La juventud de Porfirio Díaz junto a Benito Juárez
Durante el gobierno de Benito Juárez, Porfirio Díaz fue considerado un héroe. Conoce su historia de lucha a favor de las causas liberales.
Porfirio Díaz es recordado como el presidente que ocupó dicho cargo por más de treinta años, motivo por el cual se le suele acusar de dictador. Sin embargo, poco se relata sobre su vida anterior a la presidencia.
Don Porfirio nació el 15 de septiembre de 1830 en Oaxaca, hijo de José Faustino Orozco y María Petrona Mori. Su padre fue un coronel del ejército insurgente de Vicente Guerrero. El matrimonio Díaz Mori tuvo seis hijos: Desideria, nacida en 1819; los gemelos Cayetano y Pablo, nacidos en 1821 y que murieron a temprana edad; Manuela y Nicolasa; Porfirio y, finalmente, Felipe Díaz Mori, nacido en 1833.
De acuerdo con el propio Porfirio Díaz, su padre había sido un hombre muy pobre al casarse. Posteriormente puso una tienda en Xochistlahuaca. En sus últimos años, José Faustino Díaz «se hizo muy místico en Oaxaca, sin ser fanático; era un católico muy ferviente. Rezaba mucho y aún llegó a usar un traje monacal de los terceros de San Francisco, aunque no había recibido ninguna orden eclesiástica.»
Tras la muerte de José Faustino en 1833, la familia Díaz Mori se dedicó al comercio de distintos productos como la grana cochinilla, los cerdos, alimentos, etcétera. Para ello, doña Petrona Mori adquirió el Solar del Toronjo, la mítica casa de la familia Díaz en Oaxaca.
Porfirio Díaz, maestro de latín y abogado
Porfirio Díaz inició su formación académica en 1835 en la Escuela Amiga, institución afiliada a la iglesia católica, donde fue alfabetizado. Posteriormente, el padrino de Díaz, el sacerdote José Agustín Domínguez y Díaz, recomendó el ingreso de Porfirio al Seminario Tridentino de Oaxaca. De 1843 a 1846, Díaz aprendió matemáticas, física, latín, gramática y retórica, siendo un alumno destacado.
Durante la intervención militar estadounidense, Díaz solicitó su ingreso al ejército para defender la patria. La decisión fue respaldada por el seminario de Oaxaca, y Díaz ingresó como cadete al Batallón de San Clemente, sin embargo, la guerra terminó de forma anticipada y no participó en ninguna batalla.
Posteriormente, Díaz se convirtió en maestro de latín de Guadalupe Pérez, hijo de Marcos Pérez, quien era un hombre cercano a Benito Juárez. Gracias a ello, Porfirio conoció a Benito Juárez, quien entonces era gobernador de Oaxaca. Al observar la libertad con que hablaban Juárez y Pérez, Díaz se convirtió en liberal y abandonó el seminario para ingresar al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. Como consecuencia, su padrino, que había alcanzado el grado de obispo, le retiro su apoyo económico y moral.
Tras finalizar sus estudios en derecho, en 1850 Díaz se convirtió en maestro de su escuela. Sin embargo, debido a la crisis económica, Díaz también se vio en la necesidad de practicar oficios ser bolero, carpintero y reparador de rifles. Posteriormente fungió como bibliotecario, profesor interino de derecho natural, y fue discípulo de Benito Juárez en la asignatura de derecho civil.
De aliado a enemigo de Benito Juárez
En 1854, Porfirio Díaz inició formalmente su carrera militar con el Plan de Ayutla, revolución que buscaba quitar del poder a Antonio López de Santa Anna. Debido a su participación heroica, el presidente Ignacio Comonfort le otorgó a Díaz el mando militar del Istmo de Tehuantepec.
Con el estallido de la Guerra de Reforma en 1858, Porfirio Díaz también peleó del lado del bando liberal. Posteriormente ganó una diputación federal por Oaxaca, misma que tuvo que abandonar debido a la ejecución de s Melchor Ocampo, Leandro Valle y Santos Degollado. Dos años más tarde, en 1861, participó de forma heroica en la batalla del 05 de mayo. Según el testimonio de Ignacio Zaragoza, Díaz se comportó de forma ejemplar.
Asimismo, Díaz luchó contra la intervención francesa entre 1863 y 1867, cuando Napoleón III ordenó retirar las tropas de México y Maximiliano fue ejecutado por mandato de Benito Juárez. Liberó la ciudad de Puebla el 02 de abril de 1867, con lo cual se consolidó la victoria de los liberales contra los conservadores. Finalmente, el 15 de julio de ese mismo año, Juárez y los liberales pudieron ingresar a la Ciudad de México, donde Díaz recibió un reconocimiento público. Como recompensa, Porfirio Díaz recibió la Hacienda de la Noria, misma en la que tres año después planificaría el derrocamiento de Juárez para acceder a la presidencia.