Causa furor en Corea del sur la exposición «Aztecas, el pueblo que movió al sol»
Para celebrar 60 años de relaciones diplomáticas entre Corea y México, se inauguró la magna exhibición "Aztecas", en el Museo Nacional de Corea, en Seúl.
Fascinación que traspasa fronteras
El 3 de mayo, día de la apertura al público de la exhibición «Aztecas», se agotaron en tan solo un par de horas los boletos para asistir en ese mes; lo que confirma que las culturas originarias de México nos deslumbran tanto a mexicanos como a extranjeros. Tan es así, que en su paso por Europa; en Alemania, Viena y Países Bajos, donde se presentó ya la muestra, fue visitada por más de 180 mil personas.
Rompiendo estereotipos
La exposición “Aztecas: el pueblo que movió al sol”, embajadora de la riqueza cultural de nuestro país en el mundo, permite ir más allá del estereotipo que pinta a los aztecas como sanguinarios guerreros que realizaban sacrificios humanos; pues en un recorrido por más de 208 objetos, de 11 museos de México y Europa; el visitante descubre la sofisticación de su cultura: rica en logros artísticos e intelectuales y su pujante vida económica y política. Era entonces, el pueblo originario de la mítica ciudad de Aztlán, junto con los mayas y los incas, una de las civilizaciones más avanzadas del mundo prehispánico.
123 objetos arqueológicos y dos reproducciones pertenecen a las colecciones del Museo Nacional de Antropología, el Museo del Templo Mayor y el Proyecto Templo Mayor, entre las que destacan:
- Máscaras-cráneo
- Esculturas en barro de gran formato como la que representa al dios de la muerte, Mictlantecuhtli
- Finas láminas de oro que simbolizan a la divinidad lunar Coyolxauhqui
- Caracoles cortados y decorados con la técnica de esgrafiado
- Cuchillos bifaciales de gran tamaño y copas policromadas, entre otros inestimables objetos
Mictlantecuhtli, la estrella de la jornada en la exposición de los aztecas
Unos mil visitantes diarios, aforo permitido dentro del museo Nacional de Corea, se arremolinan alrededor de la escultura hecha de barro del dios del inframundo, Mictlantecuhtli. Los niños exclaman emocionados: “más grande que un humano”. Y es que este dios es imponente: muestra las costillas, partes de su cuerpo lucen descarnadas y su cráneo perforado es un recordatorio de que originalmente estaba decorado con pelo humano. Era, nada más y nada menos, el dios soberano de las almas de los muertos.
Personal del museo, espera una afluencia de 100 mil personas hasta el mes de agosto, fecha en que la exhibición cierra sus puertas para posteriormente regresar a México.