El mural de Noguchi escondido en un mercado de la CDMX y su romance con Kahlo
Durante su estancia en México Isamu Noguchi tuvo dos amores: el mural en el Mercado Abelardo L. Rodríguez y Frida Kahlo.
El muralismo mexicano es una de los movimientos culturales más esplendorosos de la historia de México. Hasta la actualidad, las obras generadas en el periodo posterior a la Revolución Mexicana nos sorprenden y conmueve. Uno de estos trabajos que mayor singularidad guarda es el hecho por Isamu Noguchi en el Mercado Abelardo L. Rodríguez, edificio del Centro Histórico que en sí mismo es una obra de arte.
Isamu Noguchi nació el 17 de noviembre de 1904. Fue un artista y diseñador, su padre fue el poeta japonés Noguchi Yonejiro y su madre la maestra estadounidense Léonie Gilmour, por lo que se crió parcialmente en ambos países. Estudió de forma paralela medicina y escultura, en la Universidad de Columbia y en La Porte High School, respectivamente. Sin embargo, en 1924 amplió sus estudios de arte en el Leonardo da Vinci Art School, enfocando todo su tiempo en el arte.
Tras acabar algunas esculturas en Nueva York, Noguchi se trasladó a la Ciudad de México, donde participó en la parte muralística del Mercado Abelardo L. Rodríguez con la obra La historia de México. El mercado fue inaugurado en 1934 y se trataba de un edificio que combinó la arquitectura con la visión social. Por ello, el edificio albergaba zonas especiales como guardería, salón de eventos culturales y murales.
El trabajo artístico estuvo a cargo de un equipo de seis jóvenes mexicanos, tres estadounidenses e Isamu Noguchi, quienes estaban bajo la dirección de Diego Rivera.
Para su aportación, Isamu Noguchi utilizó ladrillos rojo y cemento, con el que plasmó referencias de las luchas de los movimientos de izquierda contra el nazismo. Por lo anterior, se observan figuras abstractas como puños, símbolos comunistas o cascos que representan la lucha obrera.
En aquel entonces, Noguchi había viajado con una beca, sin embargo, el pago por su obra no remuneró la inversión que realizó para costear su estadía en México. Por su trabajo de ocho meses el gobierno pagó al artista la cantidad de 88 dólares. Actualmente su mural se valúa en más de dos millones de dólares.
Isamu Noguchi y Frida Kahlo, un amor al límite
Sin embargo, es posible que el pago injusto haya estado influido por un enojo del director de la obra, ya que Noguchi vivió una experiencia apasionada con Frida Kahlo, la esposa de Rivera. De acuerdo con sus propias declaraciones, «estaba loco por ella. Frida era encantadora. Era una persona en verdad atractiva».
También Noguchi relató que tenían la intención de vivir su romance en un departamento secreto. Así que compraron muebles a nombre de Frida para hacer acogedor su nido de amor. Sin embargo, las personas de la mudanza pensaron que los muebles irían a casa de Rivera y los llevaron hasta su domicilio.
Enojado, Diego Rivera se dirigió a la casa azul de Coyoacán y descubrió a Noguchi con Kahlo, así que lo persiguió con una pistola, pero el nipón escapó por el tejado.
Poco después el estado de la pierna de Kahlo empeoró, por lo que su amante no resistió y la visitó en el hospital, donde se encontraría nuevamente con Diego Rivera. Al verlo, el mexicano sacó su pistola y aseguró que lo mataría si lo volvía a ver.
Poco después la salud de Frida Kahlo empeoró y la pierna le fue amputada y murió en 1954. Isamu Noguchi falleció 30 de diciembre de 1988. Entre sus obras sobresalen el jardín de la Paz (1956-1958, sede de la Unesco, París), el jardín del Agua (1964-1965, Chase Manhattan Bank Plaza, Nueva York) y el jardín Billy Rose Art (1965, Jerusalén, todos de carácter abstracto.