María Conesa, la Gatita Blanca de la Revolución Mexicana
Conoce la historia de María Conesa, una aclamada artista de la Revolución Mexicana, cuyas aportaciones ayudaron a cultivar el teatro en México.
María Conesa fue la actriz, vedette y cantante más querida por México durante el siglo XX. Durante la Revolución Mexicana, además de haber actuado para Porfirio Díaz, entre sus admiradores estaban Pancho Villa y Emiliano Zapata.
Existe un dicho popularizado por la mítica Chavela Vargas que reza que “Los mexicanos nacemos donde se nos da la gana”; este pudo haber sido el caso de María Conesa, una de las mujeres más queridas y afamadas por México durante el siglo XX.
A lo largo de sus 86 años de vida, María Conesa cultivó y cosechó una serie de interminables éxitos teatrales, dando vida a una larga lista de personajes e historias, pero ninguno como La Gatita Blanca, un pícaro personaje que le valió quedarse con el sobrenombre y el cariño total del público en México, en una época de evolución para las artes del pópulo; cuando el porfiriato estaba a punto de terminar en una de las notas más altas que había visto el país desde la Independencia.
Fue durante la Revolución Mexicana, suceso histórico en el que María Conesa se forjó un nombre a lado de legendarias figuras rebeldes como Pancho Villa y Emiliano Zapata, con quienes llegó a tener algunos roces; pero nada más que eso, asegura la actriz. Durante su vida, se le vio fuertemente involucrada con los altos mandos mexicanos como algunos presidentes; pero también con el bajo mundo, pues llegó a recibir opulentos obsequios de parte del mundo criminal.
Bella, talentosa y gran empresaria de la industria del entretenimiento internacional, María Conesa formó parte de los grandes artistas del siglo XX que aportaron al teatro en México, pues fue de las pioneras en traer la zarzuela y otros géneros teatrales populares en España. Conoce su historia, a continuación.
María Conesa, los inicios de un ícono internacional
Dorotea Conesa Redó, mejor conocida en España, Cuba, Europa y México como María Conesa, nació un 12 de diciembre de 1892 en España y desde muy pequeña, sus padres decidieron que ella y su hermana mayor, Teresa; entrarían a la industria del entretenimiento.
La formación de las hermanas Conesa se centraría en el baile, canto, actuación y los géneros populares del teatro en España, como la Zarzuela, género musical español.
La llegada de un tercer hijo movería a la familia a Barcelona, en donde probarían suerte metiendo a las niñas a una compañía infantil de danza y teatro en el año de 1900, lo que las llevó a participar en una exposición universal en París, haciendo giras por España, Italia, Cuba, Nueva York y América; llegando a México en 1901, donde María Conesa debutó con un pequeño papel en la obra La Verbena de La Paloma.
María Conesa se consagraba como tiple (tipo de voz) cómica, bailarina y actriz; para más adelante convertirse en una de las más afamadas vedettes del mundo. Sin embargo, los celos de otra actriz, La Czarina, traerían dolor a la vida de quien sería conocida para siempre como La Gatita Blanca.
La tragedia de María Conesa, nace la Gatita Blanca
El martes 27 de febrero de 1906, alrededor de las 10 y cuarto de la mañana, durante una acalorada discusión entre María Conesa, su hermana y su madre contra la Czarina y su mamá, Teresa Conesa resultó apuñalada 2 veces por el hermano de la Czarina; quién además terminó asesinando a otra persona que se interpuso entre él y una tercera puñalada a la joven mujer.
Debido al horrible incidente, María Conesa enfermó y tuvo que retirarse brevemente del espectáculo. Sin embargo, la necesidad de llevar sustento a su familia y muy probablemente, siendo víctima de explotación por parte de su padre; la joven regresó al teatro como la Gatita Blanca, un pícaro número que se convirtió en su más grande éxito y su sobrenombre para siempre.
A partir de entonces, María Conesa, La Gatita Blanca, se convertiría en una de las estrellas del teatro de revista más afamadas; donde fuera que se encontrara.
María Conesa, la Gatita Blanca de la Revolución Mexicana
María Conesa estrenó su personaje de La Gatita Blanca en México el 1 de noviembre de 1907. En esos días, el teatro de revista pasaba por una crisis; cuyo más potente antídoto sería el arte, carisma, sensualidad y elegancia de la aclamada actriz.
Con tan solo diecisiete años y una increíble formación profesional en baile, danza y actuación, la Gatita Blanca no solo se ganó el corazón de los mexicanos por su belleza y atractivo, también por el arduo esfuerzo de ensayar entre 3 a 4 horas al día, tuviera presentaciones o no; hábito que tuvo hasta una edad muy avanzada.
