El extraño caso del vagón que se movió solo - México Desconocido
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El extraño caso del vagón que se movió solo

Sonora
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Los trabajadores quedaron fríos al ver que el vagón se movió sin máquina, persona o explicación física alguna durante 73 kilómetros

Imaginemos que un día nos despertamos con la noticia de que un solitario vagón no tripulado del Metro capitalino, se desplazó 73 estaciones durante la madrugada sin ayuda de motor, persona, o máquina alguna. Pues algo así pasó en 1945 en el Ferrocarril Sud Pacífico de México

En los primeros minutos del 8 de junio de ese año, arribó a la terminal Carbó de Sonora, una locomotora de vapor con varios vagones enganchados, entre ellos el NW47319. Aquella máquina estaba consignada al operador Carlos Escalante, quien la venía conduciendo desde Nogales

Los testigos del increíble hecho

A las 02 de la madrugada ingresaron a la terminal de Carbó los trabajadores de patio Francisco Reyna Terán, quien era el jefe de turno, así como los garroteros José Arreola Cervantes, Jorge Félix Gómez Vázquez y Francisco Saralegui Martínez, quienes empezaron a colocar todos los vagones según las vías de los destinos a los que partirían en las próximas horas, así todos los vagones quedaron a la espera de ser enganchados a sus respectivas locomotoras. Al NW47319 lo formaron al extremo sur. 

Todo indicaba que sería una madrugada como cualquier otra, sin embargo, frente a sus ojos, el vagón NW47319 empezó a moverse solo, tardaron unos minutos en actuar porque sus respectivos cerebros les decían que lo que presenciaban era probablemente una alucinación o algo así, pero se dieron cuenta que aquello era real cuando se percataron de que todos veían lo mismo.   

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Pensaron que se detendría a los pocos metros

Si aquello era producto de que el vagón no tenía los frenos bien aplicados, pensaron al principio, el carro se pararía unos pocos metros más, pero cuando alcanzó los 10 metros y no frenaba encendieron las alertas. Ya no les importaba si un fantasma estaba moviendo aquello, lo que estaban previendo era que de no detenerse provocaría una tragedia más adelante. 

Fue el jefe de patio, Francisco Reyna Terán, quien ordenó que se le diera alcance con una máquina, pero esto fue imposible porque la locomotora más cercana no estaba preparada con presión suficiente en la caldera, además de que sus inyectores se encontraban en reparación. Fue entonces que Reyna urgió al telegrafista Liborio Arvizu que pidiera en la estación de Pesqueira, ubicada más adelante,  quitar cualquier tipo de máquina, persona u objeto con el que pudiera estrellarse. 

Recorrió 73 kilómetros solo

En Pesqueira trataron de colocar una máquina descarriladora, pero cuando ésta quedó instalada, el vagón solitario ya había pasado velozmente. 

A todos sorprendió cómo el carro sin control, motor, ni tripulante, inexplicablemente, entró por la pierna norte de la “Y” sin descarrilar. El vagón bajó la velocidad en frente al molino harinero “La Fama”, como si hubiera algo invisible que lo estuviera manipulando, luego arribó sin pena a la estación de Hermosillo, sin generar pérdidas materiales o humanas al Ferrocarril Sud Pacífico de México. 

Historia tomada del libro: Historia de Sonora

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