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Arte y Artesanías

Familia Ibarra, la tradición de los tambores de Mesoamérica

pieza

Cuatro generaciones están involucradas en la creación de los tambores mesoamericanos. La familia Ibarra crea reproducciones de instrumentos milenarios.

La familia Ibarra crea en los tambores de Mesoamérica un mundo devorado por la idea obsesiva de la muerte y la multiplicidad, donde lo mágico y lo real se entrecruzan y se identifican. Le dan vida a un mundo alucinante, donde no pueden prosperar las apariencias ni los escondrijos porque es un mundo intenso, exigente, hecho de un solo golpe, resultado de una actitud invisible. En especial, así es el mundo de Maximino Ibarra.

Carlos Monsiváis
Marco Polo Hernández

Así, describió Carlos Monsiváis el trabajo de Maximino, en el folleto de mano de una de las exposiciones de Ibarra en la Galería Víctor Fosado que sucedió en la Ciudad de México en 1967.

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Esta narración, del gran escritor y periodista Carlos Monsiváis, testifica las habilidades de uno de los oficios más antiguos en México: el tallado de la madera. El autor lo pone en el lugar que merece: como referencia de gran valor, cuya tarea recae en la familia Ibarra, procedente de San Juan Tehuixtitlan, Atlautla, Estado de México, ubicado en las cercanías de Amecameca y de los Volcanes.

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Historia de la familia Ibarra

La familia Ibarra inició su labor en 1959. Al frente ha estado don Maximino Ibarra Losada, quien ha cumplido con la misión como artista, artesano, escultor de piedra y tallador de madera.

Sin embargo, su nombre adquiere mayor prestigio al reproducir las primeras piezas, instrumentos de origen precolombinos, requeridos por el señor Víctor Fosado, distinguido promotor cultural, músico y artista. Fosado pidió la reproducción de estos instrumentos con base en los originales.

Desde entonces, el trabajo de la familia Ibarra es una obra de arte expresada por los integrantes:

  • Primero: don Maximino
  • Su hijo: don Ernesto Ibarra Ramírez
  • Su nieto: Diego Ibarra Guzmán

Y seguramente Diego pasará el legado a Emiliano Ehecamitl Ibarra Peña, bisnieto de don Maximino.

Hacedores de herramientas para músicos principalmente, conciben este trabajo como una experiencia sin igual, una tradición que día con día se enfrenta a constantes dificultades y que sin pensar en ello, ha dado un valor incomparable a la Familia.

En otra época, el trabajo de don Maximino y de don Ernesto sería preferido por la corte de los tlatoanis y escuelas de música, como el Kuikakalli. En nuestros tiempos, su labor es vanagloriada y seguida por artistas, intelectuales, músicos y coleccionistas.

Es una distinción que han forjado con habilidad y gusto, que dentro de sus corazones los mueve e inspira para lograr este bello trabajo y mostrar el sonido y la imagen de nuestros ancestros, tallados sobre la madera.

La naturaleza transformada en arte

Se desconoce la técnica que usaron los antiguos mexicanos para elaborar los artefactos musicales, muy probablemente por medio de calor ahuecaban el tronco y mediante este proceso se habría secado la madera, por el calor, o se elegían troncos huecos por naturaleza.

Una de las fuentes, que tienen como referencia en el quehacer de instrumentos, es el estudio elaborado por los hermanos Teódulo Mendoza y Daniel Castañeda en su obra titulada Instrumental precortesiano, donde indican algunas técnicas que pudieron haber usado las culturas mesoamericanas para la construcción de los instrumentos.

Con el paso del tiempo la familia Ibarra fue creando una técnica propia en la elaboración de los instrumentos, misma que han perfeccionado, adaptando herramientas de acuerdo con las necesidades y diseños, plasmando en cada objeto la esencia de su trabajo.

