La desconocida e impactante cabezota del General Lázaro Cárdenas
Por alguna razón este monumento al general Lázaro Cárdenas no es conocido por los mexicanos, pese a su imponente altura de 25 metros con 386 toneladas
El monumento más grande y sorprendente en honor al general Lázaro Cárdenas, no se hizo en Michoacán, su tierra natal, sino en Guerrero.
Se trata de una cabezota asentada desde la década del 70, en el kilómetro 151 de la carretera Iguala – Ciudad Altamirano, que mide lo que 15 mexicanos de pie, es decir 25 metros, y pesa 386 toneladas.
Al más puro estilo de los olmecas
Por lo anterior, y como apunta el divulgador de la historia Ricardo Cruz García, fue hecha al más puro estilo de los antiguos olmecas, tallada sobre un monolito milenario por trabajadores de Tlapehuala y El Coacoyul.
Todos ellos dirigidos por el escultor mexicano Federico Canessi, elegido en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez para realizar la colosal obra por su inclinación nacionalista surgida con la Revolución.
La cabezota de Lázaro Cárdenas, última obra de Canessi
De hecho, la cabezota del general Lázaro Cárdenas, sería su última gran obra monumental, tras una larga carrera de hacer esculturas similares a lo largo del país, como fueron el Monumento a los Mártires de Ríos Blanco y el Monumento al Héroe de Nacozari, en Culiacán, Sinaloa.
Pero regresemos al monumento en del kilómetro 151. Ésta se empezó a esculpir en noviembre de 1974 con polines usados como palancas para colocar la inmensa piedra en posición y luego poder moldearla a puro golpe de cincel.
La pequeña fiebre de las cabezotas en México
Era una época en la que había una pequeña fiebre por erigir cabezotas en México, como la que el arquitecto Lorenzo Carrasco hizo de Benito Juárez para colocarla en 1976 dentro del territorio iztapalapense, la multicitada Cabeza de Juárez.
Así, en 1977, la testa de Lázaro Cárdenas en Tlapehuala, Guerrero, se inauguró con la presencia del presidente José López Portillo, como un homenaje al hombre que quitó la administración del petróleo a las compañías estadounidenses y dio impulso al reparto agrario.
Lázaro Cárdenas, amado en Tlapehuala, Guerrero
Y fue en esa parte de la tierra caliente en donde se erigió la cabezota porque ahí la gente le tenía estima alta al tata Cárdenas, porque en julio de 1918, el general derrotó a un grupo opositor al gobierno de Venustiano Carranza.
Además, Cárdenas tenía muy buena relación con uno de los personajes más queridos de Tlapehuala: Zacarías Salmerón, el poeta del violín, a quien el general obsequió ni más ni menos, que la copia de un Stradivarius.
Hoy, a más de cuatro décadas de haber sido terminada e inaugurada, la cabezota del general Lázaro Cárdenas luce igual que en 1977. Los materiales agrestes de los que está constituida parece que la harán perdurar hasta el fin de los tiempos.