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Ecoturismo y aventura

Las grandes barrancas de México

Chihuahua
Las grandes barrancas de México fifu

Mucho se ha hablado de los dinosaurios en los últimos tiempos y sabemos que habitaron en varias regiones del territorio que actualmente es nuestro país, aunque esto fue en un pasado tan remoto que cuando se extinguieron, la Sierra Madre Occidental aún no existía. Tuvieron que pasar millones de años para que este gran macizo y con él la Sierra Tarahumara, se levantara.

Hace más o menos 40 millones de años, durante la era Terciaria, la región noroccidental de lo que hoy es México sufrió de un intenso vulcanismo, fenómeno que persistió por más de 15 millones de años. Miles de volcanes brotaron por doquier cubriendo una extensa zona con sus derrames de lava y ceniza volcánica. Estos depósitos formaron grandes mesetas de la sierra, algunas de las cuales, alcanzaron una altitud mayor a los 3,000 m sobre el nivel del mar.

El vulcanismo, siempre asociado a la actividad y a los movimientos tectónicos, dio origen a las grandes fallas geológicas que provocaron fracturas en la corteza y generaron profundas grietas. Algunas de éstas casi alcanzaron los 2,000 m de profundidad. Con el paso del tiempo y la acción del agua, lluvias y corrientes subterráneas formaron los arroyos y los ríos que confluyeron en lo profundo de los cañones y barrancas, ahondándolos al socavar y erosionar sus cauces. El resultado de todos estos millones de años de evolución y que ahora podemos disfrutar es el gran sistema de Barrancas del Cobre.

Grandes barrancas y sus ríos

Los principales ríos de la sierra se encuentran dentro de las más importantes barrancas. Todos los de la Sierra Tarahumara, a excepción del Conchos, drenan hacia el Golfo de California; sus corrientes salen por los grandes valles de los estados de Sonora y Sinaloa. El río Conchos hace un largo recorrido por la sierra, donde nace, luego cruza la llanura y los desiertos chihuahuenses para unirse al río Bravo y salir al Golfo de México.

Mucho se ha discutido acerca de la profundidad de las barrancas del mundo, pero según el estadounidense Richard Fisher, las barrancas de Urique (con 1,879 m), Sinforosa (con 1,830 m) y Batopilas (con 1,800 m) ocupan a nivel mundial los lugares octavo, noveno y décimo, respectivamente; por encima del Gran Cañón, en Estados Unidos (con 1,425 m).

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Majestuosas cascadas

De los aspectos más sobresalientes d las Barrancas del Cobre están sus cascadas, catalogadas entre las más gran des del mundo. Destacan las de Piedra Volada y Basaseachi. La primera de ellas tiene una caída de agua de 45 m, es la cuarta o quinta más grande del mundo, y desde luego es la más alta de México. El descubrimiento de esta cascada es reciente y se debe a 1as exploraciones del Grupo de Espeleología de Ciudad Cuauhtémoc.

La cascada de Basaseachi, conocida desde hace 100 años, tiene una altura de 246 m., que la ubica como número 22 en el mundo, la 11 de América y la quinta más alta Norteamérica. En México es la segunda. Además de estas dos, existen muchas más caídas de agua de considerable magnitud y belleza que distribuyen a todo lo largo de la sierra.

Clima

Al ser tan quebradas y abruptas, las barrancas presentan diversos climas, contrastantes y a veces extremosos, dentro de una misma región. En general son dos los ambientes que existen en la Sierra Tarahumara: el de las mesetas y montañas en las partes altas de la sierra y el del fondo de las barrancas,

En altitudes mayores a los 1,800 metros sobre le nivel del mar, el clima va de templado a frío la mayor parte del año, con lluvias ligeras en invierno y ocasionalmente abundantes nevadas que le dan gran belleza y majestuosidad a los paisajes. Entonces se registran temperaturas abajo de los 0 grados centígrados, que en momentos descienden hasta menos 23 grados centígrados.

En el verano la sierra muestra su máximo esplendor, las lluvias son frecuentes, el paisaje se torna verde y los valles rebosan de flores multicolores. La temperatura promedio es entonces de 20 grados centígrados, muy distinta a la del resto del estado de Chihuahua que es muy elevada en esta época del año. La Sierra Tarahumara ofrece uno de los veranos más agradables de todo el país.

En contraste, el clima en el fondo de las Barrancas del Cobre es subtropical y su invierno es de lo más agradable, pues mantiene temperaturas promedio de 17 grados centígrados. En cambio, en la temporada de verano, el clima barranqueño es pesado, el promedio sube a los 35 grados centígrados, y se han llegado a registrar en la zona temperaturas de hasta 45 grados centígrados. Las abundantes lluvias de verano hacen crecer la corriente de las cascadas, arroyos y ríos hasta sus máximos caudales.

Biodiversidad

Lo abrupto y escarpado de la topografía, con desniveles tan grandes que llegan a superar los 2,000 m en unos pocos kilómetros, y las variaciones climáticas contrastantes producen en la sierra una excepcional riqueza y diversidad biológica. En ella abundan la flora y la fauna endémicas, es decir que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.

Las mesetas están cubiertas por extensos y hermosos bosques donde predomina el pino, aunque también se multiplican los encinos, álamos, juníperos (localmente llamados táscates), alisos y madroños. Existen 15 especies de pinos y 25 de encinos. Majestuosos los bosques de Guadalupe y Calvo, Madera y la región de Basaseachi, nos ofrecen hacia la entrada del otoño una vista extraordinaria, cuando los álamos y los alisos, antes de perder sus hojas, adquieren tonos amarillos, naranjas y rojizos que contrastan con el verdor de los pinos, encinos y juníperos. En el verano florece toda la sierra y se llena de colores, es entonces cuando se manifiesta con mayor exuberancia la diversidad de su flora. Muchas de las flores, abundantes en esta época, son usadas por los Tarahumaras en su medicina tradicional y alimentación.

Existen una sucesión de comunidades vegetales desde las alturas medias de la sierra hasta las profundidades de las barrancas donde proliferan matorrales. Diversos árboles y cactáceas: mauto (Lysiloma dívaricata), chilicote (Erythrína flaveliformis), ocotillo (Fourqueria splendens), pitaya (Lemaíreocereus thurberi), cardón (Pachycereus pecten), tabachín (Caesalpinia pulcherrima), gatuño (Mimosa bíuncifera),agaves (Agave lechugilla), el sotol (Dasylirio wheeleri), y muchas otras especies. En las zonas húmedas se encuentran especies como la ceiba (Ceiba sp), higueras (Ficus spp), guamuchil (Pithcollobium dulce), carrizos (Otate bamboo), burseras (Bursera spp) y lianas o bejucos, entre otras.

La fauna de las Barrancas del Cobre convive en hábitats templados o calientes. Casi el 30% de las especies de mamíferos terrestres registrados en México, se han localizado en esta sierra, distinguiéndose: el oso negro (Ursus americanus), el puma (Felis concolor), la nutria (Lutra canadensis), el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), el lobo mexicano (Canis lupus baileyi) considerado en peligro de extinción, el jabalí (Tayassutajacu), el gato montés (Lynx rufus), mapache (Procyon lotor), el tejón o cholugo (Taxidea taxus) y el zorrillo listado (Mephitis macroura), además de numerosas especies de murciélagos, ardillas y liebres.

Se han registrado 290 especies de aves: 24 de ellas endémicas y 10 en peligro de extinción como la guacamaya verde (Ara militaris), la cotorra serrana (Rbynchopsitta pachyrbyncha) y la coa (Euptilotis noxenus). En las partes más aisladas aún se percibe el vuelo del águila real (Aquila chsaetos) y el halcón peregrino (Falco peregrinus). Entre las aves se encuentran los pájaros carpinteros, guajolotes silvestres, codornices, zopilotes y el cenzontle. En el invierno llegan miles de aves migratorias, especialmente gansos y patos que huyen del intenso frío del norte de los Estados Unidos y Canadá. Cuenta también con 87 especies de reptiles y 20 de anfibios, de las primeras 22 son endémicas y de las segundas 12 tienen este carácter.

Existen 50 especies de peces de agua dulce, algunas son comestibles como la trucha arco iris (Salmo gardneri), la lobina negra (Micropterus salmoides), la mojarra (Lepomis macrochirus), la sardina (Algansea lacustris), el bagre (Ictalurus punctatus), la carpa (Cyprinus carpio) y el charal (Chirostoma bartoni).

Ferrocarril Chihuahua al Pacifico

Una de las más impresionantes obras de ingeniería realizadas en México está dentro del portentoso escenario de las Barrancas del Cobre: El ferrocarril Chihuahua al Pacífico, inaugurado el 24 de noviembre de 1961 con el fin de promover el desarrollo de la Sierra Tarahumara, proporcionando a Chihuahua una salida al mar por Sinaloa.

Esta ruta se inicia en Ojinaga, pasa por la ciudad de Chihuahua, cruza la Sierra Tarahumara y desciende hasta la costa de Sinaloa, vía Los Mochis para terminar en Topolobampo. La longitud total de este tendido ferroviario es de 941 km y tiene 410 puentes de diversas longitudes, siendo el más largo el de Río Fuerte con medio kilómetro y el más alto el de Río Chínipas con 90 m. Tiene 99 túneles que suman 21.2 km, los más largos son El Descanso, en los límites entre Chihuahua y Sonora, con una longitud de 1.81 km y el Continental en Creel, con 1.26 km Durante su recorrido sube hasta los 2,450 metros sobre el nivel del mar.

El ferrocarril cruza una de las regiones más escarpadas de la sierra, recorre la Barranca del Septentrión, con 1,600 m de profundidad, y algunos puntos de la barranca de Urique, la más profunda de todo México. El paisaje entre Creel, Chihuahua, y los Mochis, Sinaloa, es el más espectacular. La construcción de este ferrocarril fue iniciada por el estado de Chihuahua en 1898, llegando a Creel en 1907. La obra fue terminada hasta 1961.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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