Cuauhtémoc, Candelaria, Campeche y Diego Rivera

El 28 de febrero de 1525, siendo prisionero, el emperador y tlatoani Cuauhtémoc fue asesinado en la zona de Acalan junto a su comitiva. El  trágico final donde acabó expuesto y traicionado por Hernán Cortés camino a las Hibueras, hoy Honduras.

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El contexto político era complejo, pues Cortés quería controlar una posible alianza con el capitán Cristóbal de Olid y con su enemigo Diego Velázquez (Gobernador de Cuba), a quien había traicionado unos años antes.

Desde siempre, el esclarecimiento de la muerte de Cuauhtémoc siempre ha estado inconclusa, pues estuvo rodeada de misterios y controversias. En la actualidad hay mucho folclore alrededor de su muerte y donde “oficialmente” se dice que descansan sus restos. 

Recientes trabajos de campo e investigación literaria han estado dando un giro de 180 grados en el estado de Guerrero, específicamente en la comunidad Ixcateopan que lleva también su nombre: Ixcateopan de Cuauhtémoc.

¿De dónde viene la idea de que Cuauhtémoc descansa en Ixcateopa, Guerrero?

Ixcateopan es una comunidad ubicada al norte de la sierra de Guerrero, muy popular por sus extensas peregrinaciones al famoso altar de la patria. Este lugar se localiza en una iglesia donde la controversia entre el día de su creación y la muerte del Cuauhtémoc no se compaginan, según datos históricos. 

Esto hace aún más intrigante la historia pues entre una lucha de ideologías, populismo e incluso política externa, presionaron a organismos y con una serie de inconsistencias en metodologías de la investigación dieron por hecho en 1949 que Cuauhtémoc descansaba ahí, y que una familia de apellido Juárez contaba con toda la documentación legal además de artículos que podrían probar la versión de que el último emperador azteca (mexica) descansaba en la zona. 

Fueron esta serie de controversias y la importancia cultural por saber qué fue de Cuauhtémoc que a partir del “descubrimiento” de Eulalia Guzmán, que el gobierno de México designó varias comisiones para investigar la veracidad de este acontecimiento.

¿Qué tiene qué ver Diego Rivera en esto?

Dada la magnitud del acontecimiento que se daba en la época (1950) y la premura por poner los ojos en fines particulares de los interesados, Diego Rivera evidenció el montaje al participar de lo que se pretendía fuera un salvamento arqueológico, cuando él carecía de los conocimientos especializados de un arqueólogo, ni los elementos tecnológicos para realizar un rescate de las osamentas para su resguardo. 

Esto puso en evidencia que el proceso de excavación y salvamento de los restos de Cuauhtémoc no se estaban llevando a cabo de manera metodológica. 

Tiempo después, una comisión del gobierno de Luis Echeverría, integrada por arquitectos, etnohistoriadores, arqueólogos e incluso genetistas como Sonia Lombardo, Alejandro Toscano, Eduardo Matos, entre otros, determinaron que la documentación que poseía la familia Juárez así como los huesos habían sido montadas o manipuladas a finales del siglo XIX. Lo anterior también demostró que el cráneo que se dice pertenece a Cuauhtémoc es de una mujer y de otros 8 individuos más.

¿Dónde se cree que está Cuauhtémoc?

Desde hace algunos años, decenas de grupos danzantes e indígenas del centro del país se han estado reuniendo en una localidad del sur de Campeche, llamada Candelaria, ubicada a 3 horas al sur del estado de Campeche y a 3 de Villahermosa, Tabasco. 

Aunque poco conocida, la zona de los ríos de Candelaria, ubicada al sur de Campeche y la península de Yucatán, era parte de lo que antes se conocía como la zona de Acalan. Ahora este lugar corresponde al río San Pedro y al río Candelaria, que es binacional con Guatemala.

El arqueólogo Ernesto Vargas, investigador de la Universidad Autónoma de México, ha estado haciendo trabajos de investigación en la zona respecto a lo descrito en las memorias de Cortés, Cartas de Relación y los papeles de Paxbolón Maldonado. 

Recabando así indicios sobre el paso de Hernán Cortés hacia las Hibueras (actual Honduras), llevando como prisionero al último emperador azteca Cuauhtémoc y su comitiva, entre ellos su primo el señor de Tacuba.

Dentro de las similitudes del paisaje que hay con la zona y el misterio de las localidades descritas en las Cartas de Relación, coinciden ciertas localidades vecinas como Taxa-ha, donde Cortés pasó más de 20 días; o Itzamkanac (ahora “El Tigre”), que era la capital de la provincia de Acalan.

Acalan era la ciudad más grande a la orilla de un río extenso, como el Candelaria, tal cual lo describen varias fuentes, ya que la zona sólo contemplaba una extensión relativamente delimitada entre lo que ahora se conoce como Campeche y Tabasco, sin llegar más allá de un río más grande como el Usumacinta. 

De acuerdo con las fuentes, la comitiva comandada por Cortés sufre un extravío y tienen sólo una breve estancia hasta llegar a Acalan, situado a 40 leguas de “Ozumacintla” (Usumacinta). 

Ahí construyó un puente de madera sobre el río San Pedro con más de mil vigas que fueron localizadas en la zona en vestigios. Haciendo una línea de tiempo para esa época, se determinó que a un día y medio se encontraba el primer poblado de Acalan, desde Ozumacintla de nombre Tizatepetl. Todo esto sería el inicio de una serie de “ir y venir” en la zona de Acalan, buscando la localidad que más se pareciera a lo descrito en distancias y tiempo recorrido por Hernán Cortes.

Si algo hay de cierto es que Hernán Cortes nunca dice directamente en qué lugar de Acalan se le dio muerte a Cuauhtémoc y algunos autores interpretan, por las descripciones de las zonas y el paisaje, dónde pudo haber sido el punto crucial de la zona de Acalan elegido para arrebatarle la vida a nuestro último emperador mexica.

Sin embargo, te invitamos a que visites estas dos grandes comunidades hermanas y saques tus conclusiones acerca de este misterio. 

¿Tú qué opinas? ¿Dónde crees que estarían ahora los restos del último emperador mexica? Un gran misterio para nuestra historia nacional, cuéntanos.

Agradecimientos a Ernesto Vargas, Francisco Farías y Jaime Rayo para la realización de esta historia.

Jesús Antonio Moo Yam