Diseño

Todos los diseños son diferentes, como lo es también cada cliente. El desarrollo de los artefactos sonoros es muy amplio. Para tallar un instrumento seleccionan la madera idónea que le dará forma.

En un teponaztli (tambor horizontal) se utilizan troncos de nogal, fresno, encino y aguacate.

Si se trata del huehuetl (tambor vertical) debe ser pino u ocote, que se fabrica en una sola pieza; además, estos árboles contienen mucha resina.

Las facetas son las siguientes: ahuecar, tallar y desflemar. Para el secado del huehuetl, que es la parte final, se debe obtener un espesor de cuatro centímetros, y llegar al siguiente paso que será introducir el tambor en el horno.

El trabajo es artesanal, rústico y en ocasiones requiere de mucho esfuerzo físico, ya que se utilizan troncos con un peso de 300 kilos y más. Las herramientas han sido moldeadas para los diferentes instrumentos, gubias y formones, de pequeño o gran tamaño, en relación con la dimensión de los instrumentos y las necesidades de cada pieza.

Para el tallado de los instrumentos se toma como referencia los códices, relieves y otros instrumentos de museos, pero en muchos casos cada cliente trae su propio diseño e inclusive su tonalama (estudio del destino y personalidad de un individuo, según la tradición indígena).

Piezas ejemplares

Un ejemplo de esto es el tlapanhuéhuetl de Malinalco, exhibido actualmente en el Museo del Templo Mayor de la Ciudad de México, y del cual la familia Ibarra ha logrado varias reproducciones.

El costo de los instrumentos varía de acuerdo con el tiempo de fabricación que se determina por el tallado del mismo.

Los principales consumidores han sido músicos y una de las primeras personas que pidió trabajos de la familia Ibarra fue el escritor Calos Monsiváis, quien sostuvo una relación de amistad y de trabajo artesanal e intercambio cultural con don Maximino y sus hijos.

En el ámbito musical, el primero de ellos fue Víctor Fosado; después, Luis Pérez Ixoneztli, de ahí fueron llegando gracias a referencias en la construcción de estos instrumentos grupos e infinidad de personalidades y ensambles de música étnica y músicos académicos como los siguientes:

  • Jorge Reyes
  • Tribu
  • Grupo Mezme
  • Nok Niuk
  • Yodoquinsi

Instrumentos y otras piezas de la familia Ibarra se encuentran en casi todo el mundo, ya que los extranjeros son quienes más solicitan piezas. Tanto para cuestiones musicales, como para colecciones privadas.

Instrumentos mesoamericanos

La variedad de instrumentos es impresionante, ya que los antiguos mexicanos lograron enriquecer con música la mayoría de sus eventos.

El huahuetl que, bajo el criterio de cada persona, pueden ser tambores desde 30 centímetros a 1 metro de diámetro.

Los más comunes son el huehuetl y el teponaztli, pero también se fabrican panhuehuetl y tlapanhuehuetl. Además, hacen tallado de madera en general: puertas, portones, portadas, e infinidad de piezas de madera.

Resulta asombroso ver cómo las manos y herramientas van decorando sobre la piel de un árbol que, posteriormente, tendrá sonido, como aquellos que sonaron hace más de 500 años en estos mismos rumbos. El tallado es todo un arte.

El propósito de don Ernesto Ibarra, tal y como lo hizo don Maximino, es seguir preservando las raíces culturales a través de los instrumentos, buscando apoyo de instituciones para mostrar su trabajo, agradeciendo a los músicos que han reconocido y expuesto, las piezas elaboradas por la Familia, en todo el mundo.

A la falda de los abuelos volcanes, sigue retumbando el huehuetl.

Contacto de la familia Ibarra

Celular: 5516970452
Correo: [email protected]
Facebook: huehuetl teponaztlis
Dirección: calle la gloria no. 20, San Juan Tehuixtitlan, Atlautla, Estado de México

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autor Promotor cultural, enamorado del Arte, apasionado por el Turismo.
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