María Conesa se convirtió en la artista mejor pagada del país y la que generaba las más grandes controversias, pues para muchos conservadores de la época, su número podía verse muy subido de tono, lo que le valdría algunas amonestaciones oficiales por parte de las autoridades; las cuáles pagarían sus mismos fanáticos, que siempre la defendieron contra todo y todos.
María Conesa y el matrimonio
Entre los años de 1908 y 1910 María Conesa se enamoró de Manuel Sanz, un joven de buena familia, cuyo amor culminó en un embarazo de escándalo, pues no estaban casados. Después de un drama familiar entre los Conesa y los Sanz, María dio a luz en la ciudad de Nueva York y tras mucho pensarlo; su padre aceptó otorgarle a Manuel Sanz, la mano de su hija.
Manuel Sanz y María Conesa estuvieron casados aproximadamente hasta 1923, cuando después de años rogándole que dejara el teatro, Manuel decide divorciarse de María, quien continuó su pasión por su arte hasta sus últimos días.
La Gatita Blanca durante la Revolución Mexicana
Para el año de 1910, María Conesa ya era considerada parte del pueblo de México, era la actriz que mejor ganaba en el país en ese momento. Fue durante las fiestas del centenario de la Independencia, que el mismo Porfirio Díaz y su esposa acuden al teatro principal para verla. Dos meses después, estalló la Revolución Mexicana.
En medio de la revuelta, María Conesa se convierte en la reina de todos los revolucionarios, que abarrotaban sus espectáculos.
A mí, las balas me respetan.
María Conesa durante la Revolución Mexicana.
Se dice que los guerreros acudían incluso con sus atuendos y armas después de pelear, solo para verla actuar. El teatro de revista mexicano, su más grande amor, se enriqueció enormemente, gracias a la sátira política y el duro análisis político/social que el arte popular representaba con graciosos, dramáticos y musicales actos.
En el auge de la Revolución Mexicana, María Conesa debuta en la opereta, un género nuevo; al mismo tiempo que Porfirio Díaz renuncia a la presidencia y Francisco I. Madero toma el poder, bajo el acontecimiento de un terremoto que cobró cientos de vidas. Después de esto, María decide dejar el país a petición de su marido, el verano de 1912.
Tras un encuentro en París con Porfirio Díaz, el padre de María Conesa le da aviso de que su hermano hará el servicio militar; a menos que pague un sustituto. Ella le pide el dinero a su esposo, pero este se niega, diciendo que su cuñado necesita endurecerse y alejarse del seno familiar. Enojada, María Conesa firma con el Teatro Colón y regresa a los escenarios en 1915.
El legendario Agustín Lara escribió las canciones “La Guapa” y “Monísima Mujer” para María Conesa, contaba que los guerrilleros revolucionarios que recalaban en la Ciudad de México, buscaban cumplir 2 anhelos cada día: Tener la oportunidad de postrarse cada mañana frente a la Virgen de Guadalupe y poder ver a María Conesa en el teatro.
Se dice que los guerreros acudían incluso con sus atuendos y armas después de pelear, solo para verla actuar. El teatro de revista mexicano, su más grande amor, se enriqueció enormemente, gracias a la sátira política y el duro análisis político/social que el arte popular representaba con graciosos, dramáticos y musicales actos.
Durante toda la Revolución Mexicana, sus espectáculos se llenaban y eran éxitos rotundos. Se dice que más de una vez, llegó a toparse cara a cara con los dirigentes más importantes del movimiento. Se cuenta que una vez, María Conesa le cortó a Pancho Villa un botón del uniforme, lo que emocionó de más al bandolero, quién amenazó con secuestrarla; pero nunca lo hizo. En otra ocasión, también tuvo la oportunidad de coquetear con Emiliano Zapata, quien le dio un obsequio.
La reina de los escenarios mexicanos del siglo XX
Después de la Revolución y de un inesperado divorcio, María Conesa vivió en México y se le vinculó con importantes figuras como Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles, Pascual Ortíz Rubio, Carranza; Ávila Camacho y hasta con el líder de la organización criminal conocida como “La Banda del Automóvil Gris”.
Fue empresaria e invirtió en montar grandes espectáculos en los mejores teatros de México, donde ella fungía como estrella principal. María Conesa fue una gran impulsora del teatro musical mexicano. Durante el auge del cine, la Gatita Blanca fue de los pocos artistas que no sufrieron, pues con el exilio español, se convirtió en el estandarte de sus compatriotas.
Durante los siguientes años y hasta el día de su muerte, María Conesa fue una artista siempre activa en el canto, el teatro, la radio, el cine y la televisión; dominando todo tipo de expresiones artísticas.
En 1978, a la edad de 88 años, interpretó su último papel, la Tía Antonia, en la obra con la que debutó en México “La Verbena de la Paloma”, una pieza del género que le dio todo: La zarzuela. Después de ser nombrada “María de México y España”, María Conesa falleció el 4 de septiembre del mismo año.
