Los villancicos que escribió Sor Juana Inés de la Cruz
Conoce los villancicos que escribió la poetiza Sor Juana Inés de la Cruz y descubre una parte de su quehacer literario que es poco retomada.
Sor Juana Inés de la Cruz es generalmente conocida por su poesía. Sin embargo, incursionó en otras formas literarias como los villancicos. Conoce algunos de ellos.
Los villancicos
Los villancicos son composiciones musicales cuyo origen se sitúa en España durante el siglo XV. Al principio, estas formas de carácter popular tomaban temas amorosos como fuente de inspiración. Sin embargo, esto cambió durante la segunda mitad del siglo XVI. En ese entonces, los temas centrales fueron los religiosos.
Tiempo después, los villancicos fueron llevados a la Nueva España como formas literarias. Estas se convirtieron en una herramienta bastante común para evangelizar a las comunidades indígenas. Sin embargo, Sor Juana Inés de la Cruz, la máxima exponente de las letras mexicanas, también cultivó la creación de estos versos festivos y nosotros te presentamos algunos de ellos.
Los villancicos que escribió Sor Juana
Los villancicos que ponemos a continuación, fueron escritos por Sor Juana y cantados en 1676. Esto sucedió en honor a la Purísima Concepción de Nuestra Señora. El lugar donde se interpretaron fue dentro de Santa Iglesia Metropolitana de México.
Villancico I
Estribillo
¡A la fiesta del Cielo! Las voces claras
una Reina celebran, Pura y sin falta.
¡Vengan, vengan,
a celebrarla por su buena estrella!
No se detengan, ¡vayan!,
que en su Concepción está para gracias.
Coplas
Con mucha gracia María,
siendo del género humano,
una Concepción estrena
tan nueva, que no ha pecado.
Allá en la Mente Divina
su puro esplendor intacto,
sin necesidad de absuelto,
fue éste un caso reservado.
Corriendo por todo el mundo
la culpa, estuvo el milagro
que macular no pudiese
a su Ser Inmaculado.
Astuto y desvanecido,
a sus plantas arrojado,
su honor puro a Lucifer
se le fue entonces por alto.
Corrientemente atrevido,
por la hija de Adán, el Diablo
se la había jurado, puesto
que echó por tantos y cuantos.
Pero como no podía
en su Concepción tragarlo,
contra el bocado se estuvo
de Adán, sin probar bocado.
Villancico II
Estribillo
¡A la Concepción, a la Concepción!
No se detengan, que la fiesta es hoy.
¡Vayan, vayan,
que la Reina tiene harta gracia!
¡Lleguen, lleguen,
porque su fiesta es fiesta solemne!
Redondillas
Hoy con festiva alegría,
de virtud y gracia llena,
en su Concepción estrena
un Templo de Dios, María.
Venciendo al fiero Dragón
que a sus pies holló triunfante,
este milagro al instante
sucedió en la Concepción.
Victoriosa y sin desgracia,
como se deja entender,
fue el caso muy para ver
en Santa María de Gracia.
Si es Puerta en quien se hallará
franca la entrada del Cielo,
lo festivo de este anhelo
en Porta-Caeli será.
Contra el Dragón y sus redes,
en alta contemplación
cogen por la Concepción
los que hoy van a las Mercedes.
En sus aplausos divina,
después de tan gran batalla,
hoy, cuando contenta se halla,
es la fiesta de Regina.
Villancico III. —Diálogo
—¿Quién es aquella Azucena
que pura entre todas brilla?
—Es, aunque Azucena sea,
de Dios una Maravilla.
—En su Concepción sin mancha
¿tuvo asomos de cautiva?
—Muy libre se concibió,
y fue en un Ave María.
—¿Pudo caer en la culpa
de Adán, de quien ella es hija?
—La cabeza se estrelló
sin haber dado caída.
—¿Con su pureza, el Demonio
tuvo alguna demasía?
—Aunque se precia de bravo,
jamás le echó la maldita.
—Porque campa de tremendo
¿su estrago la atemoriza?
—Puesta sobre su cabeza,
de él se le da lo que pisa. .
Estribillo
—¿Quién es aquella Reina de tierra y Cielo?
—Es el Ave de gracia, por Dios eterno,
concebida sin mancha,
que está para glorias, que está para gracias,
y en un Instante
la libró Dios de culpa, para ser su Madre.
Villancico V
Coplas
Entre la antigua Cizaña
que el Enemigo del hombre
puso en el jardín del mundo
para marchitar sus flores,
el Hortelano Divino,
por ostentar sus primores,
en el más estéril cuadro
plantó la Rosa más noble.
De corrupción y de espinas
goza regias exenciones,
fragante Reina de tanta
república de colores.
A influjos del Sol se engendra,
porque su Criador dispone
que, aunque de la tierra nace,
nada de la tierra toque.
Y porque saliendo al prado
por maravilla del Orbe,
luces por hojas despliegue,
brille rayos por candores,
tan limpia, en fin, se concibe,
tan fuera del común orden,
que Naturaleza misma,
en Ella, se desconoce.
Estribillo
¡Al jardín, Hortelanos,
al campo, Labradores,
y veréis en el campo, y entre las flores,
una Rosa sin recelo
de que la marchite el hielo
ni la abrasen los ardores!
Sin espinas de pecado
veréis que preside al prado,
sin mancilla,
tan hermosa,
que siendo del Cielo Rosa
es del prado Maravilla.
Villancico VI. —Jácara
Estribillo
¡Oigan, miren, atiendan
lo que se canta,
que hoy la Música viene
de mucha gracia!
Pero hablando de veras
y en puridad,
en breve ha de decirles
una verdad.
Coplas
Antes que todas las cosas
érase una hermosa Niña
de los ojos del Criador,
graciosamente prevista.
Que habiendo de ser de un Dios
Humanado, Madra digna,
fue razón que ni un instante
se apartase de su vista.
Para ser de los Mortales
la defensa, fue escogida,
siendo la pura Azucena
de la hoja blanca y limpia.
Contra la Serpiente astuta
que ocasionó la rüina
de todo el género humano,
siempre estuvo prevenida;
siempre armada y vigilante;
y tanto, que al embestirla,
con linda gracia le dio
en la cabeza una herida.
Jamás pudo ni aun tocarla
la Sierpe; y así, corrida,
en escuchando su Nombre,
bramando se da a Patillas.
Para estas empresas, tanta
gracia Dios le comunica,
que siendo pura criatura,
Mujer parece Divina.
Sin la mancha de la culpa
se concibe, de Adán hija,
porque en un lunar no fuese
a su padre parecida.
Del tributo universal
el Sacro Poder la libra,
previendo que había de ser
nuestra Reina sin caída.
De Ésta, pues, a quien los fieles
invocan Madre benigna,
es la fiesta, y es el canto
de esta mi Jacarandina.