Las lluvias hacen renacer el Lago de Texcoco
¡Renace el Lago de Texcoco! Con las lluvias de los últimos dos meses, el humedal Nabor Carrillo, el último remanente del lago, revivió.
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El Lago de Texcoco es uno de los cuerpos de agua que aún sobreviven al tiempo y que rememoran el gran cuerpo de agua sobre el que cual se construyó la Ciudad de México y que fue desecado. En años recientes el lago estuvo a punto de desaparecer por completo, pues sobre él se construiría el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). El lago recibe el nombre oficial de Nabor Carrillo y es un remanente del antiguo cuerpo de agua, albergando en su ecosistema una gran diversidad de flora y fauna.
Sin embargo, el proyecto se canceló y fue rehabilitado para albergar la zona protegida del Parque Ecológico Lago de Texcoco. Mientras que el NAIM fue reemplazado por el proyecto del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en Santa Lucía.
Actualmente, la nueva reserva está por abrir sus puertas al público, quienes podrán conocer el proyecto ecológico que beneficiará directamente a la Ciudad de México y el Estado de México. No se trata de la única sorpresa, ya que de acuerdo con la documentación de distintos reporteros, las lluvias también han abastecido el lago Nabor Carrillo, que ya empieza a renacer.
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El lago Nabor Carrillo, último remanente del Lago de Texcoco
Diversos usuarios, como Mirza Docs, se dieron a la tarea de compartir imágenes de las mejoras del lago en sus niveles de agua tras las lluvias abundantes que han caído en los últimos dos meses. Como respuesta, diversos usuarios aplaudieron el renacimiento del cuerpo de agua que recuerda al extenso lago que cubría toda la Ciudad de México y que, por lo tanto, rememora los orígenes de México-Tenochtitlán. Asimismo, se celebró que la capital avance hacia un futuro más verde y que se eche reversa al proyecto de desaparición de los ríos y lagos por uno en el que la modernidad pueda convivir con la naturaleza.
El lago Nabor Carrillo nació cuando el presidente Porfirio Díaz creo el proyecto del Gran Desagüe del Valle de México. Eran más de 27 hectáreas, de las cuales unas 12 mil todavía estaban ocupadas por el Lago de Texcoco.
Actualmente, muchos de esos terrenos están secos, por lo que se crearon humedales artificiales para contener las aguas residuales y los ríos que aún confluyen ahí. El más importante de ellos es el Nabor Carrillo, que también es el hogar de cerca de 200 mil aves.
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