La conservación de los retablos coloniales
Esta breve información es con el fin de dar a conocer que los retablos dorados coloniales construidos durante los siglos XVI, XVII y XVIII, están hechos con madera entallada que forma la parte anterior decorativa frente al espectador y de toda una estructura de sostén de madera que forma el soporte de la parte superior.
Al mismo tiempo, esta nota tiene la intención de interesar para que, quienes puedan, colaboren en su conservación, ya que la mayoría de los retablos están siendo dañados por la polilla de la madera, al grado extremo de encontrar en algunas zonas sólo la lámina de oro, pues los insectos ya se comieron la madera.
Esta breve información es con el fin de dar a conocer que los retablos dorados coloniales construidos durante los siglos XVI, XVII y XVIII, están hechos con madera entallada que forma la parte anterior decorativa frente al espectador y de toda una estructura de sostén de madera que forma el soporte de la parte superior. Al mismo tiempo, este artículo tiene la intención de interesar para que, quienes puedan, colaboren en su conservación, ya que la mayoría de los retablos están siendo dañados por la polilla de la madera, al grado extremo de encontrar en algunas zonas sólo la lámina de oro, pues los insectos ya se comieron la madera.
La mayoría de las iglesias construidas durante los años de 1540 a 1790 están, en su interior, ricamente decoradas con retablos mexicanos de madera que pueden ser un altar principal, ubicado al fondo del presbiterio, retablos colaterales adosados a los muros de los cruceros de la nave principal y laterales adosados a los muros de los lados de la nave principal. En ellos se pueden apreciar los siguientes cuatro estilos: Plateresco, Barroco Estípite o Churrigueresco, Barroco Salomónico y Ultra Barroco o Anástilo (Shroeder et al 1968).
Qué son los retablos
Los retablos son el soporte de una serie de temas religiosos y se componen arquitectónicamente de dos partes; una anterior o frontal dividida en dos parte principales, una del lado izquierdo llamada del Evangelio y otra del lado derecho, la de la Epístola, cada una está compuesta por las siguientes partes: cuerpo, calles, entrecalles, basamento (predella) , zócalo, columnas, entabtamento, esculturas, pintura sobre tabla, óleos, frisos, frontón, nichos, bastidores y semipilastras (Herrerías, 1979). La parte frontal es la que queda expuesta a los fieles, la que realmente se ve y es contemplada por éstos y apreciada por los visitantes conocedores del Arte Colonial. La parte posterior es el soporte de los elementos de la parte anterior y generalmente está compuesta por postes, morillos, vigas, polines, tablones, tablas y bastidores que ensamblan entre sí de manera vertical y horizontal con el auxilio de elementos metálicos de sujeción y en algunos casos amarrados con cordeles de henequén. Las tablas y tablones unidos en sus cantos están reforzados o con lienzos de lino pegados con cola y cubiertos superficialmente con fibras de henequén, también pegadas con cola.
Después de haber realizado el Proyecto Nacional de Fumigación de Museos, Archivos y Bibliotecas del INAH, durante 1984-1994 y de haber efectuado la fumigación de algunos retablos solicitada por los patronatos de diversas ciudades y poblaciones a la Dirección de Restauración de esa institución, y también mediante el estudio anatómico de 40 muestras de madera proporcionadas por los Restauradores del Taller de Escultura Policromada de la Coordinación Nacional de Restauración deI Patrimonio Cultural para su identificación, el autor encontró que generalmente los soportes se construyeron con madera de coníferas (Pinus, Cupressus, Abies, Juniperus), a excepción de los de Ia Península de Yucatán, en los que además se utilizó madera de Angiospermas Dicotiledóneas (cedro rojo: Cedrela odorata L.).
Las plagas más frecuentes
La parte posterior de los altares principales generalmente está separada del muro, mientras que los colaterales y laterales están adosados a éste, generando con esta situación que en la mayoría de los casos no se Ies dé el mínimo mantenimiento y se les encuentre cubiertos de polvo acumulado durante muchos años y plagados por insectos xilófagos, tales como termes (polilla de Ia madera) y anóbidos conocidos como carcomas de la madera.
Estos insectos devoradores de la madera están distribuidos casi en toda la República Mexicana, pero con mayor frecuencia y abundancia en la Ciudad de México y en los estados de Chiapas, Campeche, Durango, Coahuila, Guerrero, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Querétaro y Zacatecas. Los termes habitan las techumbres de madera de los artesonados (techo adornado con artesones), techumbres de casa habitación, pisos de madera, marcos, puertas y ventanas, en maderos de muros y cimentaciones, de los inmuebles históricos y contemporáneos de uso público y privado.
Los termes adultos y voladores que habitan sólo en madera seca en uso, son de la familia Kalotermitidae que emergen de ésta durante las noches cálidas de los meses de mayo y junio. Los termes o comejenes de la madera que guarda contacto con la humedad son de la familia Rhinotermitidae, emergen de sus nidos subterráneos durante los días soleados y calurosos de los meses de septiembre y octubre, después de una lluvia copiosa de corta duración.
Los termes de madera seca tienen hábitos nocturnos y son fuertemente atraídos por las fuentes luminosas. En el Estado de México se les conoce comúnmente con el nombre de palomilla sanjuanera o de San Juan, debido a que el 24 de junio de cada año se les puede ver en la noche volando en enjambres. Los comejenes son de hábitos diurnos y nocturnos y también forman grandes enjambres. Durante la primavera y el verano es muy común observar los siguientes signos de infestación de la madera:
- Enjambres de termes de madera seca volando cerca de las fuentes luminosas, por las noches.
- Enjambres de comejenes, presentes durante el día en horas de luz solar, a campo abierto.
- En las techumbres de los inmuebles es muy común escuchar por las noches un tic- tac producido por la polilla al roer y masticar la madera con sus fuertes mandíbulas.
- Por las mañanas se pueden ; observar, sobre el piso o sobre la superficie de los muebles, pequeños montones de gránulos fecales ligeramente alargados con seis surcos y extremos redondeados del color de la madera.
- Sobre la superficie de la madera atacada aparece un número considerable de orificios circulares aproximadamente de 2 mm de diámetro que conducen a los grandes túneles que corren en sentido paralelo al hilo o grano de la madera, es decir a lo largo de las fibras.
- En el interior de los inmuebles, sobre los muros y en los espacios que median entre los marcos de las puertas y ventanas, entre la techumbre y los cantos de las vigas y en la parte posterior de los retablos, se presentan diminutos tubos construidos por los comejenes con una mezcla de arcilla, madera triturada y secreción bucal del insecto.
Las carcomas se conocen comunmente como «mayates de los muebles», “mayates del polvo» y «mayates de tiro de munición». Estos insectos xilófagos son diminutos Coleópteros compuestos por tres familias que afectan a los bienes muebles de madera, pero la que con mayor frecuencia y abundancia encontramos en los retablos son los anóbidos que tienen la misma distribución que las termes, pero que además se les encuentra infestando a la mueblería en general, esculturas, cristos, cruces, biombos, relieves, artesanías, pastas de madera de libros antiguos de coro, instrumentos musicales de madera y mangos y herramientas. A manera de ejemplo de los daños notables producidos por los xilófagos, están los retablos de los exconventos del estado de Oaxaca, Puebla (iglesia del Santo Entierro, en Cholula), las techumbres de los artesonados de los monumentos históricos de la ciudad de Pátzcuaro, Michoacán, y de las techumbres de madera de muchas casas habitación en Ios estados de Chiapas, Guerrero y Michoacán.
Los carcomas adultos, a diferencia de las termitas, son voladores fuertes y rápidos. Durante los meses de primavera y verano emergen de la madera para realizar el vuelo nupcial y aparearse. En este periodo es común detectar las siguientes evidencias de infestación en la madera:
- Durante las noches calurosas, los insectos vuelan cerca de las fuentes luminosas.
- Por las mañanas se pueden observar pequeños montones de polvo fino deI color de la madera atacada, sobre el piso o superficie de los muebles.
- Sobre la superficie de la madera atacada, se observan numerosos orificios circulares de diámetro de 1.6 a 3 mm, de Ios que son expulsados minúsculos granos fecales de apariencia brillante.
- Los orificios se comunican con numerosos y pequeños túneles que, a diferencia de los termes, se distribuyen en todas direcciones en el interior de la madera.
Definitivamente, para la conservación de los retablos de México, es indispensable estudiar la biología de estos insectos, hasta ahora no abordada por los entomólogos y de manera urgente efectuar su control mediante la ejecución de dos tipos de soluciones: una a corto plazo y solamente curativa y la otra preventiva y a largo plazo. La primera consiste en curar al retablo eliminando la plaga de los insectos xilófagos, por métodos físicos (modificación de las variables físicas) y químicos (uso de fumigantes y de insecticidas específicos). La solución preventiva se basa en la aplicación de sustancias preservadoras para proteger la madera contra posibles infecciones, debido a que los insectos siempre los vamos a tener en el medio ambiente.