Huamantla: la ciudad y sus alrededores
El Parque Nacional La Malintzi, los extraordinarios paisajes de los volcanes, la arquitectura, la fiesta de la virgen de la caridad, el encuentro internacional del títere y la huamantlada son sólo algunos de los atractivos de esta importante región.
No obstante su reducido tamaño, el estado de Tlaxcala posee una gran cantidad de atractivos, que van desde sus hermosos paisajes naturales hasta los bellos vestigios arquitectónicos de su pasada grandeza.
Viajando desde la ciudad de Tlaxcala rumbo a Huamantla, lo primero que encontramos es el impresionante Parque Nacional La Malintzi, considerado como la región de mayor altura del estado, con sus 4 461 msnm (hasta la punta del volcán). El parque nacional, propiamente dicho, se localiza “tan sólo” a 3 000 msnm y su acceso se realiza por la carretera federal núm. 136. Allí podemos disfrutar de un maravilloso paisaje boscoso con inmensa variedad de vegetación, entre la que destacan los bosques de pinos, encinos, oyameles y abetos. Al pie del volcán se ubica el albergue del mismo nombre, donde a precios muy módicos podemos rentar cabañas para seis o nueve personas y disfrutar de una escalada hasta la cima del volcán, o de una relajante caminata por el frondoso bosque. Ahora bien, si nos gustan las emociones más fuertes y no le tenemos mucho miedo al frío, el albergue también nos ofrece un área para acampar, cosa que, sinceramente, no recomendamos en invierno, pues se llegan a alcanzar temperaturas de hasta –8°C. Aunque las cabañas poseen chimenea y cocina, el parque cuenta con un restaurante y un minisúper en el que podemos surtirnos de algunos víveres y recuerdos del lugar; y para que no batallemos por conseguir leña para la chimenea, la gente de ahí nos puede vender algunos “atados” para proveernos de calor.
Al finalizar la visita a este increíble parque nacional, continuamos nuestro camino y, con una magnífica vista del Pico de Orizaba, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, llegamos a Huamantla, ciudad principal de la región oriental del estado y cuyo nombre, de etimología náhuatl, significa “Lugar de árboles formados o alineados”. La región de Huamantla estuvo habitada originalmente por grupos de indígenas otomíes, que la resguardaron ferozmente hasta la llegada de los peninsulares, quienes en 1534, mediante una cédula real emitida por el emperador Carlos V, fundan formalmente la ciudad.
En la actualidad, la ciudad de Huamantla ofrece al visitante un sinnúmero de atractivos que, estamos seguros, les dejarán un grato sabor de boca.
Caminando por la ciudad
Como en cualquier lugar de México, un aspecto obligado por conocer es la arquitectura religiosa, de la que en Huamantla, la parroquia de San Luis Obispo de Tolosa es un buen ejemplo. Su portada principal, de cantera oscura, está conformada por una serie de nichos en los que aún podemos observar singulares esculturas realizadas en alabastro. Su cuerpo está rematado por una sola torre campanario y una pequeña espadaña.
En el interior del templo podemos admirar varias pinturas al óleo, la mayoría de ellas anónimas. Los retablos, dedicados a la Virgen María y a Jesucristo, son de estilo barroco y de un gran valor artístico. En éstos sobresale una pintura de la Virgen de Guadalupe atribuida al insigne pintor Miguel Cabrera, fundador de la academia de pintura “Sor Juana Inés de la Cruz”.
Sobre el costado norte del parque Juárez (o Plaza Central), observamos lo que queda del convento de San Luis Obispo de Tolosa, terminado en 1585. Perteneciente a la orden religiosa de los franciscanos, aun conserva parte de su atrio y su capilla abierta. La fachada principal del templo conventual nos muestra los dos escudos franciscanos; el interior del templo se extiende sobre una planta románica y cubierta con una bóveda de cañón; ha sufrido varias modificaciones, como lo evidencia la antigua puerta que da acceso a la capilla del milagroso Señor del Convento. El retablo principal es uno de los mejores en su estilo policromo y churrigueresco; en él sobresalen las esculturas de algunos santos de la devoción franciscana, como es el caso del santo patrón del lugar: San Luis Obispo de Tolosa. En su claustro, que todavía posee su forma original de dos niveles sostenidos por columnas de cantera gris, funciona actualmente un colegio.
