El mágico valle de Tepoztlán, Morelos
El pueblo de Tepoztlán se localiza en el extremo de un pequeño valle rodeado por altas montañas y grandes peñas de formas caprichosas que configuran un paisaje muy especial. ¡Descúbrelo!
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El pueblo de Tepoztlán se localiza en el extremo de un pequeño valle rodeado por altas montañas y grandes peñas de formas caprichosas que configuran un paisaje muy especial. Entre las peñas se encuentra el famoso Tepozteco, una roca que se eleva a casi 400 metros sobre el nivel del pueblo, en cuya cima se ubica una pequeña pirámide que es visitada cada semana por varios miles de personas y desde la cual se tiene una magnífica vista del pueblo y del resto del valle. El pueblo está dividido en ocho barrios y tres colonias que conservan el orden establecido desde tiempos de la Colonia, e incluso desde antes de la llegada de los españoles. Los barrios llevan los nombres de sus santos patrones: Santo Domingo, San Sebastián, La Santa Cruz, San Miguel, San Pedro, Los Reyes y La Santísima. Las colonias son Santa Cecilia, El Tesoro y La Navidad.
Entre los nativos, que viven principalmente dentro del pueblo propiamente dicho, y los que han llegado después a pasar los fines de semana o a vivir permanentemente, que habitan el valle, se establecen relaciones amistosas, pero hasta cierto punto distantes. Con buen sentido del humor, se diferencian llamándose “tepoztecos” a los primeros y “tepoztizos” a los segundos.
Tepoztlán es un pueblo muy fiestero. Hay fiestas de todo el pueblo y otras que son de cada barrio y colonia. El 8 de septiembre se celebra la Natividad, que es una de las más importantes porque en ella se rinde tributo al dios tepozteco.
Desde la tarde muchas personas portando antorchas suben a la pirámide; llevan también atole y tamales para pasar la noche, durante la cual se hace sonar el teponaxtle, antiguo tambor azteca hecho de un tronco hueco, que constituye uno de los tesoros históricos del pueblo. Al día siguiente construyen una pirámide de madera en la plaza principal y ahí representan en náhuatl la historia de este dios precolombino.
Otra fiesta importante para todo el pueblo es el carnaval, que se inicia el sábado anterior al inicio de la cuaresma y termina el martes de carnaval. En la fiesta se ejecuta una danza llamada “El Brinco del Chinelo”, que consiste en realizar pequeños saltos. Los chinelos van vestidos con una larga túnica de terciopelo de colores, una máscara y un gorro o sombrero en forma de cono truncado invertido.
En cada barrio de Tepoztlán hay un grupo encabezado por un “mayordomo”. Los mayordomos se hacen cargo de organizar las fiestas, es decir de reunir los fondos para comprar el castillo y las flores, así como de cuidar la iglesia durante todo el año. Ellos coordinan también los trabajos que se aportan para realizar obras de beneficio comunitario mediante el tradicional sistema del “tequio”.
El mercado popular o tianguis que se instala los miércoles y los fines de semana en la plaza principal y en sus alrededores, es uno de los principales atractivos para los visitantes. Lleno de colorido y animación por los miles de comerciantes y compradores que acuden a él, este mercado ofrece una gran variedad de alimentos y productos artesanales, tanto locales como de otras partes de México e incluso de países como la India y Guatemala.
Junto al mercado se encuentra el magnífico convento con su iglesia de estilo plateresco, edificado en el siglo XVIII, que actualmente alberga a un pequeño museo que nadie debe dejar de visitar.
Un atractivo más de Tepoztlán es la buena comida, pues hay muchísimas opciones para desayunar, comer o cenar, desde los puestos del mercado que ofrecen deliciosa comida tradicional a precios muy económicos, hasta restaurantes de categoría internacional.
El secreto mejor guardado de Tepoztlán, sin embargo, son las montañas que rodean el valle, a las que se tiene acceso por sinuosas veredas que trepan a las rocas y las cañadas. En opinión de muchos montañistas, estas rocas se encuentran entre las más bellas de México. Si dispone usted de tiempo y le gustan las caminatas, no deje de visitarlas, pues le permitirán tener un maravilloso encuentro con la naturaleza, si bien le recomendamos lo haga con la mayor precaución y de preferencia con una persona que las conozca. Únicamente la subida a la pirámide del Tepozteco puede hacerla sin necesidad de guía.
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