El Caballero de Fuego de Nunkiní en Campeche
El Caballero de Fuego es una tradición que se vive en las tierras del Mayab, aquí te decimos de qué se trata.
Dentro de los grandes misterios que se encuentran en las tierras del Mayab existe el ritual del Caballero de Fuego que se realiza en la población maya de Nunkiní (ahí donde nace el sol), localizado en el estado de Campeche.
Este ritual tiene sus orígenes desde hace más de doscientos años cuando el pueblo sufría de la viruela negra la cual se proliferó durante todo el lugar matando a los moradores sin que se logre erradicarla.
Durante la desesperación por eliminarla ya que habían recurrido a yerberos y médicos tradicionales sin éxito alguno, imploraron a San Diego de Alcalá, santo patrono de la comunidad al cual le ofrendaron un muñeco con figura humana al que bautizaron como Dzuli-Ka´Ak (Caballero de Fuego) que sería incinerado después de realizar una procesión cada 13 de noviembre. Una vez terminada la ofrenda los signos de la viruela negra poco a poco fueron desapareciendo hasta eliminarse por completo de Ninkiní.
Ahora, como cada año, los habitantes empiezan las actividades del Caballero con la preparación de comida el cual se reparte entre los más de 200 socios que donan animales para la matanza así como dinero para otros fines del mismo.
Mientras las mujeres elaboran los alimentos los hombres se encargan de elaborar la figura del Dzuli-Ka´Ak el cual empieza con un árbol de chimay en forma de orquesta con bejucos delgados lo cual le da la forma del cuerpo humano, luego se le colocan hiladas en tiras las cuales representan las venas, además se le colocan petardos en todo el cuerpo y siendo el más grande el que se le coloca en forma de cabeza, luego se va vistiendo el muñeco con ropa nueva y colocando el rostro el cual es dibujado a mano por un artista local.
Una vez acabado el muñeco se pasea por todo el pueblo durante 3 días para recopilar ofrendas y que los lugareños vayan colocando en los brazos paliacates como símbolo de peticiones.
Cuando llega el día de cumpleaños de San Diego de Alcalá, el pueblo se viste de fiesta esperando la llegada del elegante caballero ataviado por cientos de paliacates así como de numerosas prendas de vestir donadas por los creyentes.
Llegada la hora de su incineración a eso de la una de la tarde el sonido de voladores, campanas y de la jarana estremecen a los testigos los cuales corren resguardándose de las hileras de petardos que revientan continuamente hasta llegar al Caballero de Fuego el cual estalla retumbando los suelos sagrados y ancestrales campechanos.
Así como Víctor Haas, bisnieto de los iniciadores de este ritual el cual menciona que lo importante de esta tradición es conservarla y seguirla para que las futuras generaciones se sientan orgullosos de su legado, en Nunkiní, el orgullo la realización del Dzuli-Ka´Ak quedará plasmado por muchos años más.