El Templo Mayor, un gran hallazgo del siglo XX (Distrito Federal)
A raíz del descubrimiento de la Coyolxauhqui –el monolito de la diosa lunar– se impulsaron las excavaciones de la antigua Tenochtitlan.
A raíz del descubrimiento de la Coyolxauhqui –el monolito de la diosa lunar– se impulsaron las excavaciones de la antigua Tenochtitlan, y fue así como se encontraron las ruinas de la pirámide doble de Tláloc y Huitzilopochtli, en la que se reconocieron por lo menos seis etapas constructivas, las cuales pueden observarse durante el recorrido por la zona arqueológica del Templo Mayor.
El visitante podrá ver las diferentes etapas, al comenzar el recorrido, por la escalinata que conduce al patio sur, el cual pertenece a la etapa VI, ubicada entre los años 1486 y 1502. Aquí se advierten superposiciones de pisos de lajas cortadas en forma irregular. Al final del andador destaca la fachada de la etapa IV-b, realizada entre 1469 y 1481, durante el reinado del emperador Axayácatl, en la que pueden verse cuatro cabezas de serpiente que servían como arranque de las alfardas que flanqueaban la doble escalinata del templo.
El monolito de la Coyolxauhqui pertenece a esta etapa constructiva. El andador se interna en el núcleo de la pirámide a través de las superposiciones agregadas al conjunto; de éstas sobresale la etapa III, atribuida al reinado de Itzcóatl (1426-1440), en la que se encontraron, al pie de la escalinata, los restos de siete portaestandartes. Al fondo del andador se localiza la estructura correspondiente a la etapa II, construida hacia 1390.
En ésta se encuentran bien conservados vestigios que permiten imaginar cómo eran los templos que remataban el edificio, así como la doble escalinata que lleva hasta los restos de los templos gemelos, el de la izquierda dedicado a Tláloc y el de la derecha a Huitzilopochtli, los dos con restos de pinturas alusivas a ambas deidades y objetos de culto. Siguiendo por el andador se llega a los más fascinantes hallazgos de la exploración del sitio, el llamado Recinto de las Águilas, que es un espacio cuadrangular con una antesala porticada con columnas y patio interior con una magnífica banqueta labrada, estucada y pintada, que muestra la procesión de unas 170 figuras de guerreros y una cenefa en la que ondula el cuerpo de una serpiente.
A un costado de la Plaza de la Constitución, Centro Histórico.
Fuente: Tips de Aeroméxico No. 32 Ciudad de México / otoño 2004
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