Victor Manuel Contreras, representante de la simbología prehispánica
Una de las imágenes más características de la Cuernavaca contemporánea está en la entrada misma de la ciudad, que mucho tiene de artística e intelectual, no obstante su afán por conservar un rostro provinciano.
Esta nota distintiva es la imponente Escultura a la Paz, familiarmente conocida como La Paloma. Se trata de una obra monumental y dinámica de líneas sencillas, concebida y realizada por el pintor y escultor Víctor Manuel Contreras, originario de Atoyac, Jalisco, e hijo predilecto de Cuernavaca por voluntad propia y por el deseo de los morelenses. Víctor Manuel Contreras realizó sus primeros estudios de arte en la Academia de San Carlos. En 1957 “emprendió el vuelo” para enriquecer aún más su talento artístico en los Estados Unidos, Alemania y Francia. De regreso a México ocupó importantes cargos en instituciones de arte de Guerrero y Morelos, pero hacia 1970 decidió dedicarse de lleno a la escultura y a la pintura.
Víctor Manuel ha realizado obras monumentales en las más diversas urbes del mundo, las cuales se han hermanado en la admiración por este artista mexicano que reúne los valores esenciales de la estética occidental al tiempo que rescata y plasma magistralmente la simbología prehispánica. Un ejemplo de esto es la pieza llamada Inmolación de Quetzalcóatl para la Plaza Tapatía de Guadalajara, considerada la obra escultórica más alta del mundo.
Fuente: Tips de Aeroméxico No. 23 Morelos / primavera 2002
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