Voces de la pintura oaxaqueña - México Desconocido
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Arte y Artesanías

Voces de la pintura oaxaqueña

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Los pintores más relevantes de Oaxaca, nos comparten datos importantes sobre su vida y obra.

Toledo

Francisco Toledo no es moderno ni contemporáneo, es un pintor fuera del tiempo que le tocó vivir. Nació en Juchitán de Zaragoza: “Desde niño dibujaba, copiaba figuras de los libros, mapas, pero fue realmente cuando vine a Oaxaca, al terminar la primaria, que descubrí el mundo del arte al visitar las iglesias, los conventos y las ruinas arqueológicas […] Yo era muy inquieto y fui un mal alumno, porque no terminé la preparatoria, por lo que mi familia me mandó a México. Por suerte pude entrar en una escuela de artes y oficios que estaba iniciando en la Ciudadela y cuyo director era José Chávez Morado. Escogí la carrera de litógrafo y aprendí el oficio: desde limpiar las piedras, granearlas, dibujarlas e imprimirlas. Al poco tiempo conocí al pintor Roberto Doniz, que ya empezaba a destacar, y me pidió que le mostrará mis dibujos, que luego llevó a Antonio Souza, dueño de una importante galería. Souza se entusiasmó mucho con mi obra y organizó mi primera exposición en Fort Worth, Texas, en 1959. Poco a poco empecé a vender y ya tenía un estilo, si se quiere llamar así. Con el dinero que fui ahorrando y los consejos y recomendaciones de Souza, me fui a París. ¡Iba por un mes y me quedé muchos años! […] Hace tiempo que no pinto, pero el grabado no lo he abandonado; periódicamente tengo encargos y recientemente hice una edición en beneficio del Jardín Botánico […] La gente joven casi siempre comienza su carrera imitando. Creo que los nuevos pintores necesitan estar más informados, con viajes, becas, exposiciones del extranjero. Es necesario abrirnos y no permanecer cerrados al mundo”.

Roberto Doniz

Roberto empezó a pintar desde muy niño. A los trece años ingresó a una escuela nocturna para obreros y después pasó a la famosa escuela de la Esmeralda en 1950: “Pronto descubrí que además del taller era necesario acudir a las bibliotecas, a las galerías, tener un panorama más amplio del mercado del arte para labrarme un futuro y hacerme un profesional de la pintura, pues es muy difícil vivir del arte […] En 1960 me fui a vivir a París y tuve la suerte de que me organizaran varias exposiciones […] Al poco tiempo de regresar a Oaxaca el rector de la universidad me invitó a dar clases en la escuela de Bellas Artes y ahí permanecí dos años […] En el Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo, fundado en 1973, traté de que los alumnos desarrollaran sus propias capacidades creativas, que no se dedicaran a copiar obras de pintores famosos. Los muchachos vivían en el taller. Después de que se levantaban y desayunaban, se ponían a trabajar todo el día y eran libres de dibujar y pintar lo que quisieran. Más adelante les empecé a enseñar los aspectos técnicos del oficio.

Filemón Santiago

Nació en San José Sosola, pueblecito en el camino hacia México, en el inicio de la Mixteca, en 1958: “Siempre había soñado con aprender a pintar. Entonces estaba feliz […] El lienzo lo considero verde al empezarlo, como las frutas, y conforme lo pinto se va madurando […] Cuando lo termino es porque considero que ya está libre para viajar. Es como un hijo que tendrá que ser autosuficiente y hablar por sí mismo”.

Fernando Olivera

Nace en la ciudad de Oaxaca en 1962, en el barrio de la Merced; estudió grabado en la escuela de Bellas Artes con el maestro japonés Sinsaburo Takeda: “Hace tiempo tuve la oportunidad de viajar al Istmo y vi fotos y videos de mujeres y su lucha y participación en la vida social, política y económica de la región, y a partir de entonces retomé a la mujer como un símbolo en mi pintura. La presencia femenina es fundamental, es como la fertilidad, la tierra, la continuidad”.

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Rolando Rojas

Nace en Tehuantepec en 1970: “Toda mi vida la he vivido de prisa y tuve que echarle ganas a todo. Esa actitud me ha llevado a salir adelante, ya que desde la primaria y con la única ayuda de mi mamá tuvo que sobrevivir toda la familia. Estudié arquitectura y restauración, y eso me ayudó para progresar en la pintura. En la academia me enseñaron la teoría del color, pero una vez asimilada, uno tiene que olvidarse de ello y pintar con su propio lenguaje, sentir los colores y crear un ambiente, una nueva vida”.

Felipe Morales

“Nací en un pueblo pequeño, en Ocotlán, y ahí el único teatro, el único espacio que tenemos para reflexionar es la iglesia. Desde niño siempre he sido muy religioso y eso lo demuestro en mi pintura. Recientemente exhibí una serie de cuadros con temas religiosos y costumbristas que reflejan mis vivencias […] Mis figuras humanas tienden a ser alargadas, lo hago inconscientemente, así me salen. La mano, el pulso, me van guiando, es una manera de estilizarlas y darles un contenido espiritual”.

Abelardo López

Nace en 1957 en San Bartolo, Coyotepec. A los quince años inició sus estudios de pintura en la escuela de Bellas Artes de Oaxaca. Formó parte del Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo: “Me gusta pintar el entorno en que me desenvolví desde niño. Yo no quiero reflejar la naturaleza tal como es, trato de darle la interpretación que yo prefiero. Me gustan los cielos despejados, las formas de la naturaleza sin sombras, pintar algo no visto, inventado. Pinto de la manera que me causa más placer, con mi propio sello y estilo. Al pintar me dejo llevar más por la emoción y por la fantasía de recrear la naturaleza que por el cálculo”.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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