Así vivimos el Festival Internacional del Globo en León
Nos lanzamos este fin de semana al Festival Internacional del Globo (FIG) en León, Guanajuato y esta fue nuestra aventura.
Vive una experiencia única:
Vuelo en Globo San Miguel de Allende
Nuestra ilusión de volar en globo era enorme. Estábamos felices, era nuestra primera vez en el Festival Internacional del Globo (FIG) de León, en Guanajuato, pero lo que no sabíamos todavía era que el mal clima nos iba a hacer una mala jugada.
Llegamos desde el viernes a León, ya que la cita el sábado era muy temprano por la mañana. Decidimos dar un recorrido por la ciudad y sorprendernos con lo que veíamos a nuestro paso; todo es muy bello en León y en medio del festival se vive un gran ambiente de fiesta.
Ese día decidimos acercarnos al FIG para ver los vuelos nocturnos. Por la noche se extendieron los globos, se prendió el helio y ¡nada! Las condiciones climáticas no lo permitieron. Decidimos regresar a nuestro hotel no sin antes disfrutar de los puestos alrededor del evento y cenar. «Mañana será otro día y nuestro turno de volar», nos repetíamos.
El sábado -casi de madrugada- salimos del hotel a nuestra cita. La emoción era tan grande que sentíamos el palpitar de nuestro corazón. «Ojalá nada pase», dijimos en el camino como si presintieramos el destino.
Llegamos a la cita y una multitud esperaba su turno para volar. El clima era frío y había demasiado viento. A pesar de eso, no perdíamos la esperanza, pero al observar un retraso empezó nuestra angustia.
Pronto alguien nos avisó que lo sentían pero no había condiciones para volar. Esto no había ocurrido desde hace 15 años; era la primera vez. Nuestra desilusión fue muy grande; sin embargo, nos quedamos ahí esperando y viendo cómo los pilotos se esforzaba para lograr levantar algunos globos.
Solo dos se elevaron; el público quedó sorprendido y nosotros también. Así somos los mexicanos, nunca nos damos por vencidos y siempre, a pesar de la adversidad, sabemos que el espectáculo debe seguir.
No volamos en globo pero fue un gran viaje, uno que nos dejó una gran lección de vida. Terminó el día y decidimos regresar y seguir conociendo todo lo que nos tenía guardado León. Por la noche disfrutaríamos de alguno de los bares de esta maravillosa ciudad.
Así son los viajes… nunca sabes lo que te espera una vez que llegas a tu destino. Eso es lo maravilloso de ellos.
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