología indígena.
De acuerdo con la leyenda popular, siete ahuehuetes fueron sembrados junto a un ojo de agua que se alimentaba con agua del río de los Remedios como símbolo de que el pueblo tempaneca echaría raíces. También se cree que los árboles fueron sembrados por siete sabios que cargaron con las semillas desde Chicomóztoc, el mítico lugar de origen del pueblo tepaneca.
El río se secó intencionalmente en la época novohispana, pues los europeos le atribuían a los habitantes de Tlihuaca una especial vocación por la brujería y el nahualismo. Como consecuencia, los ahuehuetes se secaron, sin embargo, aún sobrevive el gran tronco del último que murió y se sigue atribuyendo poderes mágicos a los habitantes originarios de dicha región.
