Joya colonial mixteca: la Casa de la Cacica de Tepescolula (Oaxaca)
La llamada Casa de la Cacica de Teposcolula forma parte de un collar mixteco-europeo de joyas arquitectónicas del siglo XVI.
La llamada Casa de la Cacica de Teposcolula forma parte de un collar mixteco-europeo de joyas arquitectónicas del siglo XVI.
Teposcolula, Oaxaca, fue cabecera de la provincia de la Mixteca durante la época colonial. Allí existen monumentos de gran valor histórico y arquitectónico.
Construida alrededor de 1560, la Casa de la Cacica fue le componente principal de la residencia de los señores naturales de Teposcolula y, sin duda, es un ejemplo único , no solamente en la Mixteca y Oaxaca, sino en toda América. Existen de milagro, aunque día a día se deteriora más y está en grave peligro de destrucción.
El yuhuitayu, o señorío mixteco, fue una institución política de gran importancia durante la época Posclásica. En el momento de la conquista española de esa región, por 1520, había no menos de 30 “estados pequeños” en la región nduzahui, que abarca a Acatlán (Puebla), la Costa Chica de Oaxaca, la cañada de Cuicatlán, el valle de Oaxaca, la región chatino-zapoteca en el este y la frontera con el estado de Guerrero en el oeste.
Los reyes y reinas mixtecos son bien conocidos gracias a los documentos pictográficos o códices. Entre los más célebres se pueden citar: Nuttall, Bodley, Caso (o Colombino), Vindobonensis, Selden, Becker y Egerton y los manuscritos del Grupo Borgia. Además existen otros códices coloniales que son genealogías, mapas, planos o lienzos de los siglos XVI y XVII. En estos documentos se encuentra representada gran parte de la historia de Oaxaca.
Formidables en la época prehispánica, los señoríos o cacicazgos más importantes de la Mixteca –Tilantongo, Tututepec, Achiutla, Yanhuitlán, Jaltepec, Coixtlahuaca, Tamazulapan, Tejupan, Tlaxiaco y Teposcolula-, así como sus caciques, persistieron durante la colonia y varios de ellos conservaron sus privilegios, propiedades personales y sus extensos terrenos hasta los últimos años de la pasada centuria.
El cacicazgo de Teposcolula fue enorme. Durante la época colonial la cabecera estuvo ubicada en San Pedro y San Pablo, y numerosos pueblos vecinos reconocieron a los caciques de esta región y les pagaron tributo y servicios personales. (Archivo General de la Nación, ramo Tierras 24, expediente 6). Los señores mixtecos tenías miles de hectáreas de terrenos, milpas, manantiales, huertas y casas alrededor de la cabecera, y una salina muy productiva en San Felipe Ixtapa. El testamento e inventario realizado en 1563 de los bienes del cacique don Felipe Osorio –según consta en el Archivo del Poder Judicial del Estado de Oaxaca- demuestra que tenía riquezas personales de inmenso valor, pues se incluyen objetos como ropa fina europea e indígena (cargas de huipiles y mantas decoradas), joyas, chalchihuites, plata, oro, esmeraldas y otras piedras preciosas, perlas, plumería y ganado.
Entre las propiedades que pertenecieron al cacicazgo de Teposcolula se encuentran varias casas, solares y otras construcciones situadas en la cabecera y más allá de ésta. En 1569 la cacica Catalina de Peralta heredó de sus antecesores “las casas principales del dicho don Felipe de Austria, que dicen ser del dicho cacicazgo…” En una sección del acta de posesión, fechada en 1569, se menciona que en este pueblo de Teposcolula, fronterizo con el monasterio homónimo, las casas habías sido hechas de cal y canto para don Felipe Osorio, y que el siguiente cacique, Felipe de Austria, las habitaba en ese entonces como anexo al cacicazgo. El documento agrega que junto a estas casas había otras de adobe y piedra separadas por calles.
Todas las construcciones mencionadas constituyeron el tecpan, o residencia real de los señores de Teposcolula. Resulta evidente, según los documentos existentes, que el tecpan incluyó estructuras, probablemente muchas, que ya no existen en el pueblo. A causa de la destrucción sistemática e insensible de la arquitectura colonial en Teposcolula durante las pasadas décadas, se han perdido para siempre esos monumentos históricos. La llamada Casa de la Cacica, que sobrevive hoy en día, es singular remanente de un collar mixteco-europeo de joyas arquitectónicas del siglo XVI. Pero aún es posible evitar la completa destrucción y pérdida del patrimonio cultural y nacional si se conserva el que todavía existe.
