Lucha libre en México, historia de la AAA y CMLL
Te contamos la historia de la lucha libre AAA, un deporte nacional tan emblemático. ¡Conócelo!
La lucha libre AAA forma parte de la identidad mexicana, como el mole, los mariachis y el tequila; las máscaras de los luchadores nos identifican tanto como el águila sobre un nopal devorando una serpiente. Gracias a esta carga cultural, ahora es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México.
Los antecedentes de la lucha libre triple A mexicana
De acuerdo con la investigación realizada por el MODO, los primeros encuentros de lucha libre en México ocurrieron a principios del siglo XIX. Estas primeras exhibiciones incluían funciones de lucha grecorromana, las cuales fueron llevadas a cabo por tropas francesas durante la Intervención (1860-1867).
Otro antecedente se encuentra en el jiu-jitsu japonés y en el wrestiling estadounidense, espectáculos que se presentaban en carpas callejeras, plazas de toros y salones, tal como ocurría con presentaciones de circo, teatro de revista o el box.
Historia de la lucha libre mexicana
La lucha libre mexicana se deriva del catch-as-catch-can francés —que fue popular durante la década de 1930— en combinación con el wrestling estadounidense y la lucha grecorromana.
El 21 de septiembre de 1933 se fundó la empresa más importante de lucha libre en el mundo, la Empresa Mexicana de Lucha Libre. Y ahí comenzó a escribirse la historia de la lucha libre mexicana.
De acuerdo con Víctor Manuel López, la lucha libre mexicana prosperó y se volvió única cuando su iconografía, tan colorida como kitsch, empezó a proveer a sus seguidores de una gran teatralidad catártica mediante sus dimensiones simbólicas.
El mayor auge de la lucha libre mexicana fue, quizá, entre las décadas de 1940 y 1970, periodo que coincide con el florecimiento de otras industrias culturales del país, como el radio, el cine y la televisión.
La gloria del cine cuyos protagonistas fueron luchadores, el gran Santo como el más icónico, lograron proyectar también rasgos muy particulares de la mexicanidad, como la espiritualidad, el erotismo, la comedia y la tragedia.
La lucha libre mexicana, mezcla de circo, maroma y teatro, tiene muchos admiradores y proyección internacional. En México, de acuerdo con Morales, Fuentes y Aurrecoechea, la afición a este deporte, está apenas debajo del futbol.
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Lo que debes saber de la lucha libre
La lucha libre mexicana profesional es conocida en todo el mundo y tiene un estilo muy definido. Los du
elos mexicanos pueden ser de la siguiente manera:
- Uno contra uno (mano a mano, máscara contra cabellera)
- Dos contra dos (relevos sencillos)
- Tres contra tres (relevos australianos)
Los encuentros se dividen en tres etapas o caídas, que según Vallejo y González se definen como cada uno de los periodos de combate, el cual es sin límite de tiempo y termina cuando se logra la rendición del oponente.
Una de las maneras de ganar una caída es cuando uno de los luchadores logra poner a su rival de espalda sobre la lona y mantenerlo así durante tres segundos, mismos que deben ser contados por el réferi en voz alta mientras da golpes sobre la lona.
Los luchadores se han ido identificando, según su estilo de lucha y personalidad, en dos bandos: rudos y técnicos.
Los contendientes del bando de los rudos generalmente asumen el papel de villanos, intentando infligir daño al oponente con sus simulaciones de sacarle los ojos, retorcerle los dedos y otras técnicas ilegales, mientras que los técnicos se apegan a las técnicas ortodoxas y legales, ganándose así la simpatía de los espectadores.
Al describir una función de lucha libre, Vallejo y González describe así las funciones de lucha libre: incorporan diversos elementos de vestuario, escenografía, colorido, iluminación, llaves, contrallaves, lances, sensuales edecanes y mucha actitud y técnicas teatrales por parte de los protagonistas.
Todo lo anterior se acompaña de las porras, los tambores, las lonas, matracas, los gritos, abucheos, insultos y chiflidos de los eufóricos espectadores que acuden a la arena –Arena México–para divertirse y entretenerse, pero también para desahogar sus sentimientos.
La lucha libre recibe el título de Patrimonio Cultural de la Ciudad de México
Si bien la lucha libre se practica en otros países como Japón, Inglaterra y Estados Unidos, en México la carga social que le damos es particular; de ahí que va a recibir el nombramiento de Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México
La Comisión de Lucha Libre de la Ciudad de México, presidida por el Fantasma, realizó los trámites e hizo las gestiones necesarias para el nombramiento.
Este sábado 21 de julio se realizó la declaratoria oficial en el Zócalo de la Ciudad de México donde cientos de aficionados pudieron disfrutar de una función estelar para la celebrar.
Así se vivió: