Amanecer y ocaso de los mayas
Descubre más en torno a los orígenes de la civilización Maya y los cambios que sufrió durante la época prehispánica.
Periodo Clásico
La época del esplendor maya ocurrió durante los siglos III al X de nuestra era, en el período Clásico, subdividido en Temprano (250-600) y Tardío (600-900/1000), el cual a pesar de que varió de una región a otra, permitió enmarcar el mismo auge o mayor desarrollo de la religión, la política, la economía, las ciencias y las artes de los mayas antiguos.
La deidad principal fue Itzamná, “Casa de iguanas”, creadora de lo existente y representada por un monstruo celeste en el que se funden atributos del sol, de reptiles, de la tierra, de la muerte y de la vegetación. Es una especie de resumen y crisol de todos los principios: la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, la abundancia y la escasez.
Los mayas practicaron la guerra con el fin de ampliar su fuerza política y económica, e imponer así gobernantes; recibir tributo en mano de obra y en especie, asegurar sus transacciones comerciales y garantizar la supervivencia de su sociedad.
Durante los últimos siglos de esta civilización, varios objetos se popularizaron como unidades de cambio más o menos aceptadas: conchas rojas (del género Spondylus), semillas de cacao y mantas de algodón. En el renglón económico, la agricultura jugó un papel importantísimo, no sólo para alimentar a grandes poblaciones, sino como medio de obtención de excedentes destinados al intercambio de productos.
Los mayas y la exactitud de sus ciencias
Entre los conocimientos científicos más sobresalientes del pueblo maya antiguo tenemos la elaboración de un calendario sumamente exacto. La contabilidad se realizaba mediante un sistema vigesimal representado con puntos y barras, y cuyo valor variaba según el lugar donde se colocaran.
Para el calendario, crearon dos ciclos o cuentas de días a los que llamaron haba y tzolkín. El primero medía los movimientos de nuestro planeta con respecto al sol (365 días) y el segundo tenía un fuerte sentido religioso, haciendo las veces de un almanaque sagrado (260 días).
La combinación de ambos ciclos les permitió tener una unidad de tiempo mayor: 52 años (por algunos llamado Cuenta Corta). Sin embargo, necesitaban un calendario que registrara su pasado, su presente y su futuro. Fue así como crearon la Cuenta Larga o Serie Inicial integrado por 13 grandes periodos okatunes. Cada uno de esos periodos tenía alrededor de 394 años.
Los astrónomos elaboraron también estudios del movimiento de la Luna; cálculos acertados para gran cantidad de eclipses solares y lunares; observaron el movimiento de otros cuerpos celestes como Venus o Marte; y dieron nombre a las constelaciones, las Pléyades fueron vistas como el cascabel de una serpiente y Géminis era la tortuga. La escritura les permitió registrar los sucesos relevantes de la vida de los gobernantes y algunos asuntos esotéricos.
Entre los años 900 y 1000 de nuestra era, las estructuras del poder maya sufrieron un fuerte resquebrajamiento. Es posible que a ello contribuyeran factores como la sequía, las enfermedades y las plagas. Pero de lo que sí tenemos certeza es que tuvieron lugar incursiones y actos de expansión de otros pueblos mayas que antes no se habían manifestado con fuerza.
Periodos Postclásico Temprano y Tardío
En los periodos llamados Postclásico Temprano (1000-1200) y Postclásico Tardío (1200-1450) la cultura maya experimentó transformaciones que se tradujeron en el abandono de las formas típicas de la cerámica y de la arquitectura.
Surgieron también formas de gobierno menos rígidas y nuevas unidades políticas, si bien ninguna tuvo la fuerza hegemónico o la vasta área de influencia de los siglos anteriores.
Algunas de las antiguas ciudades sufrieron giros políticos y económicos que originaron cambios demográficos importantes. Algunos ejemplos serían Cobá, Ek-Balam, Izamal y Edzná. En otras regiones aparecieron nuevos asentamientos: Itlamkanac (o El Tigre, en Campeche), Mayapan, y Tulum, entre otros.
Este nuevo escenario fue el que encontraron los europeos, su presencia introdujo cambios drásticos que alteraron profundamente la forma de vida en el mundo maya. No obstante, el proceso de transición fue largo y con violencia frecuente por ambas partes, pero al final imperó un nuevo modo de organizar y de hacer las cosas: el mundo maya colonial.