Bahía de Chamela
Entre Punta Rivas y Punta Farallón discurre amplia y tranquila la incomparable Bahía de Chamela, donde 11 islas cierran, junto con varios islotes, el marco ideal de uno de los más espectaculares destinos turísticos de playa en la costa de jalisco.
Aquí se hace presente la vida silvestre en todo su esplendor. Chamela es la única bahía en todo México con más islas en su interior. La ensenada mide 13 km. de extensión. Cuenta con estupendos servicios al turismo y es muy accesible desde Puerto Vallarta o Barra de Navidad por el Camino de las 200 Playas. Una de sus 11 islas se llama La Pajarera o Pasavera y en ella se desarrolla una extensa colonia de aves marinas, entre las que destacan los famosos pájaros bobos. Las islas y las playas se llaman: La Novilla, Colorada, Cocina, Esfinge, San Pedro, San Agustín, San Andrés, La Negra, Perula, La Fortuna, Felicillas y San Mateo. Estas cuatro últimas no cuentan a lo largo de su extensión con hoteles pero hay albergues modestos y palapas; su oleaje es fuerte más no peligroso. En tanto, Las Rosadas es mar abierto; como se pueden contar siete olas grandes seguidas, no es peligrosa. El relieve continental de esta playa varía a tal grado que después de las olas se puede caminar tranquilamente, ya que el agua llega a los tobillos. También en la Bahía de Chamela se puede admirar playas como Cala de la Virgen, Montemar, Caleta Blanca o Rumorosa y Playas Cuatas.
Caleta Blanca o Rumorosa es un sitio donde el oleaje varía de fuerte a muy tranquilo, pero sin problemas para disfrutar de sus aguas. El camino para llegar a él es un poco sinuoso y carece de señalizaciones.
Playas Cuatas se encuentran en el rancho El Paraíso, la entrada está pavimentada; son dos playas pequeñas de oleaje tranquilo, buenas para velear o esquiar. Una de ellas está cubierta completamente por rocas y la otra es de arena casi blanca.
Comparte la Bahía de Chamela otros parajes singulares: playa Careyes, un desarrollo turístico moderno rodeado de selva y limpias playas; Tapeixtes, playa muy pequeña que se puede visitar sólo por mar; la embarcación sale de Careyes. El oleaje de sus tranquilas aguas permite nadar sin problemas o disfrutar de su hermoso paisaje. No cuenta con servicios; Playa Rosa, una pequeña playa privada, de oleaje tranquilo. El acceso es por el camino a Careyes; su arena es blanca y muy fina. Es el único punto en donde se puede alquilar yates. Hay un restaurante que ofrece comida internacional y dos bungalows para hospedarse; y Careyitos —de 2 km. de largo— se encuentra por el camino que conduce a Careyes. En esta última playa se puede pescar o nadar en las orillas, ya que la resaca en el centro de la misma es muy fuerte. En épocas de lluvia se forma una marina que se convierte en nido de jaibas.
A la altura de Punta Farallón se localiza El Faro, playa que está ubicada a la entrada de Teopa. Para llegar a ella es necesario seguir el camino que se encuentra a mano derecha. La peculiaridad de este sitio es que se forman pequeñas albercas entre las piedras. No se puede nadar pero se aconseja visitar los dos faros que embellecen el lugar —uno que actualmente está fuera de servicio y el otro de reciente construcción— o admirar la cara de un pirata en una de las rocas que se encuentran a la entrada de la playa.
Hacia el lado izquierdo, siguiendo por la misma brecha después de una construcción conocida como Ojo de Venado, está Tejones, una playa donde no existe ningún tipo de servicios y también el oleaje es fuerte. Así como Ventanas, una pequeña playa donde no se puede nadar porque hay muchas rocas que forman ventanas, de ahí su nombre. Aquí hace mucho aire, su arena es gruesa y el oleaje fuerte.
Más adelante, por el km. 43.5 de la carretera Melaque-Puerto Vallarta se encuentra una brecha de 6 km. que conduce a Playa Larga o Cuixmala. La belleza de este lugar, que tiene una longitud de 5 km. radica en su mar abierto. No se aconseja nadar ya que hay mucha corriente y el corte continental se encuentra casi donde revienta la ola. Esta playa se ha convertido en el lugar de refugio de miles de tortugas.
Piratas sólo puede visitarse entre marzo y junio, ya que el resto del año la vegetación es muy densa y el camino se pierde. El mar aquí es abierto. Para llegar es necesario tomar la carretera número 200, entrar por el ejido de Zapata y recorrer 10 km. de brecha.
Dejamos este camino y vamos hacia el litoral de mar abierto. Ahí donde el acantilado se enfrenta al agua que pule su roca, con formidable y estruendoso oleaje. El sitio se llama El Tecuán. Es el mejor balcón que se puede encontrar para admirar las proverbiales puestas de sol en el horizonte del Pacífico mexicano. Y del Tecuán, continuamos hacia otro escenario soberbio: Bahía de Tenacatita, tan visitada en 1984 con motivo de un eclipse anular de sol. Aquí se encuentra la playa Los Ángeles Locos de Tenacatita, de 5 km. de largo; cuenta con un estero que da al mar y donde el oleaje varía de fuerte a muy tranquilo. Sin embargo, en ambos se puede nadar. El estero ofrece lugar para hospedarse.
Hacia el sur está Boca de Iguanas, lugar con aguas muy transparentes y tranquilas, ideal para descansar. Hay un trailer park con todos los servicios. Como dato curioso en esta playa existe un hotel abandonado.
El Tamarindo es de un km. de longitud; es una playa de oleaje tranquilo, su acceso es por una propiedad privada y desde ella se puede admirar la Bahía de Tenacatita. Y por último, el gran regalo de Navidad: El histórico Puerto Santo de la costa de Jalisco en Nueva Galicia, de gran importancia durante la Colonia.
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