Tlalctecuhtli, la señora de la tierra que paría almas
Tlaltecuhtli, diosa de la Tierra, se comía los cuerpos de los fallecidos para luego parir sus almas en el otro mundo y así, atravesar el Mictlán. Conoce tus raíces, a continuación.
Tlaltecuhtli, diosa de la Tierra, es la deidad que devora cadáveres para luego parir sus almas y que éstas puedan emprender su viaje al Mictlán. Conoce más acerca de esta poderosa divinidad prehispánica, a continuación.
Tlaltecuhtli representa una dualidad elemental para la mitología prehispánica: la vida y la muerte. Por un lado, al ser diosa de la Tierra, es la que ofrece alimento a las personas; por el otro es el lugar al que retornan los muertos al darles sepultura.
Leyenda de Tlaltecuhtli, la señora de la tierra
De acuerdo con la cultura mexica, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca planeaban la creación de un nuevo mundo, pero al ver por primera vez a Tlaltecuhtli quedaron horrorizados.
La divinidad conocida como Tlaltecuhtli no sólo tenía enormes colmillos en la boca, sino que estos también se observaban en sus codos, rodillas y demás articulaciones. Debido a su horror, los dioses decidieron matarla para dividirla en dos partes: una se convirtió en el cielo y la otra en la tierra.
Pese a esto Quetzalcóatl y Tezcatlipoca no quedaron contentos y para aplacar a Tlaltecuhtli, que en realidad no murió, decidieron que su cuerpo diera vida a las plantas y proveyera lo necesario para la supervivencia de los hombres.
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Los pueblos mesoamericanos creían que los movimientos y sonidos de la tierra eran las quejas de Tlaltecuhtli, enojada por lo que le hicieron los dioses. Para complacerla y asegurarse de seguir contando con los elementos que les aseguraban la subsistencia, sacrificaban humanos.
Durante los sacrificios, la magnifica diosa devoraba corazones humanos. Por ello es común encontrar cajas de piedra con la figura de Tlaltecuhtli en el fondo. En ellas que se colocaba el músculo vital y escurría la sangre de las víctimas.
Hallazgo del monolito a Tlaltecuhtli, la paridora de almas
El arqueólogo Álvaro Barrera y su equipo descubrieron el monolito a Tlaltecuhtli un 2 de octubre del 2006. La pieza arqueológica se encontró en el predio de Las Ajaracas, que se ubica en el cruce de las calles Guatemala y Argentina del Centro Histórico, en la Ciudad de México.
El monolito a Tlaltecuhtli data del año 1502 aproximadamente, aún conserva su policromía original (rojo, ocre, blanco, azul y negro). Por ello es considerado como uno de los vestigios más importantes encontrados como parte del Proyecto Templo Mayor.
De acuerdo con los especialistas, la conservación de esta pieza da cuenta de la evolución plástica que alcanzaron los mexicas a principios del siglo XVI; es decir, la época de auge de esta cultura a finales del reinado de Ahuízotl y principios del de Moctezuma II.