Viaje a Tulum: el guión que Fellini convirtió en cómic
Hoy hace 12 años Tulum obtuvo su reconocimiento como municipio en Quintana Roo. Para celebrarlo, les contamos una historia que quizá no conocías.
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En 1984 el director italiano Federico Fellini viajó a Tulum para rodar una película, la cual nunca llegó a concretarse, y que finalmente se convirtió en un cómic. Esta es la historia de Viaje a Tulum.
Entusiasta lector de Carlos Castaneda, Federico Fellini se propuso filmar Las enseñanzas de Don Juan. Se entrevistó con Castaneda y convivió con brujos mexicanos. Aquello parecía una orgía de ideas, pero el capricho, la desconfianza y los desacuerdos terminaron con la colaboración y el amor.
El primer desencuentro entre Castaneda y Fellini ocurrió cuando el escritor peruano-americano le propuso al director italiano que la cinta fuera rodada en escenarios naturales de México.
Fellini le respondió que debía ser filmada en los estudios romanos de Cinecittá donde siempre trabajaba. Pero cuando alguien vio el Caribe que se estaba fabricando, le dijo: «Maestro Federico, el mar que está creando en Cinecittá existe y está en Tulum».
El día que Fellini viajó a México
Fellini y su comitiva viajaron a México en 1984 para buscar locaciones en la Península de Yucatán. Castaneda y Fellini emprendieron un alucinante tour por México.
El autor de Julieta de los espíritus quedó fascinado con las plantas medicinales que vio en el Mercado Sonora (en la Ciudad de México). Pero los amigos de Castaneda mostraron su celo profesional ante el director de La dolce vita… Y eran celos de brujo. Desconfianza de hechicero mexicano que no está dispuesto a compartir sus preciados secretos con extraños.
Del cine al cómic
Después de recibir algunas amenazantes llamadas, a Fellini dejó de interesarle la película Viaje a Tulúm y en 1989 empezó a publicar en el Corriere della sera una crónica personal y libérrima sobre México y sus magos.
Al gran Milo Manara se le encargaron las viñetas, y seducido por la fuerza erótica y las atmósferas oníricas de las crónicas de su amigo Federico, Manara confesó: «soy ideológicamente felliniano». Alejándose de los relatos de Castaneda, Manara y Fellini proyectaron hasta la estratósfera el mundo del chamanisno mexicano al «resucitar» a una antigua raza de videntes toltecas.
El personaje principal era un Federico más joven y más guapo que encarnó Marcello Mastroianni, alter-ego de Fellini.
Admirador número uno de Fellini, el chileno Alejandro Jodorowski quiso retomar el proyecto cinematográfico de Viaje a Tulúm pero a la fecha no ha tenido la oportunidad financiera de materializarlo.
Con mejor suerte ha corrido la mexicana Tiahoga Ruge, que en 1980 fue asistente de Fellini, y con el metraje que retrataba a Fellini en México dirigió Soñando con Tulúm, una cinta que en un principio pretendió ser documental pero que para 2011 se había convertido en cine-ficción.
Solo nos resta informar a nuestros lectores que Viaje a Tulúm devino novela gráfica que Norma Editorial ha publicado en español.
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