Los balones de futbol hechos a mano en Chichihualco, la tierra caliente de México
Si practicas futbol llanero, rápido o 7, casi seguro has pateado un balón que viene de este pueblo de la tierra caliente de México.
La mayoría de los mexicanos que practican futbol soccer ignoran que en todos estos años han pateado muchas veces balones hechos en México, concretamente fabricados en un pequeño pueblo llamado jocosamente Chichihualco.
De este poblado guerrerense salen la mitad de los esféricos que se consumen a lo largo y ancho del país, aunque es en Puebla, Morelos, Edomex y Nuevo León, en donde se les ve en las tiendas con más frecuencia, sobre todo porque así lo solicitan los clientes.
Las marcas de balones de futbol hechos en Chichihualco
Al año se producen en esta región guerrerense unos 15 mil balones por mes bajo nombres como Guerrero, Eclipse, Balmex, Super Crack, Estrella, Kiker Pro y Garcis. Prácticamente todas las familias se dedican a su confección a un precio de entre 10 y 15 por pieza.
Por eso al interior de las viviendas se ve a chicos y grandes por igual, aguja en mano, cosiendo los balones. Los novatos harán máximo tres al día, aunque alguien experto y con muchas ganas logrará hacer siete.
Los primeros balones de chichihualco eran de piel
Vinil y lona es lo que en estos talleres caseros se une, a veces pinchándose los dedos, porque todo el proceso es a mano. Aunque cuando empezó esta historia balonera por allá de 1960, no había casi nada sintético en su hechura, pues casi todo la materia prima era piel genuina de cerdo.
El primero en empezar con esto de la fabricación de balones en Chichihualco fue don Zeferino Alarcón, quien llevó al pueblo los primeros ensambles a unir de balones propiedad de una marca de la Ciudad de México.
Así empezó la historia de los balones de Chichihualco
Una vez armados, Zeferino llevaba de vuelta los esféricos a la capital del país, sin embargo sembró en Alberto Morales Adame, uno de sus conocidos, la semilla de poner algún día una fábrica de balones, lo cual ocurrió en 1967. Llamó a su marca “Guerrero”.
La actividad empezó a dar frutos casi de inmediato, digamos que el oficio encajó perfectamente en Chichihualco, y casi seguro esto se debió a la falta de empleos en la región. La gente no tuvo más que entrarle a la confección de balones para salir adelante.
Una industria artesanal que se estancó
Por eso proliferó la industria balonera de esta zona de Guerrero y también por eso marcas como Garcis le encargaron su producción para los partidos del Mundial México 1986.
Aunque después de eso la industria se estancó. Durante breves momentos, las fábricas de balones en Chichihualco han hecho esféricos para marcas grandes como Nike y Nuevo León, aunque la realidad es que les está costando salir adelante por la entrada masiva de balones chinos que se ponchan más fácil.