El volcán Atlitzin. Nuestra Señora del Agüita (Puebla)
Es de madrugada y el horizonte comienza a dar los primero atisbos de claridad. Atrás quedaron las agobiantes Cumbres de Maltrata con sus hileras de pesados camiones y los cafres que desafían a la muerte en las curvas trazadas junto al abismo.
Hemos pasado también la case de Esperanza y los pueblos Atzizintla y Texmalaquilla. Ahora nuestro vehículo asciende por la terracería que conduce a las faldas de los volcanes Atlitzin y Citlaltépetl. El camino, en algunos tramos, presenta grietas que en temporada de lluvias serían un obstáculo infranqueable; sin embargo, proseguimos hasta poco más de 3 500 m snm donde detenemos el auto para iniciar el ascenso a pie. Rubén, que desde hace 15 años conoce la zona (aunque no sospechaba que el Atlitzin fuera tan alto), me guía hacia la cara norte de la montaña.
Conforme avanza el día los primeros rayos del sol pintan de dorado la falda oriental del Pico de Orizaba y los pastizales del Sierra Negra o volcán Atlitzin (Nuestra Señora de la Agüita).
La mañana es clarísima cuando pasamos por un bosque cuya vegetación dejó de ser tupida desde hace varios años. Frente a los voluminosos pinos derribados que encontramos en el camino, Rubén explica que sus raíces fueron escarbadas y cortadas par que se vinieran abajo. Así, los taladores sostienen no haber intervenido en su caída; afirman que el árbol se cayó “por viejo”, y esgrimen hachas y sierras para descuartizarlo.
La indignación y tristeza que nos causa el deterioro del bosque se ven compensadas con el paisaje. En sus faldas sureste, el Pico de Orizaba muestra los vestigios de una chimenea bastante erosionada, conocida por los alpinistas como Torrecillas: Junto a ésta, con elzoomde la cámara, alcanzo a divisar un puntito rojo; el albergue sur del Citlaltépetl. A simple vista también es posible contemplar el camino que asciende hasta la orilla de uno de los grandes escurrimientos de lava.
Durante el ascenso al Atlitzin vemos cómo paulatinamente la vegetación se torna cada vez más escasa. A una altitud superior a los 4 000 m aún sobreviven algunos pinos; sin embargo, la vegetación imperante es de zacatones y otras plantas de alta montaña. De pronto, nos sorprende sobre un lecho de piedras rojizas un arreglo natural de flores amarillas y capullos grises. En otras partes, junto a las rocas ígneas de formas caprichosas, florece un cardo de montaña parecido a un girasol reseco. Otras piedras se cubren de una capa de líquenes verdes o rojos donde suelen habitar algunos insectos.
A poco más de 4 500 m snm alcanzamos uno de los hombros del Sierra Negra desde donde se pueden contemplar, hacia el este y sureste, las montañas bajas de Veracruz, la Sierra de Zongolica y algunos valles. Hacia el sur en dirección a Tehuacán, se divisa la Sierra de Tecamachalco y hacia el norte el Pico de Orizaba. Desde este punto se admira perfectamente, en la falda del Citlaltépetl, una enorme lengua de roca volcánica junto al Cerro Colorado, y por el tamaño de los pinos que se encuentra en sus orillas, calculamos que tal escurrimiento no puede tener menos de 100 m de alto. ¡Qué maravilloso habría sido contemplar, en escenario nocturno, aquella lava descendiendo vertiginosamente por las laderas!
Continuamos nuestro camino preocupados por las nubes que comienzan a cubrir las cumbres tanto del Citlaltépetl como de Atlitzin, pero el último jalón es particularmente duro. En uno de los descansos, Rubén aprovecha para fotografiar el cerro Tepoztécatl, al oriente, a través de una ventana que las nubes le ofrecen por tan sólo unos momentos. De aquí en adelante, la montaña bien podría representar una superficie marciana. En fecha inmemorial, hace millones de años, tal vez un terremoto provocó que se derrumbaran las paredes erosionadas del lado sur, lo cual puede apreciarse cuando la niebla abandona las Cumbres de Maltrata desde San José Cuyachapa.
Pocos metros antes de llegar a la cima divisamos tres crucecitas. Los vestigios del erosionado cráter aparecen y desaparecen en la envoltura blanca de las nubes que como fantasmas moran allí. Una de las cruces está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, la otra está dedicada al poeta de la montaña, un personaje que escalaba el volcán para encontrar a su musa, y la más pequeña tiene su aposento en forma de montículo donde hay una estatuilla de yeso con ofrendas y collares. La niebla nos cubre lentamente, y mientras esperamos que las nubes se desplacen Rubén se duerme y yo dormito por instantes. De pronto, un rayo de sol interrumpe mi descanso y el Citlaltépetl se desnuda de nubes por un momento. Sin embargo, el paisaje hacia el poniente permanece nublado y nos niega la visión del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl.
