El restaurante más antiguo de la CDMX
Cuando todo pase, no te pierdas la oportunidad de conocer o regresar a este legendario restaurante, el primero en la CDMX.
La Hostería de Santo Domingo se encuentra en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la calle de Belisario Domínguez número 70, desde ¡1860! Si no la has visitado, cuando pase la cuarentena será buen momento de que reserves porque resulta un restaurante obligado simplemente por su peso histórico, sin mencionar su buena sazón.
Un poco de historia
Muy cerca de la bella e icónica Plaza de Santo Domingo, en el corazón del México novohispano, descansa la Hostería de Santo Domingo, que se yergue donde fuera uno de los rincones del Convento de Santo Domingo de Guzmán, con su arquitectura intocada del siglo XVI.
El edificio fue vendido por los frailes dominicos a la ciudad en algún momento del siglo XIX por las deudas contraídas por la orden, y es solo una parte de lo que fuera la superficie total del convento, un predio cuyos límites colindaban al sur con la Cerca de Santo Domingo (frente a la plaza), al oriente con la calle de Brasil, al poniente con República de Chile y al norte con República de Perú.
Todavía hoy se pueden admirar algunos de los edificios que formaban parte del Convento de Santo Domingo frente a la plaza del mismo nombre, por ejemplo: la Iglesia de Santo Domingo, la Capilla del Rosario, la Capilla del Santo Sepulcro, la Capilla de la Tercera Orden, etcétera.
Durante el virreinato, el convento y la Plaza de Santo Domingo fueron de tal importancia que aquí mismo se erigieron los edificios de la Aduana y de la Santa Inquisición, aquí incluso se realizaban los recibimientos de los nuevos virreyes, las procesiones de Viernes Santo, entre otros eventos relevantes.
En 1860 el edificio fue adquirido por don Policarpo Orozco; es entonces cuando inicia la historia culinaria de la hostería, ya en el siglo XX, los hijos de Policarpo vendieron el negocio al ingeniero Salvador Orozco, actualmente su hija, Margarita Orozco, es quien lleva las riendas de la hostería desde hace más de cincuenta años.
La Hostería de Santo Domingo
En sus dos plantas la hostería está llena de detalles que hablan de su rico pasado y presente, sus colores pasan por los tonos azul rey, rosa mexicano y blanco, en el techo habitan “papirotas” (papel picado) multicolores, en otras áreas son los mosaicos coloniales los que ponen el tono.
También es de llamar la atención el fabuloso mural pintado en 1956 por el artista Antonio Albanés que ilustra con maestría la Plaza de Santo Domingo; de hecho, esta representación es la misma que apareció en los billetes de mil pesos en los años ochenta del siglo pasado.
No menos imponente es el hermoso vitral que se encuentra en el comedor de abajo realizado por la casa de vidrieros de Felipe Derflingher; o los magníficos cuadros del espacio destinado para eventos en la parte de arriba: pinturas novohispanas de batallas navales, bodegones y naturalezas muertas.
También es distintivo el menú de la hostería, con simbolismos atávicos como el escudo dominico y el perro sosteniendo una antorcha que simboliza a Santo Domingo de Guzmán.
La gran cocina tiene salpicados acentos de ollas y cacharros, de cobres y barros, de metates y molcajetes…
Quienes fueron los vecinos del barrio de la Hostería de Santo Domingo
Como es de suponerse, la hostería en todos estos años ha recibido a decenas de parroquianos ilustres, algunos de los que aquí han departido y degustado son los siguientes:
- Salvador Novo
- Agustín Lara
- Pedro Vargas
- Dr. Atl
- “Cantinflas”
- Jacobo Zabludovsky
- Lola Beltrán
- José Alfredo Jiménez
- Ignacio López Tarso
En las paredes han quedado grabados los comentarios de las experiencias gastronómicas en la hostería de estos celebres personajes.
Menú de la Hostería de Santo Domingo
La hostería integra en sus platillos nuestra identidad, es decir los elementos prehispánicos fundamentales como el maíz, el frijol y el chile, e ingredientes que llegaron tiempo después y de muy lejos para formar juntos la espléndida comida mestiza.
En esta armonía de saberes y sabores nacen más de 70 platillos cada semana; es decir, un promedio de 10 sugerencias diarias además del menú fijo. Son de obligada degustación:
- Las enfrijoladas Santo Domingo, con el frijol molido en metate por supuesto y acompañado de queso fresco y chile chipotle; excepcionales.
- La pechuga ranchera en nata, con su infaltable chile pasilla; es una tradición de la hostería.
- El pollo manchamantel, con diferentes tipos de chiles y con plátano macho y durazno; es un capricho típicamente poblano.
- El chile en nogada, que aquí se puede degustar todos los días del año, con su infaltable salsa de nuez de castilla; es una delicia.
- Los escamoles en mantequilla son soberbios.
- La lengua a la veracruzana tiene también mucho qué decir.
- La calabaza en tacha es espectacular.
- Las galletas de nata y los huesitos de manteca tampoco se olvidan.
En fin, si quieres vivir una experiencia culinaria e histórica inolvidable, acércate a la Hostería de San Domingo, puedes tener la seguridad de que la adoptarás sobre todo para esas ocasiones especiales, las que hay que celebrar.
Belisario Domínguez 70 y 72
Cuauhtémoc, Centro Histórico, CDMX
Tel. (55) 5510 1434 / 5526 5276
hoteriasantodomingo.mx
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