La papaya, maravillosa fruta tropical
La papaya es una fruta tropical que se cultiva en México. Descubre más en torno a las propiedades de esta deliciosa fruta con gran presencia en la cultura mexicana.
La planta de la papaya tiene su origen en la América tropical. Necesita un clima cálido, húmedo, con mucho sol y estar alejada de las fuertes corrientes de aire.
El fruto tiene forma ovalada, es verde o anaranjado en el exterior, y dependiendo del tipo de papaya, su interior puede ser amarillo o anaranjado. En su interior tiene una textura suave, pulposa y con brillantes semillas negras.
La papaya es también llamada lechosa, mamona, chamburo, melón, zapote, fruta bomba, machauick, mapaña, e higuera de Indias.
El árbol de la papaya crece muy rápidamente, alcanza 10 m de altura y no necesita mucho cuidado. Al parecer, en Sudamérica se da como maleza. Hay diferentes variedades de papaya, y una de las más comunes en México es la maradol, que proviene de Cuba. Se le llama así porque es producto del esfuerzo de un matrimonio campesino de la provincia central de Las Villas, en dicha isla, y representa la conjunción de los nombres de sus creadores: María y Adolfo. Otras variedades de Centro y Sudamérica son la criolla, la cartagena y la paraguanera.
LOS MÚLTIPLES USOS DE LA PAPAYA
En México y Costa Rica llaman al papayo “el árbol de la buena salud” y lo utilizan como planta medicinal para tratar una gran variedad de enfermedades.
Según un dicho: “Una papaya al día mantiene al doctor en la lejanía”, pues la experiencia y la ciencia saben que con su alto contenido de enzimas puede llegar a mejorar la salud, por lo que se recomienda su consumo diario.
La papaya contiene grandes cantidades de vitamina A, vitamina C, potasio, fibra y otros nutrientes. Es rica en sales minerales, sales alcalinas, con preferencia potasa y sal combinada con ácido málico. Posee una sustancia muy curativa: la papaína, cuyo alto contenido hace que este fruto sea muy diurético y benéfico para la función digestiva.
Aparte de sus cualidades medicinales la papaya utilizada como cosmético para el cuidado de la piel, especialmente como mascarilla, y del cabello.
Para el tratamiento del acné se sugiere, una vez por semana, lo siguiente: 10 g de cáscara de papaya, 10 g de pulpa de mango y una cucharada de miel de abeja, con esto se hace una mezcla uniforme que se esparce sobre el rostro y se deja por 20 minutos. Se retira con agua fresca.
La papaya resulta también ideal para la hidratación corporal, mezclando la cáscara con un poco de pulpa para luego extenderla por todo el cuerpo; se deja algunos minutos y se enjuaga con agua fresca.
El jugo lechoso de la papaya verde es excelente para todo tipo de problemas, como acné, heridas, herpes, psoriasis. Pero, hay que tener cuidado de no mantenerla por mucho tiempo y no exponerse al sol. Como se puede apreciar, este fruto maravilloso tiene múltiples usos.
Es muy recomendada para la limpieza del organismo: la dieta de la papaya consiste en consumir sólo jugo de pulpa o pulpa de papaya durante todo un día, especialmente con luna llena. Para la acidez intestinal se aconseja tomar la cáscara de papaya en infusión reposada durante 15 minutos; para eliminar las amebas se sugiere licuar las semillas y la cáscara en jugo de naranja. Un cuarto de hoja de papaya hervida en dos litros de agua y tomada como agua de uso es eficaz para el control del ácido úrico.
Desde tiempos remotos se sabe que en la naturaleza hay plantas que curan y otras que matan; la papaya es portadora de los atributos benéficos que el ser humano necesita para su bienestar; y a pesar de ser humilde, pues se brinda por doquier al tener un clima adecuado, regala generosamente todo su potencial curativo.
Es de justicia, entonces, que la papaya sea reconocida por quienes la aprecian como “el árbol de la buena salud”.
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