Cabañas cerca de la CDMX para escaparte en Semana Santa

¡Las vacaciones de Semana Santa ya están cerquita! ¿Ya tienes plan para esos días? No te quedes con las ganas de darte una escapada, te damos algunas ideas de cabañas cerca de la CDMX para darte un respiro y acercarte más a la naturaleza.

Pinochueco, Huasca de Ocampo

Este Pueblo Mágico de Hidalgo es visitado por las asombrosas formas caprichosas de los Prismas Basálticos, sus cascadas y los bosques en los que hay cabañas como las de Pinochueco. Este proyecto vuelve realidad el sueño de muchos, al poder dormir en una auténtica casa del árbol.

Todas las cabañas aquí están en las copas de los árboles, ideales para ir en familia o con amigos porque pueden alojar hasta cinco personas. También hay opciones más económicas y pequeñas, ideales para dos personas en los glampings, que también están elevados, a 4 metros de altura. Hay chalets más cómodos y realmente bellos, que son perfectos para ir con un grupo de personas más grande.

¡Enamórate de estas cabañas cerca de la CDMX!

Wander Cabins, Valle de Bravo

Valle de Bravo es uno de los destinos favoritos de los capitalinos para escaparse el fin de semana. Solo dos horas de la Ciudad de México y estarás en un escenario natural y completamente encantador. La vegetación de este Pueblo Mágico lo vuelve realmente especial y el destino ideal para los amantes de la naturaleza.

Las cabañas de Wander Cabins harán que cambies la idea que tienes sobre este tipo de alojamientos. En este lugar es tan importante tu comodidad como el diseño con el que este proyecto se contempló. Además, aquí nació la idea original, pero ya tienen cabañas en Malinalco, La Marquesa y Querétaro.

El proyecto, al que también puedes llevar a tu mascota, también ofrece actividades como paseo a caballo, senderismo, renta de bicicletas de montaña y paquetes como desayuno, asado, evento de celebración, picnic o romántico.

Rancho Viejo, Temascaltepec

Un gran campo de golf y un bosque privado son los escenarios que presume el Rancho Viejo, un complejo turístico en Temascaltepec, Estado de México. Se localiza en la falda del Nevado de Toluca, por lo que el senderismo en esta zona es parte de las actividades que puedes realizar al hospedarte en alguna de sus cabañas o al acampar en el espacio que tienen reservado para ello.

Estas cabañas son ideales para ir en familia, pues son bastante amplias. No tienen cocina ni chimenea, pero sí calefacción y el lugar cuenta con restaurante para que no tengas que preocuparte por los alimentos y simplemente te dejes consentir.

Rancho Viejo está rodeado de bosque y caídas de agua, además de una gran variedad de aves, así que es momento de desconectarse de los dispositivos electrónicos para dejarse maravillar por lo que la naturaleza ofrece.

Escápate a alguna de las cabañas cerca de la CDMX y disfruta el contacto con la naturaleza: ríos, cascadas, flora y fauna que harán de tu experiencia algo inolvidable.

Cabañas Kali-Tree, Zacatlán de las Manzanas

Este destino, además de los frutos del manzano que abundan y que le dan su nombre, hay una espesa vegetación que atrae a la neblina que lo caracteriza. En Zacatlán de las Manzanas, Pueblo Mágico de Puebla, hay muchas actividades para disfrutar de la naturaleza, por lo que alojarte en las casas de árbol y cabañas elevadas de Kali-Tree harán que aproveches tu estancia en este destino.

Kali-Tree ofrece cabañas cerca de la CDMX, ideales para dos y tres personas, perfectas para ir en pareja en un entorno natural y romántico. En las cabañas elevadas se pueden alojar pequeños grupos, así que si quieres ir con tu familia y es grande, lo mejor es reservar con anticipación para que puedan hacer uso de varias de las cabañas que ofrecen.

No te vayas de Zacatlán sin caminar entre las huertas de manzana, aventarte de la tirolesa en la cascada Tulimán o pasear en caballo en el Valle de las Piedras Encimadas.

José Ángel Araujo Corredor, amante de los perros y apasionado de la comida. Escribo sobre comida, viajes y estilo de vida. Mi historia de amor con la comida comenzó cuando apenas era un niño, observando a mi mamá volando en la cocina como un colibrí. Amo los viajes que me dejan con el corazón contento, y unos kilitos de más.