El Palacio Municipal, de dos niveles y once o doce ventanas en el frente, resguarda en sus muros interiores una pintura mural del maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin, que narra la fundación de la ciudad. También se puede observar una reproducción en relieve del famoso Códice de Huamantla.
Cerrando el otro extremo del parque Juárez se localiza la dieciochesca casona de la familia Barrientos Carvajal, que actualmente alberga al Museo Nacional del Títere, único en su tipo en toda Latinoamérica, que exhibe ejemplares de varias partes del mundo, piezas articuladas de arcilla de origen prehispánico provenientes de Cacaxtla, elaboradas entre los años 750 y 900 d.C., una valiosa colección de títeres de la famosa compañía “Rosete Aranda”, una muestra de la época de oro del teatro guiñol mexicano, y diversos ejemplares de hilo y guante creados y donados por Donald Cordry. En este mismo museo existe un “Hospital de Títeres”, donde se da mantenimiento y restauración a todos aquellos que por su uso o su antigüedad así lo requieran.
Maravillados con el impresionante espectáculo del museo de títeres continuamos nuestro recorrido, y así llegamos a la Casa Cural, edificio construido allá por los siglos XVIII y XIX, que posteriormente alojara al Colegio “Juana de Arco” y que hoy en día es la sede del Centro Cultural Huamantla, lugar donde se imparten talleres y se presentan exposiciones.
Debido a su privilegiada ubicación, durante el siglo XVII se construyeron en lo que hoy es el municipio de Huamantla un sinnúmero de haciendas que llegaron a conformar el núcleo económico de la zona. Como testigo de esta época de esplendor agrícola sobrevive la ex hacienda de San Francisco Soltepec (nombre náhuatl que significa “cerro de la codorniz”), hacienda pulquera que sirvió como escenario de la película “La Escondida”, interpretada por María Félix y Pedro Armendáriz.
En cuanto a las festividades, Huamantla destaca por su famosa y popular feria dedicada a la Virgen de la Caridad, que se lleva a cabo a partir del 14 de agosto, fecha en que se celebra la tradicional “noche en que nadie duerme”, durante la cual se realiza una impresionante procesión de poco más de 4 km por las calles de la ciudad, decoradas con tapetes de flores y aserrín coloreado que forman un singular camino sobre el que pasará la Virgen.
En estas mismas fechas se realiza, desde 1985, el ya tradicional Festival Internacional del Títere, que dura una semana y atrae a “titiriteros” de todas partes del planeta.
Huamantla también es conocida por su popular “huamantlada”, fiesta en la que sueltan varios toros de lidia (que abundan en el estado) por las calles de la ciudad, para ser toreados por aficionados.
Como hemos visto, la ciudad de Huamantla, en el estado de Tlaxcala, resulta ser un paradisiaco lugar para visitar en cualquier época del año, pues nos ofrece impresionantes vistas panorámicas, un antiguo legado histórico y un gran sincretismo en sus tradicionales y coloridas fiestas.
Si vas a Huamantla
De la ciudad de México se toma la autopista de cuota núm. 150 México-Puebla. Al llegar a San Martín Texmelucan siga la autopista núm. 119 que conduce a la capital tlaxcalteca hasta llegar al libramiento de Apizaco. De aquí tome la carretera federal núm. 136 México-Veracruz, que lleva finalmente hasta la ciudad de Huamantla, cuya distancia con el D.F. es de tan sólo 160 km. En la ciudad de Huamantla podemos encontrar todos los servicios que el visitante puede necesitar, desde el albergue del Parque Nacional La Malintzi hasta buenos hoteles en la ciudad; además de restaurantes, transporte público, etc.
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