Ecoturismo campesino en Los Tuxtlas - México Desconocido
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Ecoturismo y aventura

Ecoturismo campesino en Los Tuxtlas

Veracruz
Ecoturismo campesino en Los Tuxtlas fifu

Al llegar, no podrás imaginar cuánto vas a disfrutar la selva, siempre verde, en la sierra de Los Tuxtlas, al sur de Veracruz.

Sus numerosos cuerpos de agua y su cercanía con la costa hacen de este reducto natural un lugar que vale la pena visitar. Las volutas de neblina que se desprenden de la costa se enredan en los árboles de gran altura y envuelven la espesura verde de la selva, la explosión vegetal más intensa de la Tierra, para impregnarla aún más de humedad en esas cumbres selváticas saturadas de agua, que cae en abundancia del cielo, que brota y corre por cientos de venas traslúcidas y que llega hecha bruma por el Océano Atlántico.

La biodiversidad de Los Tuxtlas se sitúa entre las mayores de México –sólo de mariposas se han registrado más de 500 especies–, en tanto varias plantas y animales son endémicos, es decir, no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Todavía hay especies tan grandes como el jaguar y el puma, tan vistosas como el tucán real, tan imponentes como la boa, tan extrañas como el murciélago blanco y tan sublimes como la mariposa azul.

PERSPECTIVAS DE LA RESERVA

Pero esta selva está siendo arrasada. En los últimos 30 años la euforia ganadera y agrícola, con la consecuente tala excesiva entre otras razones, han terminado con más de tres cuartas partes del lugar. Animales como el tapir, el águila arpía y la guacamaya roja se han extinguido.

Tal riqueza y destrucción del área orilló a declararla el 23 de noviembre de 1998 Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, con una extensión de 155 mil ha que incluyen tres zonas núcleo, las mayores elevaciones con los sitios menos perturbados: los volcanes San Martín, San Martín Pajapan, y sobre todo la sierra de Santa Marta.

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El ecoturismo que desarrollan desde hace ocho años los campesinos de varias comunidades de esta zona es una acción real de conservación. La valía de su proyecto se confirmó cuando fue apoyado por el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza y, actualmente, por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Todo comenzó en 1997 con el primer grupo de turistas en la pequeña comunidad de López Mateos –El Marinero–, y una a una se fueron uniendo otras cinco hasta hoy. López Mateos está situada entre dos ríos y al pie de la selvática sierra de Santa Marta, donde se creó el primer sendero interpretativo, en el que se conocen las plantas medicinales, ornamentales y de alimento de la región. El sendero conduce a la atractiva cascada situada a unos pasos de la población, con gran caudal de agua purísima y bajo los enormes árboles de la selva.

Se organizan caminatas para la observación de aves, como tucanes, pericos y pájaros de muchas especies, y se realiza un campamento en plena selva del cerro El Marinero. La vista de la sierra y el mar desde su cima es impresionante, y la sensación de dormir entre los sonidos de la más auténtica selva es algo que todos deberíamos visitar al menos una vez en la vida.

UN ENTORNO SENCILLO

López Mateos, como las demás comunidades, está organizada para recibir al visitante en cabañas sencillas, pero cómodas, y con gran hospitalidad por parte de su mayor riqueza, la gente amable y trabajadora. La comida en sus casas es de lo más disfrutable: los productos regionales, como la malanga (tubérculo), el chocho (flor de palma), el chagalapoli (frutilla silvestre), langostinos de río y otras delicias, todo acompañado de tortillas hechas a mano.

La Margarita es otra comunidad del proyecto, ubicada al sureste del lago de Catemaco, al otro lado de la famosa ciudad del mismo nombre. El río que desemboca al lago junto a la población es un refugio de aves acuáticas, locales y migratorias, como patos, garzas de varias especies, halcones, cormoranes y aguilillas. En ocasiones es posible ver algunos cocodrilos y nutrias entre el pantano.

Navegando en kayak por el lago de Catemaco se disfruta de su inmensidad y del verdor que lo rodea, además de que se conocen algunos petroglifos prehispánicos en la orilla del mágico espejo de agua. También, se encuentra el sitio arqueológico El Chininal, constituido por basamentos que guardan todavía muchos secretos.

Entre montañas forradas de vegetación y rodeadas por un gran complejo de ríos, arroyos y pozas de aguas cristalinas se encuentra la comunidad cafetalera de Miguel Hidalgo, cuya imponente cascada Cola de Caballo, escondida entre la vegetación, tiene 40 metros de altura.

En Miguel Hidalgo se organizan campamentos en el lago Apompal, un cráter volcánico rodeado por selva, y se visita el vivero en el que las mujeres de la comunidad cultivan y venden plantas de ornato.

Sontecomapan es una gran laguna costera que desemboca en el Golfo de México y la forman 12 ríos que bajan de las sierras de Los Tuxtas. La unión de agua dulce y salada ha creado el ambiente adecuado para que sea abundante el mangle, con sus cangrejos rojos y azules, mapaches y cocodrilos.

En este paraíso también se organizaron los lugareños para recibir visitantes y crearon las instalaciones necesarias, como su espacioso comedor de madera al aire libre. En el paseo en lancha que realizan se pueden ver cormoranes, patos, águilas pescadoras, halcones, garzas, pelícanos y otras aves. Pozas, cascadas, cueva con murciélagos y otros atractivos enriquecen la visita.

DEL RAFTING A LAS CUEVAS

Las dos comunidades de más reciente inclusión en este proyecto son Costa de Oro y Arroyo de Lisa, que se ubican en la playa. Muchos atractivos reúnen también en corta distancia: en el río que las divide se practica rafting; la cascada se visita en una sudorosa caminata; a la Cueva de los piratas –donde en efecto se resguardaba el corsario Lorencillo en el siglo XVII– se penetra a bordo de una lancha; la Isla de las aves, en el mar, reúne fragatas, pelícanos y gaviotas que ahí empollan; subir al faro es disfrutar de una espléndida vista del mar desde donde se puede uno descolgar –rapel– para ser recibido en una lancha 40 metros abajo.

Con el verdadero ecoturismo todos ganan, lugareños, visitantes, y sobre todo la naturaleza. Como suele decir Valentín Azamar, campesino de López Mateos: “La gente que nos visita, al llegar no imagina cuánto va a disfrutar de la selva y al salir no sabe cuánto la ayudó al apoyar a nuestra comunidad”.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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