Antes de iniciar el retorno, miro hacia el cráter colapsado del Sierra Negra o volcán Atlitzin, que es ni más ni menos la quinta cumbre del país.
El descenso lo hacemos de manera tranquila; en una casa de Texmalaquilla nos ofrecen de comer y en San José Atlitzin saciamos nuestra inquietud fotográfica. En sus semidesiertas callejuelas, el polvo que levanta un rebaño de ovejas pastoreadas por un jovencito no basta para ocultar la mole del Atlitzin. La despedida es silenciosa.
SIERRA NEGRA: EL VOLCÁN DESCONOCIDO
Texto: Rubén B. Morante
Si le dijera que la quinta cumbre de México ha pasado inadvertida para los geógrafos, ¿me creería? Se trata de una montaña más alta que la Malinche, el Nevado de Colima y el Cofre de Perote; sin embargo, si tratamos de localizarla en los libros de geografía, veremos que en la gran mayoría de ellos ni siquiera aparece. Su altura, según la carta del inegi 1:50000, correspondiente a Orizaba (E14B56), es de 4 583 m snm, con lo cual se coloca 120 m arriba de la Malinche, volcán que es considerado la quinta cima del país y que ahora pasaría a ocupar la sexta posición. Acaso el estar muy cerca de la cima más alta del territorio mexicano sea la causa por la cual permanece ignorada. Sólo su cercano vecino, el Pico de Orizaba, junto con el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y el Nevado de Toluca lo rebasan en altitud.
Creemos que esta comisión debe ser corregida, pues como veremos más adelante es un macizo totalmente independiente del Citlaltépetl, y no sólo se formó en una época distinta sino que sus erupciones arrojaron materiales diferentes. Hablamos del volcán Atlitzin, conocido más bien como Sierra Negra o cerro La Negra, localizado en el estado de Puebla, aunque sus laderas llegan hasta el territorio veracruzano.
El volcán Atlitzin, más conocido como Sierra Negra o cerro La Negra, recibe este segundo nombre porque visto a un lado de las blancas nieves del Pico de Orizaba, parece ser una mole más obscura de lo que es en realidad. Se trata de un cráter muy erosionado que forma parte de uno de los importantes sistemas binarios de volcanes ubicados en el Eje Neovolcánico o Sierra Volcánica Transversal, de la que forman parte las principales montañas de nuestro país. Se formó antes que el Citlaltépetl, a finales del Mioceno. Por ello, no puede considerársele una chimenea secundaria del Pico de Orizaba, del que se ve claramente separado por una extensión de terreno con una pendiente ligera que parte de los 4 000 m snm y que constituye la falda meridional del Citlaltépetl. En esta ladera, ligeramente hacia el oeste, aparece un cono parasítico, o sea un conducto secundario del Pico de Orizaba, al cual se conoce como Cerro Colorado y tiene una altura de 4 460 m. Tal cerro, estamos de acuerdo, no constituye una elevación independiente.
El cráter del Sierra Negra ha sufrido un proceso de erosión tan severo que lo ha llevado a perder las paredes de su chimenea. En su importante estudio acerca del Pico de Orizaba realizado a principios de este siglo, el geólogo Paul Waitz dice que el Sierra Negra se formó a través de un largo proceso, y durante este periodo el ancho cráter de la erupción original se llenó con la lava de un derrama posterior, que a su vez fue la base de un nuevo como donde se repitió el proceso elevando cada vez más el volcán. La cadena montañosa de la que el Sierra Negra es la cumbre más meridional, va de sur a norte, llega hasta el Cofre de Perote y cierra la Cuenca de Oriental evitando la salida de los ríos y arroyos del valle de Puebla hacia el Golfo de México.
El Sierra Negra está dentro del que fuera el Parque Nacional Pico de Orizaba, y decimos fuera porque debido a los asentamientos humanos y a la brutal explotación de sus bosques ha perdido más de la mitad de sus 19 750 ha originales, lo que lo coloca debajo de las 10 000 ha mínimas que para un parque nacional estableció la onu en la Segunda Conferencia Mundial sobre Parques Nacionales de septiembre de 1972.
El clima en el Sierra Negra es frío semihúmedo y sus temperaturas pueden ir desde los 10ºC hasta los 20ºC. Durante el invierno la nieve a menudo lo convierte en una “sierra blanca”, pero en primavera la arena gris y las rocas ígneas le devuelven la fisonomía que le dio su nombre. La vegetación está básicamente constituida por arbustos y pináceas, entre las que domina, a alturas que sobrepasan los 3 800 m, los pinos de las especiebartwegii. También encontramos cardos (cardo santo) pastizales (llamados zacatones) y arbustos de atractiva floración como los jarritos y elamaxbuitl. En la cumbre sólo sobrevienen los musgos y los líquenes, y entre la fauna quedan algunos conejos, coyotes, ardillas, zorras, serpientes de cascabel, lagartijas y aves como cuervos y gavilanes.
Fuente: México desconocido No. 217 / marzo 1995
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