Los pueblos mágicos más auténticos de todo México
Si bien todos los pueblos mágicos poseen un valioso legado natural y humano, los de este apartado se distinguen porque sus atractivos no se encuentran en ningún otro lugar. ¡Descúbrelos!
Batopilas, Chihuahua
Entre montañas y barrancas se encuentra Batopilas, cuyo pasado minero se palpa en cada tramo de su pintoresco centro. De allí no puedes dejar de conocer la Misión Santo Ángel Custodio, recuerdo de la evangelización jesuita; tampoco te pierdas el ingreso a la mina Cerro Colorado, donde aprenderás sobre la plata que trajo prosperidad. ¿Te gusta la aventura? Prueba la tirolesa sobre el pueblo o haz senderismo por los cañones cercanos. ¿Buscas un recuerdo? Adquiere con un artesano rarámuri un bonito violón de madera.
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Nombre de Dios, Durango
Otra de las más recientes inclusiones a la lista de los pueblos mágicos, el segundo con esta categoría en Durango. De aquí no te puedes ir sin probar sus mezcales; tampoco sin conocer la cascada de El Salto (un oasis a mitad del desierto) o Los Salones: un paraje ribereño cubierto por antiguos sabinos.
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Taxco, Guerrero
La ciudad de la plata fascina a todos por sus calles empinadas y sinuosas, sus casitas blancas con tejados de barro y esa brisa humedecida que baja de las montañas. Visitar sus talleres de orfebrería y adquirir una pieza de plata auténtica es obligatorio, así como contemplar la fachada barroca del Templo de Santa Prisca.
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Viesca, Coahuila
Su principal atractivo son las impresionantes Dunas de Bilbao, un área protegida cubierta por extensos arenales de gran valor ecológico. También merecen tu visita el Museo de Arte Sacro y la Parroquia de Santiago Apóstol, poseedores de tesoros dejados por la evangelización del norte del país.
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Mapimí, Durango
Como un espejismo a mitad del desierto: así es Mapimí, que a pesar de su tamaño y lejanía ha sido refugio de personajes como Miguel Hidalgo y Benito Juárez. En el centro visitar los inmuebles donde estuvieron estos próceres, para luego caminar entre las lápidas escritas en inglés, alemán o chino de su Panteón Municipal. De aquí puedes partir a ver el pueblo fantasma de Ojuela, un sitio único.
El Fuerte, Sinaloa
Su nombre le viene bien por buenas razones: primero, por la fortaleza que aquí alzaron los españoles en el siglo xvii, cuya réplica es hoy el Museo de El Fuerte. En segundo lugar, porque es un baluarte de los mayo o yoreme, orgulloso pueblo indígena que aún practica sus danzas y tradiciones en los alrededores del pueblo.
Magdalena de Kino, Sonora
Visitarlo es una gran oportunidad para conocer la historia de la evangelización del noroeste de México y sureste de Estados Unidos de América, como también para ver los restos de su fundador, el padre misionero Eusebio Kino, dentro del mausoleo del templo de Santa María Magdalena. A 12 kilómetros del pueblo, los gigantescos sahuaros de Sasave te sorprenderán.
Álamos, Sonora
Transpórtate a sus años de mayor riqueza minera hospedándote en la Hacienda de los Santos, cuyos decorados y mobiliarios mantienen el lujo del siglo xvii. No dejes de visitar la Casa de María Félix para ver objetos, fotos y recuerdos de esta diva nacida aquí; tampoco olvides subir al Cerro del Perico a admirar el trazo refinado del pueblo y el exuberante verdor de los cerros: no todo en Sonora es desierto.
Metepec, Estado de México
Mientras en otros destinos la magia circula por calles y edificios, en Metepec surge de las manos de sus artesanos, expertos en la confección de piezas de barro. Las más emblemáticas: el intrincado Árbol de la Vida y las sugerentes sirenas conocidas como Tlanchanas. Lleva a casa talento mexiquense comprando en su Mercado de Artesanías.
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Jalpa de Cánovas, Guanajuato
Lo que fuera una hacienda es hoy uno de los pueblos más originales de México, rodeado por molinos y nogaleras y donde hasta el mole es de nuez. Parte de su belleza se debe a un solo hombre, el ingeniero Cecil Luis Long, quien diseñó la parroquia neogótica de El Señor de la Misericordia y la fotogénica Presa de Santa Efigenia.
