Huesitos de capulín, botana salada prehispánica en riesgo de desaparecer
Por cientos de años los huesitos de capulín han sido la botana salada por excelencia de México; por eso bien vale la pena poner en riesgo las muelas para probar su delicioso sabor.
Una vez que los capulines son despojados de su pulpa, queda una semilla esférica que, para quien no lo sepa, se ha aprovechado desde tiempos prehispánicos para convertirla en una botana salada que ahora está en riesgo de extinción. Se les conoce como “huesitos”.
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Para quien no haya probado nunca los huesitos, debe saber que se meten uno a uno a la boca para abrirlos con las muelas, una vez hecha esta acción, se le extrae el corazón que es el que se come, éste posee un sabor delicioso, pero difícil de describir, quizá poco parecido al de una avellana.
Huesitos de capulín desde la época prehispánica
Si se piensa con un poco de imaginación, entonces los capulines son una especie de matrioskas. Porque del capulín parece que no se desaprovecha nada.
Esto lo supo bien Francisco Hernández de Toledo, el médico español enviado a mediados del siglo XVI por Felipe II a la Nueva España, para reunir información sobre la alimentación de los naturales, dando un lugar especial al capulín, del que se aprovechan hasta los huesos.
¡Se salan en el comal!
Una vez que a los capulines se les quita la pulpa para hacer tamales, mermeladas, atoles, vinos, o de plano comerlos uno a uno con la boca, los huesos son puestos a secar al sol, para que una vez listos, sean colocados en montón al comal.
Ahí las personas que los preparan les echan agua con sal, hasta que alcanzan todos un punto tostado.
Cada vez menos personas venden los huesitos de capulín
Por décadas, muchas personas los vendían por medida de lata en mercados, esquinas, afuera de estadios, a la salida de las arenas de lucha libre y cerca de las iglesias.
En las cantinas también se servían huesitos de botana, porque con la sal que contenían, generaban más sed a los comensales, obligándolos a pedir más cerveza o pulque.
Fueron también los sustitutos de los centavos para jugar dominó o baraja española, lo mismo eran usados como marcadores para jugar a la lotería mexicana.
No obstante la desaparición de las vendedoras de huesitos es notoria, seguramente porque la demanda de estas semillas que se consumen desde tiempos prehispánicos, ha disminuido severamente.