Vajilla negra con calaveras para tu ofrenda
Esta vajilla negra le dará el toque perfecto a tu ofrenda. Si quieres que luzca entre sofisticada y lúgubre, con estas piezas lo conseguirás.
Adorna tu altar de muertos con esta vajilla negra
El diseñador de esta vajilla negra es Mauricio Serrano. Hace 25 años que sueña con sutiles formas, piedras preciosas, líneas curvas o trenzadas, misturas de plata y piel y madera. Su trabajo como diseñador de joyas es buscar ―como los alquimistas― la transmutación de metales en objetos que transfieran al cuerpo refulgencias.
Comenzó con alhajas de oro y plata. Después se interesó en hacer más grandes esos objetos preciosos, los volvió esculturas. Hace poco encontró en la cerámica otra forma de expresión. Detrás de un simple plato atezado siempre hay un camino, este es el de Mauricio Serrano. Así surgió esta vajilla negra de calveras
Para lograr esos destellos en la vajilla negra, el diseñador se vale de la ayuda de Valentín Sotelo, el jefe de su taller en Taxco, Guerrero. Ahí, entre las sinuosas y empedradas calles, moldean la plata y el oro, aplican diamantes negros, crean con óxidos texturas, experimentan con técnicas y terminados.
¿Vajilla negra o blanca?
La vajilla negra tiene el borde de oro y está esmaltada al alto brillo. Pero existe otra variante: una blanca con detalles de colores. Una pequeña calavera es la protagonista de ambas: lleva una flor en la frente y sonríe con todos los dientes como solamente en nuestro país sabe hacerlo la muerte.
Cortesía: Mauricio Serrano Los paisajes, las leyendas, las expresiones populares, la herrería de las viejas casas e incluso el entramado del pavimento o las alcantarillas sirven al joyero para entrelazar historias contemporáneas. Historias hechas de plata entre los dedos, los brazos, el cuello.
Tres son los temas recurrentes en el mundo y la imaginación de Mauricio: el cielo estrellado, los dragones y las calaveras. Son estas últimas las que aparecen en la vajilla negra que ahora produce al lado de Ánfora. Las piezas de alta temperatura cobran vida en los hornos que en Pachuca tiene la célebre empresa alfarera.
Mauricio quiso llevar sus piezas de joyería al plano de la escultura, dispensarles mayor tamaño pero también utilidad. De ahí que en el paso a los objetos cotidianos fuera natural incluir un material como la cerámica. Para eso colabora hoy con Ánfora, la marca que puede leerse debajo de tantos platos mexicanos desde 1920.
Las calaveras siempre han estado presentes en los diseños de Mauricio. Son, asegura, ejemplos de la lúdica manera de ser de los mexicanos que tanto se burlan del fin de la vida; pero también son esbozos de los propios muertos, de los antepasados, de los acontecimientos personales. Esto es lo que pretende honrar con la vajilla negra.
Además de tazas y platos de todos tamaños, la colección de cerámica incluye vasos mezcaleros; pronto saldrán a la venta ceniceros y portavasos. De pronto el catálogo de nuestro hacedor de alhajas posee una nueva división de productos para el hogar. ¡Contáctalo y consigue esta preciosa vajilla negra, le dará un toque único a tu altar!
