¿Cuál es el origen del nombre de Isla Mujeres?

Si bien no se conoce su nombre original maya, sí es bien sabido que esta isla, ubicada frente a la costa norte de Quintana Roo, estaba consagrada a la diosa Ixchel, deidad relacionada con la luna, el agua, el amor, la abundancia y la fertilidad. Las mujeres de la antigua civilización maya la visitaban desde diferentes partes en una peregrinación que constituía una suerte de rito de paso, el símbolo de su transición de niñas a mujeres.

Estas doncellas depositaban piezas artesanales de figuras femeninas a lo largo de la isla en ofrenda a esta divinidad, con la esperanza de ser bendecidas con la fertilidad. Los conquistadores españoles, al encontrarse con estas figuras, decidieron bautizarla con el nombre de Isla Mujeres, sin saber que se adecuaba perfectamente a la mística de este bello lugar.

Para el año 564, la isla formaba parte del conjunto de territorios conocido como Ekab; sin embargo, no se trataba de un asentamiento común, pues era ante todo el santuario de Ixchel y, quienes la habitaban, eran personas dedicadas completamente al servicio y adoración de la diosa.

Se cuenta que el santuario fue abandonado hacia el año 600 y más tarde, entre los años 1000 y 1100, fue poblado nuevamente por un grupo vinculado a los Itzáes y los Cocomes de Mayapán y utilizado con fines económicos. No obstante, este sitio privilegiado para el comercio, que también fue refugio de piratas, era aún considerado especialmente auspicioso y de esencia femenina.

Isla Mujeres, lugar de las divinidades femeninas

Cuando los colonizadores europeos llegaron a la isla en 1517, observaron estatuas de las divinidades femeninas. Por ello, decidieron bautizar el espacio como Isla Mujeres. Aún hoy en dí, es posible encontrar las ruinas de un antiguo templo maya dedicado a Ixchel, mismo que se localiza en la zona sur.

En la actualidad, persisten las celebraciones de carácter especialmente femenino, entre las cuales, una de las más populares es la fiesta que se celebra en honor a la santa patrona de la isla, la Virgen de la Inmaculada Concepción, un ejemplo del sincretismo que hicieron los españoles con la vocación femenina del lugar.

Lo cierto es que tanto pobladores como visitantes de esta isla, rodeada de aguas cristalinas y turquesa, y rica en su diversidad de flora y fauna, continúan honrando a la diosa Ixchel como el símbolo de lo femenino que le otorga su indescriptible magia.

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