Salvatierra, Guanajuato
Ven a conocer el rico legado arquitectónico de este Pueblo Mágico, producto de su origen como asentamiento de españoles. El más notable de esos monumentos es el Puente de Batanes, construido en 1625 y uno de los más antiguos de México. También impresionantes son el convento del Carmen y el de las Capuchinas.
Huasca de Ocampo, Hidalgo
¿Sabes qué hermana a este Pueblo Mágico con Hawái e Irlanda? Que solo en estos tres sitios hay prismas basálticos, caprichos de roca cinco o seis caras formados por el enfriamiento de la lava. Otras maravillas de Huasca son las ex haciendas de Santa María y San Miguel Regla, construidas gracias al beneficio de la plata.
Lagos de Moreno, Jalisco
Tan magnífica es su arquitectura que incluso la Unesco lo considera un sitio Patrimonio de la Humanidad. Vas a concordar con ellos cuando contemples la fachada barroca de cantera de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción; mientras visites el Teatro José Rosas Moreno o cuando pases por el puente del río Lagos, obra civil única en México.
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Santa Clara del Cobre, Michoacán
Todo lo que aquí resplandece es cobre, ese metal cálido y maleable que los artesanos de Santa Clara saben moldear como nadie. Admira su trabajo en los talleres del cobre, profundiza sobre su historia en el Museo Nacional del Cobre y luego pasea por el acogedor centro del pueblo, custodiado por tres iglesias.
Tlalpujahua, Michoacán
Otro poblado donde se manifiesta la maestría de los artesanos michoacanos, quienes aquí elaboran bonitas esferas navideñas y piezas de vidrio soplado; hay más de 250 talleres, donde podrás ver cómo las crean para luego llevarlas a casa. Te sorprenderá enterarte que aquí se elaboran más de 20 millones de esferas.
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Tlayacapan, Morelos
Casi medievales son los edificios de Tlayacapan, y ello se debe a que fueron levantados inmediatamente después de la Conquista. El más notable por su estructura y hermosos murales es el Exconvento de San Juan Bautista, ubicado al pie del Popocatépetl y considerado Patrimonio de la Humanidad. Otra joya es el Palacio Municipal, el más antiguo de México pues fue fundado en el siglo XVI.
Huamantla, Tlaxcala
Marca en tu calendario la noche del 14 de agosto, fecha en la que verás tapetes de flor y aserrín coloreado para honrar a la Virgen de la Caridad: es la Noche que Nadie Duerme. A la mañana siguiente, los toros correrán libres por las calles, dando sustos a más de uno. Sin embargo, el Museo Nacional del Títere y el exconvento de San Luis Obispo son atractivos abiertos durante todo el año.
San Cristóbal de las Casas, Chiapas
Se le considera la capital cultural de Los Altos de Chiapas por su arquitectura virreinal; sus mayores exponentes son la Catedral de La Paz y el bello Exconvento de Santo Domingo, de bella fachada. Otro motivo para conocerla es su vibrante cultura indígena, presente en sus costumbres, textiles y artesanías. Camina por sus coloridos andadores: te encantará.
Papantla, Veracruz
Es capital del mundo totonaca, cuna de los célebres “voladores” e importante productora de vainilla endémica. Si deseas adentrarte en sus tradiciones indígenas, visita el Museo Tedoro Cano, que exhibe trajes típicos; desde luego, no puedes dejar de acudir a la cercana zona arqueológica de El Tajín.
Cuetzalan, Puebla
Las antiguas tradiciones nahuas aún perviven en este Pueblo Mágico, rodeado de bosques, cascadas y cafetales. Lo más recomendable es visitarlo en domingo, día en que el tianguis hace su arribo; verás todo tipo de mercancía, como hongos, hierbas, remedios, rebozos, hilos y hasta grana cochinilla.
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Pahuatlán, Puebla
Luminosa y sencilla es su Parroquia del Señor Santiago, construida en el siglo xvi. También bonitos son los alrededores, pues la Sierra Norte de puebla es rica en vegetación; las cascadas son frecuentes y los bancos de niebla también. Es tradición del pueblo hacer bellas creaciones con papel amate, ¡apoya a sus artesanos!
Zozocolco de Hidalgo, Veracruz
Otro poblado de fuerte arraigo totonaca, quienes custodian con fervor la bella parroquia de San Miguel Arcángel, edificada por los franciscanos en el siglo xvii. Cerca también hay prodigios naturales, como las pozas de El Diablo, La Virgen y Las Golondrinas.