Afortunadamente en esta década James B. Kiracofe, ha estudiado este importante monumento alertando en su obra sobre la urgencia de proteger y conservar esta pieza histórico-arquitectónica. El estudioso afirma que la Casa de la Cacica de Teposcolula es en realidad un recinto que incluye una estructura principal con un friso de discos ornamentales característico de una residencia real, y varios edificios más pequeños localizados dentro de un gran cercado amurallado. Los vestigios de una fuente señalan que se acanalaba el agua fresca hacia el recinto y que se ajardinó el cercado de una manera lujosa. Los muros de delimitación miden 18.30 m por el oeste, 22 m por el lado este, y 20.30 m por el sur y el norte; son aproximadamente 410 metros cuadrados. La edificación principal mide 9.50 m en sus lados oeste y este y 5 m en los muros sur y norte, para un total de 47.5 metros cuadrados.
Las paredes básicas miden entre 4.80 y 5.30 metros y no reflejan un gran deterioro, pero los perfilares y cuartos adyacentes han sido maltratados o, en el mejor de los casos, descuidados, Seguramente la casa principal se construyó antes que los cuartos y los muros adyacentes, pero no es posible hacer conclusiones hasta contar con estudios más detallados, próximas excavaciones y una consolidación de la estructura.
El doctor Kiracofe llama la atención sobre la semejanza de la Casa de la Cacica y su friso de discos como símbolo de máxima autoridad con otras casas reales construidas antes de 1565 en Texcoco y Tenochtitlan, representadas en el Códice Osuna y en el Códice Mendoza.
También argumenta que el arte y la arquitectura colonial de Teposcolula representan una fusión de conceptos y técnicas indígenas y europeas, lo cual permite pensar que la Mixteca no se occidentalizó por completo; pese a las presiones de la cultura europea, los mixtecos mantuvieron su identidad, su cultura y sus símbolos. Si no completamente autóctonos, supieron combinarlos con los de los conquistadores, y la Casa de la Cacica, en la Mixteca, es una manifestación convincente de este proceso.
RESIDENTES DE LA CASA DE LA CACICA, 1560 A1760
DON FELIPE DE OSORIO, cacique-príncipe (m. en 1563).
DOÑA INÉS DE OSORIO (m. en 156?), cacica, y su esposo don Felipe de Austria, cacique de Tilantongo y Teposcolula (hasta 1569).
JUANA, HIJA DE DON FELIPE DE AUSTRIA.
DOÑA CATALINA DE PERALTA, cacica, y su esposo, Diego de Mendoza, cacique de Tamazulapan (hasta 1600?).
DON BALTASAR VELASCO Y GUZMAN, cacique de Teposcolula y muchos otros pueblos, con su esposa y varios hijos (desde 1600? Hasta 1640?).
DON FRANCISCO PIMENTEL Y GUZMAN, cacique de Teposcolula, Yanhuitlán, Tututepec y muchos otros pueblos (de 1640 hasta su muerte en 1685), con su esposa, doña Lucía de Orozco y Cortés, y cinco hijos.
DON AGUSTIN CARLOS PIMENTEL Y GUZMAN Y ALVARADO, cacique de Teposcolula, Tututepec, Tilantongo y muchos otros pueblos desde 1704 hasta su fallecimiento en 1736, con su esposa, Lucía Ramírez de León, cacica de la villa de Etla y varios hijos.
DOÑA FAUSTINA PIMENTEL ALVARADO RAMIREZ DE LEON, cacica de Teposcolula, Tilantongo, Tututepec, Jamiltepec, Tezoatlan, Etla y otros pueblos, con su esposo, don Martín Carlos de Villagómez y Guzmán, cacique de Silacayoapan, Acatlán, Petlalcingo, Yanhuitlán y otros pueblos, y sus hijos, desde 1736 hasta cerca de 1760. Después de 1760 es difícil decir cuáles de los caciques Pimentel Alvarado Villagómez Guzmán vivían en la casa o por cuánto tiempo. Tenían muchos cacicazgos en Oaxaca y Puebla; frecuentemente cambiaron de residencia entre la Mixteca y las ciudades de Puebla, Tehuacán y Oaxaca.
Fuente: México desconocido No. 254 / abril 1998
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